Cielo y mar.

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He venido a la playa durante la tarde para estar sola. No quiero hablar con nadie, solo quiero llorar mientras veo el mar.

No recuerdo haber estado tan deprimida desde que era niña y llegue aquí a las islas, y ya hace tanto de eso.

Me siento en la orilla. Las olas rozan mis pies de vez en cuando, pero no me importa. Nada me importa justo ahora. ¿Por qué debería?

No duró mucho tiempo sola. Puedo ver las sandalias de Naminé mientras mi vista aún está concentrada en los granos de arena.

Levantó mi mirada, y veo que me observa con esos ojos azules, que están decaidos.

—Yo...no quería molestarte.
—Lo sé.
—Supongo que quieres estar sola, así que...yo...sigo mi camino.
—realmente no me molesta. Es verdad que no quiero hablar con nadie por voluntad propia, pero...no voy a decirte que te vayas, siendo que probablemente viniste buscándome.
—aprecio eso.
—¿Riku te lo pidió?
—No. Aunque es verdad que está muy preocupado por ti.
—incluso en momentos como este, no cambia. Pero no debería preocuparse tanto por mi.
—eso es imposible — veo una pequeña sonrisa en su rostro — es tu amigo después de todo.
—igual debería preocuparse más por él. Yo no valgo su amistad.
—eso no es verdad.
—incluso si no lo es...solo traigo problemas — escondo mi cara entre mis rodillas.
—Kairi... - susurra con tristeza.

El recuerdo de Sora me viene otra vez. Siempre ayudando a quien lo necesitará. Siempre con esa sonrisa que te levantaba el ánimo.

—Solo piénsalo. Perdí a la persona que más quiero en este mundo. A la única persona por la que lo daría todo. Y no la perdí por cualquier motivo...¡Perdí a Sora porque el sentía lo mismo que yo! Lo perdí porque me salvo... ¿¡Como puedo vivir con eso!?

Naminé se arrodilla, y se pone a mi lado. Me mira mientras mis lágrimas siguen cayendo en la arena. Aguardando en silencio a que mi llanto se calme.

—...debes...debes recordar eso siempre. La misma cosa que te causa dolor, es lo que debe mantenerte aquí —pone su mano en mi espalda - solo piensa que Sora deseaba que estuvieras bien. Su sacrificio... no debes despreciarlo.
—levantó mi rostro para verla — ¿despreciarlo?
—No hablo de no sentirte triste. Eso es inevitable. Hablo de que le agradezcas.
—¿cómo?
—viviendo. Así de simple, aunque doloroso. Después de todo, eso era lo que el quería.
—Naminé... — aparto las lágrimas de mi cara — lo siento. Solo causó problemas.
—No tienes nada que lamentar.
—Tú eres más fuerte que yo. No me equivocaba al pensar que todo lo que viviste, no me pertenecía a mi. Tú eres tu propia persona.
—Gracias. Pero existo gracias a ti.
—Tal vez — mi mirada se dirige al agua — pero, somos como el mar y las olas. Las relacionas, y no puedes tener una sin la otra, pero no son lo mismo.
—una pequeña risa sale de ella — puedo ver porque la comparación. Aun así...yo siempre pensé en mi como una sombra. Algo que solo era tu proyección.
—. ..y...¿como superaste ese pensamiento?
—No estoy segura de haberlo superado. Pero cuando conocí a Sora...algo comenzó a cambiar. También lo que sucedio en el castillo. Aun así, no es fácil dejar ese pensamiento atrás. Igual, tú forma de verlo es más poética — dijo, con una sonrisa.
—No soy Sora...pero lo intentó.
—No, no eres Sora. Eres Kairi. La luz de Sora.
—suelto un pequeño suspiro — ya no se si creer eso. He perdido...la poca confianza que tenia en mi. Y si existe algún motivo que me haga avanzar...es él.
—... Lo sé.
—¿Tú crees qué...podré traerlo de vuelta?
—esa pregunta nunca tuvo una respuesta exacta, aún así tú siempre lo creíste.
—es solo qué...esta vez más que ser su luz, fui su perdición.
—Tú no tuviste la culpa.
—Por favor no digas eso. Yo se la verdad. Si hubiera...
—Kairi — agarra mi muñeca — ya lo sé. Lo se porque yo también me sentí así, pero te lo digo de verdad. Tú no eres culpable de lo que pasó — dice con plena confianza — Además, aún puedes traer a Sora de vuelta.
—Voy a intentarlo. Es lo mínimo que le debo.
-—vas a lograrlo
—¿como estas tan segura?
—Porque ya ha pasado antes. Tú eres quien siempre logró guiarlo. Tal vez él sea la llave que nos conecte a todos, pero tú siempre fuiste su principal motivación,y su mayor conexión.
—¿yo?
—ella señala hacia arriba — cielo — su dedo señala abajo ahora — mar. Están conectados.

La sonrisa de Naminé se contagia en mi, y yo también sonrió.

—Tienes razón — me pongo de pie. Ella igual.
—Naminé abre la libreta de dibujos que trae con ella — este es uno de mis favoritos — arranca el dibujo — quiero que lo tengas — lo extiende ante mi. Es Sora en la palmera, mientras contempla el sol — mereces tenerlo — es lo último que dice antes de marcharse.

Me quedo sola otra vez. Mis lágrimas caen y caen mientras observó el dibujo.

—¿por qué? ¿Por qué...tuviste que rescatarme?

Sin importar que... [Post Kingdom Hearts 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora