» único « o no...

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Se colocaba de manera apresurada aquellas botas, ajustaba mejor su pantalón y acomodaba su camisa. Se miro una última vez al espejo antes de entrar al baño corriendo al sentir pasos acercarse.

—¡Amor! —la voz de su esposo le llama y el asiente con un sonido —Ya me voy a la junta, no me esperes despierto por favor.

—Está bien bebé —dijo y minutos después escuchó la puerta principal abrirse y cerrarse.

Suspiro antes de salir corriendo del baño e ir a la planta baja, buscó su billetera y peinó su cabello con sus manos antes de tomar su celular y ver la pantalla interesado.

—Ya verán que no me eres infiel cariño.

Hoseok se había cansado de las burlas de sus compañeros y los apodos y comentarios que le hacían en el trabajo. Cachuo*, todos le decían igual, todos juraban haber visto a su esposo de 2 años en un bar besándose con alguien más. Pero el no les creía.

El GPS incrustado en el celular de su marido se detuvo en un bar muy conocido de la zona. Suspiro profundo antes de tomar un taxi hasta dicho lugar.

Sus manos temblaban cuando bajó del auto entrando al local. Tuvo que pagar algo de dinero y no le fue muy fácil entrar, pero lo consiguió con un par de mentiras blancas.

Las luces neón lo encandilaron al estar dentro, adaptó su historia para luego buscar entre las personas un lugar libre y de buena vista. Lo encontró; no muy lejos de donde estaba se encontraba la barra, en ella habían algunas personas así que llego sin problemas, pidió un whisky para disimular y continuó entre su búsqueda.

En su visita había hombres de todo tipo, muchos de ellos le invitaban tragos que él rechazaba mostrando su anillo. Igualmente habían parejas jóvenes que le hicieron sonreír, cuando el tenía 18 años también iba a lugares de ambiente con sus amigos.

Claro que cuando se enamoró y se casó fue diferente. Dejó de ir a lugares así y se casó a tan solo sus 20 años. Su prometido era un chico no más mayor que él, rico de cuna. Le compró una linda cada y le dio lunas y estrellas.

Parecía mentira para los ojos de Hoseok que aquel chico que lo enamoró tantas noches era el mismo que ahora cargaba a un Rubio sobre sus piernas besando su cuello.

Su respiración se cortó y el lugar empezó a dar vueltas a través de sus ojos.

—¿Estas bien? —el barman se vio preocupado pero él fingió una sonrisa y se movió entre las personas hacia otro lado.

Camino evitando a los hormonales adolescentes y llegó a una mesa, donde se sentó tomando su cabeza entre sus manos sintiendo su cuerpo temblar por lo anterior.

Una lágrima rodeó su rostro.

—¿Hola? —un chico más bajo que él llegó y lo saludo —Estas muy pálido ¿Estas bien? —lo observo de arriba a abajo —No te vez bien que digamos —lo observó más detenidamente pero Hoseok no salía de su trance —Sígueme, te ayudaré.

Tomó al castaño de la mano llevándolo consigo mismo, caminado por un par de personas hasta unas mesas mucho más despejadas y serenas que las otras. Sentó con cuidado a Hoseok y tomó una de sus manos.

—Te sientes mal ¿Verdad? —tomó una Copa —Bebe esto —le sirvió algún líquido que a Hoseok le valió bastante.

El desconocido tomó la copa entre sus manos y se la cedió a Hoseok quien la tomó de prisa sin importar que su garganta ardiera después.

—Cuidado, es tequila blanco —el otro asintió sin decir nada más —No pareces como alguien que venga a este tipo de ambientes ¿Todo bien?

Hoseok tomó el puente de su nariz con uno de sus dedos aguantando las lágrimas que amenazaban a salir de sus ojos.

justicia 🍃 ys 🍃 one-shotDonde viven las historias. Descúbrelo ahora