24. Revelaciones Parte 2

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-Aléjate de él Taecyeon - Le ladró Yesung, poniéndose en frente de Hae para taparle la visión al musculoso joven. -Tranquilo, tortuguita, no le haré nada a tu amigo, solo me presentaba como todo hombre con modales -Dijo con las manos alzadas, en posición de defensa. -Solo quiero saber dónde está mi primo preferido -mencionó el joven, mirando a su alrededor. -Si lo quieres tanto, entonces búscalo. -Le alzó la voz Shindong. -Yah, no se enojen conmigo, estoy acá en son de paz -Mencionó el otro, tratando de sonar lo más calmado posible. Tal vez los chicos no eran tan intimidantes con Donghae, pero si se trataba de alguien externo a ellos, se podía ver como inmediatamente se creaba una barrera protectora con sus atemorizantes miradas que hacían a la mayoría del colegio pensar que eran de una de las pandillas más mafiosas de Seúl. -Chicos, tratemos de calmar... -Balbuceó Donghae, parándose para tomar el hombro del delgado joven parado frente de él, a lo que este se zafó de inmediato y lo miró rápidamente, con ojos secos y llenos de odio. -No me hagas tranquilizarme frete a esta plasta de mierda, Donghae -Le amenazó el hombre, asustando al pobre pececito que lo miraba con redondos ojos de piedad. Wow, era cierto, Yesung era extraño, bipolar y desinteresado en todo, pero Hae jamás llegó a pensar que el chico tortuga podía llegar a dar tanto temor. Tal vez y nuevamente, algunos de los rumores de la escuela eran verdad. -Hey! -Sonó una voz ronca, esa misma voz que hacía los pelos de punta del pobre castaño, esa voz que lo había salvado ya varias veces de la profunda oscuridad. Los jóvenes miraron de donde provenía, viendo a un preocupado Heechul y Kagin, junto con un furioso Eunhyuk. -¿Qué mierda te pasa, Yesung? -Gritó el rubio, llegando rápidamente donde estaban los muchachos, sin darse cuenta de un interesado Taecyeon en la escena. -Es solo que... - trató de explicar el delgado joven, pero el chico malo no le dejó dar explicaciones, alejándolo violentamente del moreno. El mayor miró a Hae, y este solo le sonrió aseguradoramente. -No es nada, Hyuk, en serio - confió el moreno. -Bueno, bueno, bueno -balbuceó Taecyeon, haciendo que todas las miradas se posaran en él, y un rubio muy confundido mirándolo, sin entender el porqué, cuando, y como, su primo que más odiaba estaba ahí, en frente de ellos. -Que bueno verte Eunhyukkie -dijo este, con amargura y veneno en su voz. Hae pudo apreciar como la mandíbula de su "amigo" estaba ya tensada por lo que había pasado con Yesung, pero ahora, estaba más que pronunciada, mirando un poco más allá, vio como sus puños se cerraron rápidamente para poder contener la fuerza. En realidad todo el cuerpo del rubio estaba en alerta y en tensión se le podía notar con solo mirarlo. -¿Qué mierda haces acá? -Preguntó Eunhyuk, con una mirada oscura, una mirada que jamás había visto el moreno. Podía recordar algunas miradas fulminantes del rubio a algunas personas, pero jamás vio esos ojos oscuros tan furiosos y espinosos, junto con su forma de pararse y hablar, era como si un tigre estuviera a punto de comer a su presa, algo totalmente diferente a lo que había estado Hyuk todo el día. -Tu querida hermana Sora me invitó, fue un lindo gesto. En realidad aun no sé como no se enteró de nuestra hermosa relación, Hyukkie. -declaró el musculoso, mirando con falsa alegría a su pariente, acercándose cada vez más, quedando a solo pocos pasos del chico malo. -Espero que sepa la mierda de persona en que te has convertido, Hyukjae -susurró ponzoñosa y tóxicamente contra al rubio. -Por lo menos puedo remediar todas mis faltas, en cambio tú -lo miró de arriba a bajo -siempre serás un maldito idiota infeliz -estamento con una sonrisa triunfadora a lo que su primo no lo tomó muy bien, notando como su rostro se derrumbaba con cada palabra que decía. -Ya verás lo que puedo hacerte. -siseó el musculoso, cerca del rostro de su primo -y no te gustará para nada, Hyukjae. -Ya quiero ver que me harás, por lo que tengo entendido, con la herencia no puedes hacer nada al respecto, el viejo ya dijo lo que tenía que decir y tu no obtendrás ni una migaja de su dinero, bastardo -le devolvió el rubio. -Oh no -balbuceo -eso ya lo tengo claro -siguió, devolviéndose con sus pasos hacia atrás -Pero siempre puedo hacerte sufrir de otra forma, Hyukkie -Dijo, mirando más allá de la silueta del chico malo, plantándose en un confundido y preocupado Hae, que miraba con atención a cada movimiento que hacia su precioso rubio. El rebelde joven se dio cuenta hacia donde se dirigía la mirada, y sin poder contenerse, hirviéndole la sangre de inmediato por la furia, fue en dos grandes pasos hacia su primo, tomándolo de su camisa con fuerza y violencia, para mirarlo repulsivamente con su aliento pegándole en su rostro. -Le haces algo a él y te juro que parto tu culo en dos en el suelo -le amenazó entre dientes a su primo, mirándolo con tanta frialdad que el otro pudo sentir como su miedo se colaba en una pequeña parte de su cuerpo. Muchos ojos estaban posados en ellos, la escena de los primos a punto de pelear tenía la morbosidad a flor de piel en muchos invitados, captando la atención de una alejada Sora, que trataba de saber que pasaba y porque la atención ya no estaba en ella. -Eunhyuk, vamos. -Le inquirió Heechul, con una voz baja, primero para poder tranquilizar al muchacho, y segundo, para no hacer un gran escandalo frente a todos lo parientes de Hyuk. -Te prometo que no podrás caminar nunca más en tu vida, Taecyeon -le amenazó nuevamente el rubio, moviendo cada vez más su mano que sostenía la camisa del otro, pescando un poco de piel del musculoso, y torciéndola con cada movimiento, haciendo que su primo retuviera un gritito de dolor. -¿me oíste bien, TaeTae? -gruñó el rubio con todo su odio. -HYUK! -Gritó una voz femenina dentro de la multitud. -¿Qué mierda haces? -preguntó esa voz, saliendo entre las persona que estaban agrupadas, dejando ver sus redondo ojos, su cabello negro cayendo de sus hombros y una mirada totalmente sorprendida. Al llegar a la altura de Eunhyuk y Taecyeon, tomó la mano de su hermano y la alejó de la camisa de su primo. -¿Qué mierda te pasa Hyukjae? -preguntó furiosa Sora. -él me pasa, él -Le apuntó el rubio a Taecyeon. -Pero... no puedes comportarte así Hyuk, las cosas no se resuelv... -Mira, en estos momentos las cosas se resuelven así entre él y yo -le dijo amargamente -las cosas no son como antes, Sora, han cambiado, yo... yo he cambiado -murmuró, con su cabeza gacha sin poder mirar a su hermana mayor. Una visión que quebró el corazón de Hae, ya que ahora podía entender muchas más cosas con respecto a su chico rubio, y el hecho de que sea así. Con ese muro que no lo dejaba entrar en el mundo del joven. -Eun... -balbuceó la mujer, pero Hyuk no la dejó terminar y se dirigió al baño más cerca, con pasos seguros y la cabeza alta, pasando entre la gente que lo miraba con curiosidad, mientras que los parientes lo miraban con desaprobación. Todos miraron a su alrededor, no sabiendo que hacer, con una Sora algo atónita por la escena que recién pudo ver, viendo a un Taecyeon con la mano en su pecho, frotándose con una cara de dolor justo donde Eunhyuk tenía su puño. -Bueno... -habló la mayor de los Lee -Sigamos con esta fiesta, solo fue un mal entendido, y entre la familia todo se perdona -dijo con una sonrisa, fuerte y claro, para que todos la escucharan y pudieran seguir con la fiesta tan bien preparada para Sora. Los invitados asintieron y rieron como si todo hubiera sido una actuación y nada de eso era verdad, siguiendo jugando, hablando, riendo y bailando al ritmo de la música y todo eso después del minuto fue olvidado. Aunque el rostro de la mujer no pudo convencer a los amigos de Eunhyuk, que miraban con odio a Taecyeon y con algo de tristeza a Sora. Kagin se encargó de llegar a donde estaba la hermana del rubio, y la llevó a la salida para que tomara algo de aire, aunque nadie sabía si tenía que decirle lo que en verdad estaba pasando en la vida de su hermano o no. Pero seguramente, Kagin se encargaría de animarle el ánimo, pero no de contarle algo que no debía ser confesado por él. Yesung, Shindong y Heechul no sabían que hacer, pero el más perdido era Hae. El moreno no tenía ni la menor idea de que era lo mejor para su rubio amigo. Yesung se acercó a Heechul y le susurró algo a este, asiendo que asintiera con cada palabra que sacaba de su boca, y Hae viendo todo esto, se sintió peor. Ahora lo estaban dejando separado del grupo. La velada se había estropeado del todo, ya que un enojado Hyuk era malo, muy malo. Heechul se acercó a un desplomado Hae, que estaba sentado con su cabeza entre sus brazos y sus brazos esparcidos en la mesa. -Hae -le susurró el chico. El castaño alzó un poco la mirada, pero aun quedando su boca entre sus extremidades. -creo que lo mejor es que vallas a hablarle a Hyuk. -le sugirió delicadamente el mayor, mirando con preocupación al moreno. Este le palpitó su corazón al segundo, ¿por qué tenía que ser él?. -Pero... -Según Yesung y Shindong, junto con mi aceptación, pensamos que lo mejor es que seas tú el que valla con Eunhyuk. -le miró con suplica. Algo que hizo sentir entre la espada y la pared a Hae. No quería ir por una parte ya que no sentía que era el más cercano al rubio, ese era sin lugar a dudas Heechul, y además por el hecho de que recién ahora estaba sabiendo cosas de su vida, y posiblemente le faltaban mucha más cosas por saber del bello joven, pero aun así, quería ir por otra parte, ya que, después de ver a Eunhyuk en esa forma, algo débil con respecto a su, siempre, fuerte carácter, hacían al rubio más humano y haciendo acrecentar el sentimiento en Hae de tenerlo en sus brazos y ayudarlo en todo lo que él necesitara. -Yo... -Solo di que si, Hae, por favor -Le dijo Yesung del otro lado. Mirando con un poco de miedo a su alrededor, el moreno asintió. Se paró y se dirigió a donde se había ido el muchacho rebelde. Heechul, Yesung y Shindong lo miraron con una sonrisa preocupada, como si Hae se fuera a encontrar con un poderoso y hambriento tigre.-¿Eunhyuk? -Preguntó al entrar al baño del salón. Al parecer estaba vació, pero Donghae no se dio por vencido y abrió cada puerta de cada cubículo. Mirando su reflejo en el espejo que estaba en la pared de la espaciosa e iluminada habitación. Hasta llegar al sétimo y último cubículo se dio cuenta que habían zapatillas ahí. Al abrir la puerta lenta y delicadamente, se mostró a un Eunhyuk, sentado en el inodoro, (que tenía tapa), con sus codos en sus rodillas que estaban separadas y sus manos enterradas en su rostro. -Hyuk -susurró el moreno, no sabiendo que hacer, si acercarse o no, si tomarle su mentón y besarlo, y abrazarlo, o si salir corriendo y dejar al tigre calmarse. -¿qué haces acá? -Preguntó el rubio, agriamente. -Yo... yo vine a... -Molestarme -terminó el rubio, levantando su mirada, algo que le dio un escalofrió en el cuerpo al moreno, estaba enojado... muy enojado. -¿por qué siempre me molestas, Donghae? -le preguntó amargamente al castaño, una pregunta que hizo que el corazón de Hae palpitara rápido y su estomago se revolviera por las frívolas palabras -¿por qué no desapareces cuando quiero? -le inquirió nuevamente el chico malo, dejando a un Hae con las palabras de amor en la boca, sin poder sacarla, y con una tristeza recorriéndole el cuerpo. -Hy... -Y además de eso, cada vez que te digo que te alejes, te acercas más -le comentó el rubio, parándose del inodoro y moviéndose como un depredador al moreno, este se paró rápidamente y se alejó, con cada paso que daba hacia atrás, el rubio daba uno adelante, el moreno cada vez más rápido, y el chico malo cada vez más lento. Hasta que Hae llegó a tocar el espejo del amplio baño, tratando de escapar hacia el lado, pero no pudiendo, ya que el otro joven posó una mano a lado del hombro del castaño, impidiéndole su única salida. Con su corazón palpitando rápido y sus manos frías de transpiración nerviosa, trató de mirar a los oscuros ojos de su amante. -tu sabes muy bien que lo nuestro no es nada, ¿verdad, Donghae? -preguntó el muchacho. El estomago de Hae dio un vuelco y se sintió enfermo, y traicionado. Claro, él sabía que eran nada, pero aun así... Era algo difícil de admitir después de que el moreno le había entregado su primera vez al rubio muchacho, además de vivir experiencias nuevas y que el mejor amigo de Hyuk le digiera que este en verdad sentía algo por él... Si, era algo difícil. -Lo... lo sé. -tartamudeó Hae, algo herido por las palabras de su "amigo". -Entonces... Tú sabes que tus sentimientos son unilaterales, y que yo jamás los responderé, ¿cierto? -le inquirió nuevamente el chico malo. Haciendo que el corazón de Hae palpitara un poco más rápido y mirara al suelo, con sus mejillas sonrojadas por el tema de los sentimientos y por la pena que estaba sintiendo en esos momentos. Se mordió el labio y trago saliva difícilmente. -s...s...si -balbuceó el muchacho, con una voz algo aguda por el posible sollozo que contenía. -Bueno, ahora que aclaramos eso... debo admitir que eras muy perseverante, Hae -siguió Hyuk, como si no hubiera un herido pececito en frente de él - Yo ya te habría dejado si no fuera porque aun me faltan cosas que quiero que descubras. -dijo, haciendo que el aplastado joven se sintiera peor aun. Entonces, Hyuk aun no dejaba a Hae porque aun le faltaban cosas por experimentar, pero cuando ya deje de haber cosas... ¿qué pasaría? Hae ya no sería más parte de la vida del rubio, ya no lo vería mpas, ya no podría estar entre sus brazos, ya no podría oler ese aroma que tanto le gustaba, ya no podría sentirse seguro en un callejón oscuro, ya no podría sentir esos gruesos labios pasar por su cuello, y que esos mismo labios llegaran a su boca y lo besaran con tanta pasión que lo dejarían en estado de felicidad máxima, no ... ya no podría hacer nada de eso. -Dime, Hae -continuó el frio muchacho -Yesung me ha dicho cosas de ti, pero, en realidad no sé si con ciertas pero, quiero averiguarlo. -musitó el muchacho, con una falsa preocupación en su voz. Le puso su mano en el mentón del moreno y lo hizo mirar hacia arriba, no tanto, ya que no tenían tanta diferencia de altura, pero aun así, Hae se sentía más pequeño que nunca. -¿Es cierto que... que me amas? -Le preguntó este, con una sonrisa torcida, una sonrisa malvada, una sonrisa caprichosa y deseosa de saber una verdad que haría que su ego se inflara. En esos momentos el moreno se zafó del agarre de su mentón y miró hacia abajo, con su corazón entre sus manos y sus mejillas enrojecidas a más no poder, su labio mordido fuertemente, reteniendo sus lágrimas que estaban listas para salir de sus enrojecidos ojos. Se sentía traicionado, herido y por sobre todo, no deseado. Como si todos esos sentimientos de Donghae para Eunhyuk, fueran una buena broma, una forma de burlarse del pececito a medida que pasara el tiempo. Le dolía en el corazón todo lo que le estaba haciendo ahora el rubio, esta velada si que había cagado. -Yo... -"¿qué digo?" El castaño no sabía si decir la verdad o mentir, pero era obvio que no podía mentirle al rubio, este siempre se daba cuenta por alguna razón. -Yo... -seguía tartamudeando el moreno. -Hae, solo dime. No me burlaré -Le dijo este, acercándose más a su rostro y chocando sus alientos, mirando a los ojos al moreno, a lo que este pudo ver los ojos de sorpresa del rubio, al parecer no sabía que las palabras fría estaban haciendo un efecto fuerte en el sentimental pececito. -S...si, Hyuk. -balbuceó el moreno, mirándolo a los ojos, tratando de tener toda la dignidad del mundo después que Euhnyuk había pisoteado sus sentimientos en el suelo y después tomarlos, pero solo para tirarlos por una cascada de agua turbia y llena de excremento. -Wow, entonces es cierto -dijo el rubio -¿me... me amas? -preguntó nuevamente el muchacho, aun con esa sonrisa, una sonrisa que Hae jamás pensó que odiaría. El chico malo estaba haciendo honor a su sobrenombre. Hae jamás pensó que Hyuk sería así de cruel, insensible e inhumano, riéndose, burlándose y casi humillando a Hae por sus sentimientos, sentimientos que el propio rubio incentivó a sentir. Con su mirada constante, con su palabra precisa y con su sonrisa perfecta. -Yo siempre te dije que nosotros jamás seríamos algo Donghae, así que no me mires con esa carita, que yo no tengo la culpa de que te haya pasado esto -le siguió insistiendo el hombre, aun con la risita. Pero de alguna forma, tenía razón, Hae sabía muy bien a lo que se estaba enfrentando al estar con Hyuk, siempre lo supo, siempre se le dijo, incluso el mismo Kyuhyun le advirtió, pero... Aun así, Hae fue el que decidió estar con el chico malo. Y era por una de esas razones por las cuales el moreno no se alejaba del rubio, por el simple hecho de que él, y nadie más que él, decidía si se quedaba con Eunhyuk. A que, a pesar de todo, el rubio siempre estaría ahí, dispuesto a tener una aventura con el moreno, ya que Eunhyuk no se iba a comprometer con nadie, pero en cambio Hae, él era el que decidía en esa relación, ya que en cualquier momento se podía ir, y estar con alguien que de verdad apreciara sus sentimientos. Pero para eso Hae tenía que encontrar a alguien más perfecto que Hyuk, y eso era prácticamente imposible. -Lo sé, Hyuk. -le aseguró el moreno. -Pero yo quiero estar contigo, quiero acompañarte a todas partes, y quiero que sepas que yo estoy a tu lado, aunque todos estén del otro. Yo siempre estaré ahí para ti. -Le manifestó el castaño silenciosamente, algo que hizo que los ojos del rubio se abrieran de par en par, tomándolo por sorpresa la confesión del moreno. El menor pudo escuchar el corazón del otro latir, haciendo que su mismo corazón latiera rápido, ganando más confianza de lo normal, y después de ver a Eunhyuk descolocado por la bella confidencia, decidió que era momento de actuar, y no dejar que unas palabras de un rubio enojado penetraran en su mente, sonrió tímidamente y miró al rubio algo enrojecido. Este aun estaba en estado de asombro por lo que acababa de decir el otro y antes poder decir algo cruel e insensible, sintió unos brazos pasar por sus hombros. Hae lo estaba abrazando, con su pulso acelerado, pudiendo sentir el cálido aliento del moreno entre el espacio de su cuello, oler el delicioso aroma del cabello de su amante, y notar como sus corazones palpitaban rápidamente pero al mismo ritmo. Con sus pupilas dilatas, se vio Hyuk en el espejo del baño, deleitándose con la imagen de un HaeHae colgado de él, gracias al abrazo, la camisa de Hae se había levantado un poco, revelando un espacio de su morena y suave piel, y el principio de la pretina de sus boxer, terminando con su prominente trasero, que siempre miraba cada vez que se paseaba por los pasillos de su escuela, recordando como lo tubo entre sus brazos esa noche de luna llena al lado de un lago. Unf!, ahí si que había sacado todo el romanticismo que jamás había tenido, el rubio a un no se explicaba el porque del esperar justo a ese momento para hacerlo con Donghae, lo hubiera podido hacer en cualquier otro momento, ya que este, siempre estaba bien dispuesto a todas las caricias del chico malo, pero este no quería que fuera algo casual... el porque... ni él lo sabía. -Es por eso que no quiero que te alejes, yo te ayudare con todo, Hyukkie. -le terminó de decir el moreno, sacando todo lo que tenía dentro y abrasando con todas su fuerzas al rebelde muchacho, dándole estremecimientos en todo el cuerpo a este. Hyuk sin saber que hacer, posó su boca en el hombro de su amante, dándole un beso asegurador y mirando aun su figura en el espejo. Tomó la parte de cadera desnuda que Hae mostraba, y la apretó hacia adelante, acercando los cuerpos de los dos jóvenes juntos, mucho más de lo que ya estaban. -¿Si te digo que yo no puedo amar a nadie Hae, tu aun te quedaría de mi lado? -Le susurró roncamente el rubio contra su oído, con el aliento cálido recorriéndole parte del cuello, algo que hizo vibrar su cuerpo de placer -¿Si te digo que jamás podré corresponderte como tú quisieras? -siguió el otro. Y Hae pensó, por un segundo, que su voz era de preocupación que en realidad le estaba preguntando esto como si le importara, que en no era un juego, que no era para burlarse, que era la triste y cruel realidad. -Ya te dije, Hyuk. Soy todo tuyo. -Murmuró el otro, en su oído, ganándole a todos sus miedos, y dándole un beso en el lóbulo de la oreja de su rubio amante. Ganándose un gemido del otro. Sintió como este se tensaba debajo de su abrazo y su agarre se fortalecía en la parte de sus caderas, apretándolo cada vez más contra el cuerpo del mayor, y dibujando pequeños patrones con sus fríos dedos contra su caliente piel. Esa mano le estaba quemando con cada caricia que le daba en su espalda, con cada recorrido que hacia le daba un estremecimientos en toda su espalda, y hacia que su pulso se acelerara junto con su respiración. -Entonces, ¿está bien para ti? - él inquirió -seguir así, aun cuando yo no pueda devolver tus sentimientos. -le dijo contra su cuello. Dándole cálidos besos pequeños pero poderosos en su piel. -Mhmm -asintió el moreno, con los ojos cerrados -Aun así, yo estaré para ti. -Ahí fue cuando el rubio perdió todo su control, y tiró a Hae contra el espejo, devorándolo con la mirada, se acercó rápidamente, posando sus frías y largas manos en su mejilla, inclinándose para poder llegar a tocar esos pecadores labios. Al llegar a su meta, sintió su corazón palpitar fuerte, Hae era el único que podía hacerle sentir de esa forma... Tan vivo. El beso fue urgente y desesperado, intercambiando sus formas de besar, junto con tactos calientes por sobre el cuerpo. El moreno gimió al tacto de la boca del rubio contra su cuello, este no dándole ningún tipo de escape, succionó fuerte la morena piel, haciendo que Hae cerrara los ojos fuerte y placenteramente. El castaño puso una mano en el pecho del otro joven, tratando de separarlo de su abusado cuello, y tratando de ganar algo de poder y conciencia, ya que ahora estaba en el séptimo cielo. -Hyuk, no... no puedo salir con un chupón en mi cuello -dijo el moreno, algo carraspeado y ronco por el deseo y lujuria que corría en sus venas. -antes no tenía un... -trató de comentar, pero fue silenciado por una mordida en su labio inferior, entrando un lengua violentamente en su boca, que jugaban por toda su cavidad, y la llenaba de fogosas huellas. -¿acaso me veo que me importa? -Preguntó el chico malo, al dejar de besarlo -de hecho, debería decirle al mundo que eres todo mío. -dijo entre dientes, haciendo temblar al moreno, acercándose más y tocando la pelvis de Hae con la suya, los dos muchachos jadearon al unísono, creando eco entre las paredes del baño. -Hy... Hyuk -trató de imponerse el moreno, pero su deseo no dejó que ganara su conciencia, y se desinhibió, ganando una vez más el rubio joven. Este sonrió entre los besos que se daban y comentó mientras succionaba la lengua del castaño -Me encanta que no puedas resistirte, HaeHae -dijo, y antes de poder seguir más allá. Tres golpes en la puerta dejaron estáticos a los jóvenes.

BAD BOY - (EUNHAE +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora