21. Sarang

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-¿Qué? -Preguntó Hae con sus ojos abiertos de par en par, aun con lágrimas. -Así es, HaeHae -Dijo este entre risas -Es la hermana mayor de Hyukkie, Sora. El cuerpo de Hae, y para ser más específicos el pecho del castaño, recibió un golpe de respiración y alivio. Por primera vez durante esa noche podía tener aire en sus pulmones sin ninguna complicación u obstáculo. Pudo sentir como su corazón palpitaba rápido, y ya no era por furia o enojo, o incluso celos, si no que era por la máxima expresión de felicidad. La mujer que tanto se había empeñado en odiar, no era ni más ni menos que la hermana de su Hyukkie, la hermana. Nada más, no era su novia, no era la cortesana, o la mujer a cual el rubio se acostaría y besaría. A menos que fuera incesto, pero... El chico podía ser muchas cosas, pero el moreno estaba seguro que no tenía una enfermedad patológica como esa. -Hae, ¿esás ahí? -susurró el mayor. Sintiendo de inmediato la carcajada del moreno. Su risa se podía escuchar por toda la casa, y era extraño para el castaño que su madre no se despertara y lo fuera a ver. Donghae podía burlarse todo lo que quisiera esta vez, los pensamientos depresivos se esfumaron rápidamente y solo había lugar para la ligera risa del moreno. Haciendo que Heechul también lo siguiera, diciendo entre risas que era un tonto, y que tenía que creerle a su hyung. -Lo siento mucho. -murmuró Hae cuando ya se había calmado. Ahora estaba con su cuerpo totalmente relajado, estirado en su cama y con sus sábanas delgadas entre sus piernas, no soportando el calor de la noche oscura en su cuarto. -No quise decirte que te odiaba -decía afligido el joven -es que pensé que solo te burlaste de mi y que todo lo que me habías dicho antes, sobre Hyuk y yo, era un mentira. -Awww - emitió Heechul, dando énfasis en la palabra alargándola más de lo necesario. -Está bien, debería haberte dicho antes de reírme, pero Hae... para la otra, debes creer lo que te digo, jamás te haría daño y... Soy el mejor amigo de Hyukkie por dios, obviamente sé de lo que hablo. Confía en mí, HaeHae -aseguró el mayor, con un aire de protección. -Yo, desde ahora confiera plenamente en ti, hyung. -confirmó el moreno en un susurro. -Pero, tengo una pregunta... -dijo Hae, agarrando el valor que tenía para disparar la duda que tenía hace un rato rodeándole en su cabeza. -¿Por qué me ayudas y proteges? -Finalmente dijo, esperando con ansias la respuesta. En realidad Hae no tenía ni la menor idea de porque Heechul se comportaba de esa forma con él. El mayor era conocido por ser el mejor amigo de Hyuk, y por tanto, pertenecer a esa "mafia" que tenía el rubio, se decía que era el príncipe de hielo, que no tenía sentimientos, que en realidad era una persona completamente individualista, sin un poco de empatía por el otro, que no le interesaba la escuela y que seguramente cuando terminara esto, se podría ver en un lugar extraño y oscuro, donde pertenecía la gente de su clase, en un infierno en la tierra, frívolo y sin corazón. Ese era el Heechul que el mundo conocía. Pero que para Hae era una falsedad de magnitudes superlativas. El moreno en su vida pensaría que Heechul era de esa forma, al contrario, todo lo que había hecho el mayor era ayudar a Hae en momentos de necesidad, se había preocupado de protegerlo contra la frivolidad de Eunhyuk, y de arroparlo cuando el moreno tuvo problemas con sus sentimientos. Heechul se preocupaba de él, como muchos no los hacían. Incluso podía decir que el mayor tenía una conexión más emocional con este que con el mismo Eunhyuk. El rubio se caracterizaba por robarle el aliento al moreno, pero Heechul se caracterizaba por traerle de vuelta su respiración. Mientras que Hyuk lo llevaba a los cielos y el cosmos infinito con sus tactos, abrazos, y besos, Heechul lo traía de vuelta a la tierra con sus conversaciones y sus risas. -Cuando Hyuk me habló de ti, los primeros días de clases -comenzó el mayor -Ya me había hecho una percepción de ti, algo inocentón. Pero... Al momento de verte por primera vez, llegaste a nuestra sala, donde nadie nunca se había atrevido a llegar. Y pude notar tu rostro de pena, por alguna razón tus ojos son tristes, no sé el porqué, pero, sentí como si quisiera protegerte, como si no quisiera que nada malo te pasara. Y bueno... Cuando me di cuenta que Hyuk te defendió, ahí fue cuando me di cuenta que tenías algo especial, que hasta el poderoso y desinteresado Hyuk se preocupó de ti. -Decía Heechul, suspirando al final de cada frase -Es por eso que siento que debo estar ahí para ti, y protegerte y ayudarte en todo, como si cualquier cosa que tocaras se volviera en oro, tu corazón puro y tu inocencia hace que el corazón de Hyuk, el mío y de la gente como nosotros, nos volvamos más... buenos, con el solo hecho de mirarte ya me siento bien. Además que, a pesar que Hyuk no lo quiera admitir, ha estado cambiando, a alguien mucho mejor, tal vez tú no te des cuenta, tal vez pienses que solo te tomo el pelo, pero, en realidad no es así, y yo juntos con nuestros amigos, podemos darnos cuenta que Hyuk está comportándose de otra forma, con una actitud mucho más positiva -Con eso Hae pudo sentirse feliz, ahora sabía el porqué del comportamiento de Heechul, y también tenía una iluminación de la personalidad de Hyuk, más allá de cómo se comportaba con el moreno. Su sonrisa crecentó con cada palabra que decía el mayor. -Así que es por eso que trataré de ayudarte con Hyuk. Pero debo advertirte que él tiene una personalidad fuerte, y algo cambiante. Haré lo mejor de mí, pero... Todo siempre va a depender de ti HaeHae, pero se puede decir que tienes mi bendición -alzó la voz el mayor, haciendo que lo último lo digiera con una risita, y tal vez era verdad lo que le decía el muchacho, tal vez Hyuk si sentía algo más por él. Aunque no se notara mucho a los ojos del moreno. -Gracias Heechul -Murmuró el menor, con una voz cálida y suave, muy diferente al momento en que le gritó - Y no te odio. --Jajaja, lo sé Hae -decía confiado el mayor -No te preocupes pececito, todo estará bien, ya verás. Ahora... Llama a Hyukkie y dile que tuviste un altercado en tu casa, olvidaremos estos celos dramáticos tuyos y nos veremos mañana -Y antes de poder decirle algo a Heechul, este cortó, dejando a un Hae algo confundido pero con una sonrisa en su rostro, estaba feliz por variadas cosas. Primero por enterarse que la mujer a la cual estaba empeñándose a odiar, no era ni más ni menos que la hermana de Hyuk, segundo, por la verdad repentina de Heechul, y tercero, por como el mayor le había dicho que estaba cambiando al rubio, aunque Hae no se diera cuenta, no importaba, mientras sintiera que estaba haciendo un bien al muchacho malo de la escuela, podía sentirse más que pagado.Ahora tenía que llamar a su rubio amante, su corazón comenzó a palpitar repentinamente cuando pensó en la voz de Hyuk en su oído, como si el muchacho le estuviera susurrando, como toda esas veces, y como en especial pasó esa vez en el lago, dándole un estremecimiento en todo el cuerpo del moreno en solo fantasear a Eunhyuk dentro de él. Tomó su celular, y pasó por la lista de contactos, mirando por un minuto el nombre del rubio; "Hyukkie ♥". Si el rubio se enterara del nombre que le había puesto el moreno en su celular, seguramente lo mataría. Hae se rio para sus adentros y apretó el nombre en la pantalla. Escuchando como sonaban los tonos, Hae se sentía cada vez más impaciente y sentía como su respiración se entrecortaba cada vez más, debido a la repentina sensación en su estomago. Esas mariposas de fuego que volaban en su estomago cada vez que Hyuk hablaba, se acercaba, lo tocaba, lo abrazaba, o lo besaba. Era algo que solo el rubio había logrado con el moreno. -Aló -Respondieron de la otra línea, la voz ronca y algo carraspada, pero con el tono característico del rubio, seguramente había estaba durmiendo. -Hyu... Hyuk, hola, quería... -¿Por qué me llamas a esta hora? -Preguntó el rubio, cortantemente, ya molesto con el muchacho por lo que había pasado anteriormente. Donghae miró la pantalla y se dio cuenta que ya eran las 2 de la mañana, y era extraño que el rubio estuviera durmiendo, más cuando era un viernes en la noche. No le dio importancia y decidió seguir con su discurso. -Lo siento, pero, tuve un inconveniente con mí... -No me importa, adiós -Lo interrumpió nuevamente el mayor, bastante cabreado con el menor, y este lo pudo notar, pero antes de que Hyuk pudiera finalizar la llamada. Hae habló. -Hablé con Heechul -Le dijo rápidamente. -Me dijo que estabas enojado y que... -¿Qué mierda te pasó hoy en la tarde, Donghae? -ladró Hyuk. -Sí, para eso te llamé, mi madre tuvo un inconveniente y... mi primo, si, mi primo tuvo un accidente... por eso estaba tan mal y... -Agh!, como odiaba mentir, Hae siempre tuvo esa debilidad. -Y es por eso que no pude estar contigo hoy en la tarde...--Sabes que odio, con mi ser, que me dejen así, es como si me plantaras Donghae, ¿sabes lo que significa para mí que me dejen así? -Yo... yo... -Jamás me había sentido tan pasado a llevar, Donghae. -seguía el rubio, con el tono fuerte y claro, obviamente hirviendo del enojo. -Lo vuelves a hacer una vez más y te juro que... -No, no, no Hyuk, jamás lo volveré a hacer. Solo fue un inconveniente, eso es todo. El moreno podía sentir desde el otro lado de la línea, como la mandíbula del rubio joven se tensaba, podía notarlo al cerrar los ojos e imaginarse al chico malo al lado de él, hablándole en su oído. Sentía la respiración del otro en el celular, y quería fantasear que el hombre estaba con él en ese momento. Solo quería tocarlo y abrasarlo, darle besos y dormir entre sus brazos. -De acuerdo -finalizó el mayor -Mañana te quiero en mi departamento a las nueve de la noche, no-me-falles -sentenció el rubio con cada palabra entre dientes. Si que estaba furioso con el moreno. Y sin decir adiós, ni nada más. Cortó la llamada. Pero ahora, después de tener la voz del rubio aun revoloteando en la conciencia de Hae, entre la oscuridad y el silencio de la noche en su habitación, pudo dormir plácidamente, fantaseando como el chico malo lo rozaba con sus labios en la sensible piel del moreno, todo gracias a que este se encargó de recordar todas esas veces que el mayor lo hacía.Estaba con el cabello no tan arreglado, pero bastante decente, expilaba un olor a jabón mezclado con el de hombre, y llevaba una chaqueta de mezclilla negra, unos zapatos planos, con pantalones normales de tiro bajo, y una camiseta de leñador. En pocas palabras, era un desastre, ya que había recorrido todo su closet sin saber que mierda ponerse, y cuando el tiempo ya era escaso, tomó cualquier cosa, corriendo al hogar de su Hyukkie. Ya estaba a fuera del departamento del rubio, había comido en su casa con el estomago algo apretado. Sentía nervios, ya que esta no era una fiesta cualquiera, era la fiesta de la familia del rubio, la familia a la cual, según los rumores, no se llevaba muy bien el chico malo. Y también sentía demasiada curiosidad, ya que conocería otro mundo del rubio, un mundo que jamás, ni en sus mejores sueños, pudo fantasear que conocería. Al llegar a la puerta del rubio, la golpeo tres veces, no sabiendo si tenía que hacerlo de nuevo o no, en esos momentos, los nervios de Hae le podían jugar malas pasadas, y era por eso que este estaba pensando en todo, hasta cuantos golpes darle a la puerta principal. Al abrirse la puerta, pudo notar de inmediato la esencia del rubio, era tan exquisita, que si Hae tuviera que pedir tres deseos a un genio, uno de esos sería estar por siempre en el cuello del muchacho, oliéndolo por la eternidad. -Hae -susurró este, mirando intensamente a los ojos chocolates del otro -¿qué mierda te pusiste? -Preguntó este, arruinando por completo el romanticismo previo. Hae hiso una mueca de disculpa, y rascándose el pelo de la nuca con una mano, sonrió lastimoso. -Yo... -Ah, te dije a las nueve, son las ocho y media. -balbuceó este, dando un paso a lado, para que el menor pueda pasar. -Nos encontraremos con los demás allá. -Erm... Hyuk... -dijo Hae, aun con el corazón revolcado por la previa pregunta del otro, se sentía un poco avergonzado. -Yo... -Ven, te prestaré ropa, y también báñate Hae, estás sudando. -murmuró el rubio, haciendo que el moreno se ganara mil y un revoluciones de sangre en sus mejillas, con sus ojos en el suelo, siguiendo los pasos del rubio dentro del departamento, sin atrever a verlo, si, estaba MUY avergonzado. Podía notar como una gota de sudor podía caer por su sien, había corrido muy rápido para llegar a la casa de Eunhyuk, no tenía dinero para la locomoción, ya que por ahí no pasaban los buses, se tenía que entrar en esa parte de la ciudad por taxi. Era un lugar exclusivo, y como lugar exclusivo. Todos podían costearse ese tipo de lujos. Pero Hae... No. Además de calcular horriblemente los tiempos, pensando que estaba atrasado por media hora, siendo el caso contrario. Al llegar a la habitación del rubio, pudo notar como estaba, impresionantemente, ordenada. Aun encontraba que era extraño que Hyuk tuviera una vida social tan... desordenada, pero cuando se entraba a su hogar, todo era diferente. Como si se tratara de un adulto viviendo, un adulto responsable y organizado, no un adolescente rebelde. -Toma. -Le entregó unas ropas al moreno. -Ponte esto, pero antes date una ducha -anunció el rubio. Haciendo que Hae mirara al suelo nuevamente y cada vez más depresivo. -Hae, mírame. -Este levantó su rostro, mirando al rubio por primera vez. Pudo notar como este estaba con una musculosa de color negro, que decía "vogue", seguramente era de marca, llevaba unos pantalones negros apretados y unas zapatillas rojas, que también parecían ser de una compañía bastante adinerada. Todo esto contrarrestaba con su blanca piel, mostrando esos firmes brazos, y ese escarlata color en sus labios. El mayor se acercó más al moreno y pasó una mano por el mentón del menor. -Sé que acá no existe la locomoción pública. Pero... para la próxima vez. Solo tomas un taxi y yo lo pagaré. -susurró el rubio, cerca de los labios del moreno, mirándolo con una mirada intensa, con un Hae casi temblando por lo hermoso que la situación. Hyuk le estaba diciendo que si necesitaba algo, podía recurrir a él. Su corazón dio vuelcos por mil y su respiración se entrecortó. Su pulso se aceleró y su sentimiento con respecto al rubio se acrecentó, imposiblemente, más. Esa frase hiso que el moreno se tirara a los brazos del rubio, y lo abrazara, sonriendo de oreja a oreja, con su corazón contraído por la tierna frase del rubio, algo que estaba seguro que pocos habían tenido la fortuna de ver, a un lindo Hyukkie. Rompiendo con toda regla del chico malo. Acabando con la pared que tenía este con el pececito. -Ha.. Hae... -Tartamudeó -Gracias. -Susurró el muchacho. Hyuk agarró el rostro del moreno entre sus manos y lo miró. -No puedo creer que seas tan irresistiblemente adorable. -Murmuró este, inclinándose lentamente para tomar los labios del castaño. Cerrando un beso, no de pasión, pero de algo más. Algo que estaba totalmente claro para el menor, ese beso para que correspondiera el menor era puro amor, y nada más que un enamorado. Pero para Hyuk, ninguno de los dos sabía qué tipo de beso era. O tal vez, el rubio no quería confesarlo. Pero a pesar de todo eso, Hae agarró el cabello del rubio y lo tiró fuerte contra él. Haciendo que el rubio lo penetrara con su lengua dentro de su cavidad, con sus salivas intercambiándose y con sus labios moldeándose de un lado para otro, ganándose diferentes electricidades en todas partes de su cuerpo, y las mariposas de fuego que Hae tanto conocía. Al separarse para respirar, Hyuk quería seguir besándolo, tocándolo, y quería llegar a algo más. O por lo menos, eso es lo que pensaba Hae al ver la mirada devoradora del muchacho. Pero el moreno quería estar bien para ese día, y quería que todo saliera perfecto. Es por eso que tomó la mejilla de Hyuk, lo beso lentamente, pero inocentemente en sus labios, y se alejó. -Me iré a bañar. Hyuk. -Dijo este, mirando por última vez al rubio que se relamía los labios ardientemente. - Y gracias. -susurró, cerrando la puerta del baño.Una vez adentro, el moreno se miró al espejo. Si que era un desastre, llevaba ropa que no combinaba ni en un millón de años, y su pelo estaba revoloteado. Miró a su alrededor y pudo notar como el rubio seguía sus pasos de organización. Estaba todo limpio y ordenado. Hae se inclinó en la puerta y tiró su cabeza hacia atrás, tenía que esperar a que su corazón se calmara, con los previos juegos con el mayor lo tenían un poco excitado y revoloteado. Se relamió los labios y aun podía sentir el sabor de Hyukkie en su lengua, al parecer había estado comiendo frutillas, ya que el sabor era muy fuerte en su boca. -Definitivamente he caído en el abismo -se susurró Hae, con una sonrisa en su rostro. Por alguna razón, Hyuk estaba más "cariñoso" de lo normal, ya que, al momento de conversar con Heechul, este siempre le decía que Hyuk tenía una personalidad fuerte, que no le gustaban ciertas cosas y que era bastante desinteresado, pero ahora.... Ahora el rubio le estaba demostrando totalmente lo contrario. Primero fue que no llegó el enojo que se tenía previsto el moreno al llegar a su departamento, todos sabían que cuando al chico malo le irritaba alguien, posiblemente no lo perdonaría nunca, y si lo hacía, hubiera durado por lo menos unos días, mínimo. Pero cuando llegó Hae... Hyuk solo se comportó como siempre, incluso más caballero que nunca, y eso que había pasado un día, solo UNO!, ya no se lo explicaba Hae en su cabeza, definitivamente el rebelde lo tenía en su dedo meñique. El segundo punto, era que el rubio, además de no estar enojado, tenía a un castaño muy excitado, ya que los juegos que estaban llevando desde unos minutos atrás, hacían que el pececito recreara a cada momento esos fogosos tactos del rubio a la luz de la luna. Se quitó sus holgadas ropas y prendió la bañera, entrando de inmediato, pudiendo sentir como el agua tibia lo alejaba un poco de la futura excitación. Dejaba pasar el agua por todo su moreno cuerpo, enjabonándose lentamente, sin dejar algún rastro de sudor en su cuerpo, lavándose el pelo con la loción de Eunhyuk, quedando completamente perplejo al sentir ese olor, tan extremadamente delicioso por sus fosas nasales, claro que ese olor era más fuerte y más químico que el verdadero olor del rubio, ya que este también tenía un propio olor que lo caracterizaba. "exquisito" Pensó Hae. Al terminar, se secó con la toalla que le había dado su "amigo" y vio las ropas que le ofreció. Era una polera, pero no cualquiera, tenía el cuello en forma de V, haciendo que la clavícula y un poco del principio del pecho del moreno se expusiera. Era de un color blanco. Haciendo que su espalda se viera más grande y fuerte, además de unos jeans de color negro, apretados por todas partes, con unos zapatos de color negro también, teniendo el mismo diseño que tenía Eunhyuk hace un rato atrás. Se secó el pelo con la toalla rápidamente, dejando sus pelos flotar por su frente, alcanzando justo a sus ojos, no llegando a taparlos, y pudo mirarse al espejo... Primera vez en su vida, Hae podía verse de otra forma, se veía... diferente. Más... sexy. Era extraño para Hae pensar esas cosas, ya que no tenía un ego muy alto, y menos desde que llegó a Seúl, su vida cambió junto con su mismo orgullo. En Mokpo muchos creían que él era el pececito más lindo del mundo, aparte de recibir muchas invitaciones de chicas, pero, Hae jamás se sintió así. Nunca le dio mucha importancia a su físico, pero si trataba de verse aceptable. Aunque no le importaba mucho la apariencia, el moreno comenzó a ganar admiradoras y músculos ya que estaba en el club de fútbol, pero no era muy importante para él. Pero por primera vez, sentía que no tenía que mostrar sus abdominales para conquistar a alguien, se veía sexy, en algo tan simple como eso, pero... La ropa que usaba, no era comparable con la ropa de moda de Eunhyuk. Cuando salió del baño, no encontró al rubio en su habitación, fue al living y pudo sentir como estaba este en la cocina. Al entrar a la cocina, Hyuk se dio la vuelta, pillando a un sonriente Hae que le sostenía la toalla. -No sé donde dejarla, Hyuk -Dijo el moreno con un puchero. Frunciendo las cejas y esperando la respuesta del rubio. Respuesta que no vino en ningún momento. Solo sintió como el mayor le quitaba la toalla rápidamente de las manos, tirándola lejos de ellos, sosteniendo las caderas del moreno, lo aprisionó rápido, fuerte y violentamente contra la pared de la gran cocina, dejándolo algo atónito por el golpe que dio su espalda contra esta. Vio como el rubio tenía el labio mordido y lo miraba ferozmente. -Sabía que esa ropa te sentaría perfectamente. -murmuró Hyuk, cerca de la oreja del moreno, dándole diferentes electricidades por todo su cuerpo. Pasó la lengua por el lóbulo del castaño y este gimió a la terrible excitación que le daba el otro. La parte de su oreja y cuello eran los lugares más sensibles del menor. Seguía el mayor besando descaradamente todo el cuerpo de olor a jabón del joven, llegando al cuello, que succionó y lamio un tiempo que para Hae no existía. Pudo notar y sentir como este había dejado un chupón muy notable en su piel. -Ahh. -gimió el moreno, sin poder contener el jadeó de placer. Las manos de Eunhyuk atravesaron la polera del moreno, tocando los abdominales de este, haciendo que el otro sintiera estremecimientos por todo su cuerpo. -Ya son las nueve, Donghae -Susurró el rubio contra el cuello del joven. -Pero antes, quiero que me des un beso. -dijo el rubio, más como una súplica que como una orden. Hae lo miró y sonrió abiertamente, le encantaba este Eunhyuk, dócil pero dominante a la vez, bueno pero rebelde. El castaño tomó las mejillas del mayor y lo acercó a él. Posó sus labios en los gruesos y escarlata labios del rubio, dejando irse con ese íntimo gesto. Poniéndole todo el amor y dulzura que tenía. Ya que todo este "juego" para Hae, era nada más ni menos que un enamorado moreno, dando todo de sus sentimientos al rubio. Abrieron sus labios al mismo tiempo, y tocarnos sus lenguas de una, dejándose llevar por el beso, siguieron compartiendo sus caricias, la cuales en Donghae estaban en sus abdominales y en Hyuk estaban en sus cabellos y cuello. El mayor decidió ponerle un poco más de pasión, apretándose más contra el muchacho y la pared, haciéndole entender a Hae que él no era el único excitado en ese momento, dándole a los dos diferentes temblores por sus calientes cuerpos. Las lenguas jugaban lenta y tortuosamente unas con otras, mezclando sus salivas y respiraciones. Mientras que las palpitaciones de los dos jóvenes estaban completamente rápidas. Al momento de respirar, Hyuk lo miró intensamente y le dio un último beso. -Tenemos que irnos, HaeHae -susurró Hyuk. -lo sé. -replicó el moreno, con un puchero en sus labios. -Pero... puedes quedarte hoy conmigo. -le permitió el rubio. Haciendo que el castaño lo mirara nuevamente con una sonrisa en su rostro. -¿te gustaría? -Le preguntó el mayor. -Me encantaría -le respondió el menor con una sonrisa felina.

BAD BOY - (EUNHAE +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora