[1.6] El primer beso

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Aclaraciones: "Pensamientos".

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[1. 6] EL PRIMER BESO

— ¡Satoru-kun!

— ¡¿Qué hiciste?!

Fukui Aiko no parpadeó, no se sonrojo ni ladeó la cabeza, no hizo ningún tipo de reacción o expresión que haría cualquier persona normal después de que le robaran un beso, lo que en consecuencia consiguió que el tal Satoru, el ladrón, se pusiera nervioso, tragara saliva y limpiara el sudor de sus manos en su pantalón al no poder lidiar con el inalterable rostro de Aiko.

La única niña actual del grupo no distinguió nada de lo que comentaban los demás, ya que las voces eran altas y se interponían una sobre la otra, en un irritante sonido que francamente ella no sabía si callarlos para detener su drama o solo irse directo a su casa.

Izuku por su lado, continuaba con los ojos tan abiertos por la sorpresa y el rostro tan lleno de color, que Aiko se cuestionó si él no estaría a punto de desmayarse o hacer cualquier otra cosa extraña, o tal vez no tan rara, después de todo los besos provocaban fenómenos inexplicables en el cuerpo ¿no?

Aunque Midoriya no fue el besado, entonces Aiko seguía más que perdida en toda esta absurda situación.

El contacto duró menos de un segundo y francamente, Aiko quiso creer que por esto no sintió absolutamente nada.

¿Qué era lo normal y cómo debería proceder?, su material de referencia (sus padres y alguna que otra película o show de TV) era limitado, y su interpretación sobre lo que se siente en determinado suceso no era el más fiable, lo admitía; por lo que, no le quedó más opción que comparar su reacción con la de su madre, y bueno, Suzume siempre que Akihiro se despedía de ella con esa clase de muestra de afecto, se quedaba con las mejillas rojas y un rostro soñador, tan bonito y feliz que secretamente Aiko tenía curiosidad sobre si sería posible para ella experimentar algo de ese nivel.

De ser capaz de expresar un sentimiento o emoción, por muy pequeña que fuera, en su cara.

Y bueno, dado lo ocurrido, la respuesta era aparentemente no.

O solo tal vez era porque Satoru le importaba lo mismo que una hormiga, aún y cuando éste en los últimos días se le quedara viendo con cara de tonto, además de interponerse entre Midoriya y ella cada que ambos comían su almuerzo o sencillamente convivían.

"¿No debería estar enojada o asqueada? Quizá es..."

—No lo hiciste bien.

Satoru se sonrojó y frunció el ceño, se arremangó la camisa del uniforme y con ojos determinados intentó repetir el contacto, pero no concretó su improvisado plan porque fue detenido por Aiko, la cual puso una mano frente a la cara de él, y un Izuku que jaló a Satoru de una de sus mangas para hacerlo para atrás.

— ¡No puedes besar a Aiko-chan si ella no quiere! —Fukui asintió levemente ante las palabras de Midoriya, y sus ojos se estrecharon ante el nuevo enigma, Izuku, de forma pequeña, muy pequeña, mostraba esa aura y comportamiento que solo salía a la luz cuando otro era molestado y él no podía quedarse sin hacer nada, incluso aunque sus piernas temblaran y en cualquier instante pareciera que lloraría.

"¿Por qué?, estoy bien", su cerebro comenzó a trabajar más rápido para encontrar una conexión, una respuesta que trajera consigo la serenidad dentro de sí.

Sin embargo, no avanzó de manera favorable y útil porque la voz de Midoriya la estaba sacando de su carril, y como sucedía desde hace semanas, Aiko prestó atención a las palabras de Izuku, cuando éste hablaba con tal valor ella no podía apartarse (al menos actualmente), ya que si lo hiciera sería como perderse algo digno de apreciar, lo que decía mucho viniendo de ella, que era una persona que actuaba porque tenía que, no porque naciera de su corazón, y en consecuencia terminaba por convertir todo en algo extremadamente tedioso, sin sentido y aburrido.

El largo camino [BNHA | Midoriya Izuku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora