30. Sonrisas

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Sonrisas
Ya era de mañana y Hae no había ido a la escuela, aun estaba haciendo la hora en su departamento, con su madre ya lejos de aquel lugar, en una oficina de Seúl, y con un hijo con dolor de estomago por haber faltado a clases de esa forma. Hae era un pequeño bebé cuando se trataba de hacer ese tipo de rebeldías, en realidad era un bebé para casi todo, pero para esos casos en especial, era más niñito que nunca.
Cuando el moreno ya estaba con un polerón de color negro, y unos jeans de ese mismo color, poniéndose una gorra y unos lentes Ray Ban de aviador, salió de su casa, casi camuflado en la brillante mañana.
Al llegar a donde supuestamente tenía que encontrarse con su chico rebelde, no pudo encontrarlo por ninguna parte del parque, no estaba ni siquiera cerca de la cuadra.
-¿Dónde se estará este tonto? -se preguntó Hae en voz alta, mirando su celular, estando en el dilema si llamar o no llamar al chico malo.
Después del día de ayer, y ver como Yonghwa aun tenía esa extrovertida personalidad, junto con esa sonrisa que hacia derretir a las mujeres de Mokpo, Hae se pudo dar cuenta que en realidad sus sentimientos no habían desaparecido del todo con su amigo de la infancia, aun quedaba ese amor que siempre le tuvo a su ex novio, pero no era más allá de eso, un amor casi fraternal, en cambio, tenía otra percepción con el rubio, era mucho más fuerte, y más excitante y poderosa, algo peligrosa pero al mismo tiempo intensa. Era muy extraño, y sus sentimientos le rodearon su mente durante toda la noche, no entendiendo muchas cosas.
-¿No vino tu amiguito? -preguntó una voz ronca, con un aliento cálido rodeándole en el oído del moreno, haciéndolo temblar de arriba abajo al reconocer esa voz.
-Eunhyuk! -gritó el moreno, un poco sobresaltado por el susto, pero también por la intensidad de la voz. Al darse vuelta, pudo notar los moretones del rubio que aun estaban plasmados en su mejilla, pero no tan notorios como el día anterior, aunque todavía se encontraba esa cicatriz en que le cortaba esos gruesos y delicioso labios.
-¿Por qué estás vestido así? Me costó reconocerte. -murmuró el mayor, mirando a Hae de arriba abajo.
-Es por... porque... -el castaño se puso un poco nerviosos por la mirada intensa del otro, y también porque no quería reconocerle a él, precisamente al más rebelde de toda la escuela, que le se sentía irresponsable al no ir al colegio de esa forma.
-Si te da miedo hacer estas cosas, entonces no tengo tiempo que perder contigo, Donghae. -comentó con hostilidad, dando la media vuelta y caminando a paso lento.
Hae se sorprendió y fue directamente donde estaba el mayor, tomándole el brazo y haciendo que sus miradas chocaran.
-No es eso, Hyuk! -gritó en estado de alarma, con ojos grandes y desorbitados -Es solo que no me gusta faltar a la escuela de esta manera, pero... - el castaño miró al suelo y se sonrojó por lo que tenía planeado decir ahora, a lo que Hyuk le alzó una ceja y lo miró entretenido. -Pero si es por ti, faltaría por siempre. - el moreno se mordía la lengua al decir esta última frase, con un bochorno en todo su rostro por la estupidez, pero real, que había dicho.
No quería mirar hacia arriba y encontrar a un Eunhyuk riéndose en su cara por lo que había dicho, pero antes de poder moverse, solo sintió unos dedos largos y fríos pasando por su cabello castaño, desordenándolo más de lo que estaba.
-Eres demasiado cursi, Hae -le susurró el mayor, haciendo que el otro lo mirara de inmediato y ver una sonrisa en su cara. Su pulso se aceleró en seguida, y su rostro se volvió más rojo de lo que estaba, junto con el corazón redundando de sentimientos por ese hombre que tenía en frente. No era una de esas sonrisas que siempre veía, tan lleno de egocentrismo y narcisismo, si no que era una sonrisa de esas que amaba Donghae con todo su corazón, esa sonrisa de dientes blancos y relucientes, junto con esas encías que aparecían justo por debajo del labio, y haciendo que todo ese momento pareciera uno de los más sinceros que habían tenido juntos. Donghae no se perdonaría si olvidara ese instante. -¿por qué tienes esa cara de cachorro? -Le preguntó Eunhyuk, mirando a los ojos del moreno, y este dándose cuenta que en realidad estaba mirando al rubio más de lo necesario, y seguramente con unos ojos brillaste y con sus pupilas totalmente dilatas por ver al hombre más perfecto de la vida para él.
-Ah Oh, lo...lo siento -trató de recomponerse de esa sonrisa, y miró al suelo, tomando aire y quitándose ideas de la cabeza de él y Hyuk en una casa en la playa, pasando el resto de sus vidas juntos.
-Entonces, vamos. -animó el mayor, caminando en dirección contraria.
-¿a.. a donde vamos? -preguntó el moreno, confundido un poco a cerca de lo que harían ese día.
-A la casa de Heechul, vamos a ir al centro de Seúl y comprar algunas cosas, y tú nos acompañaras. - Al escuchar eso, el castaño paró en seco y palideció completamente, sintiendo como su corazón dejo de palpitar y volviéndole imágenes de él, robando, más bien, siendo cómplice de un robo, y a un Eunhyuk más rudo que nunca, y además de que ese día casi lo atropellaron porque estaba corriendo de los policías que los habían encontrado. No, definitivamente Hae no quería volver a hacer eso de nuevo, y nunca más en su vida, en realidad, pero... Si Hyuk lo quería hacer, lo dejaba entre la espada y la pared, y el moreno no quería elegir entre el bien y el mal. No por Eunhyuk, ya que él siempre elegiría al rubio.
El mayor se percató de que algo no andaba mal con el moreno, y dio pasos hacia él, llegando a su distancia.
-¿Qué? ¿Te da miedo Heechul? - Cuestionó entretenido, con una su sonrisa arrogante, que dejaba locas a las mujeres, y hombres, de la escuela. -No te culpo, Hae, todos le tenemos un poco de terror. -siguió con su relato, pero viendo que no tenía una mayor respuesta del menor que una negación con la cabeza. -¿qué pasa? -le preguntó algo preocupado, inclinándose un poco para que Hae viera sus ojos y dejara de mirar el suelo. Acaso... ¿Hyuk estaba buscando la mirada del moreno de esa forma tan... intima? -dímelo. -le dijo, pero sonando mucho más como una súplica que una orden o algo parecido, haciendo que el moreno sintiera una calidez en su corazón por los simples gestos que podía hacer el mayor, teniendo un gran efecto en lo que podía sentir el castaño, creciendo cada vez, y con más intensidad, su amor por ese hombre.
-Es solo que no quiero que pase lo de la vez pasada, Hyuk, eso es todo. -le susurró honestamente el moreno, suspirando al final por el posible reto que podía venir del rubio, y el "no me gustan los débiles" , o el "debiste pensar antes de meterte en nuestro grupo" o muchas más frases que Hae se creó en un instante en su mente con la sola mirada del mayor.
Pero para su sorpresa, y como le había pasado en toda la mañana con el chico malo, este solo alzó su brazo y posó una mano delgada en su mejilla, haciendo que el moreno lo mirara de inmediato con unos ojos brillantes y grandes, observándolo solo a él.
-Jamás voy a dejar que te pase algo así de nuevo, Donghae. -le susurró el rubio, con sus alientos mezclándose por la cercanía y haciendo que el castaño se estremeciera por toda esa intensidad en la mirada del mayor, ¿cómo este hombre podía tenerlo de esa forma? ¿tan, malditamente, entregado a él?
-Pero, Hyuk yo...
-Además... -agregó el mayor, recomponiéndose en su puesto y alejándose -no haremos nada de lo que hicimos esa vez, ahora tenemos dinero. -terminó, caminando a donde tenía que ir, y Hae siguiéndolo, ahora con una sonrisa de oreja a oreja, como un cachorro que sigue a su amo.


Al llegar a la casona de Heechul, Hae no podía parar de abrir la boca por la inmensidad del terreno, el castaño se acordaba que había ido allí una vez, pero esa vez fue cuando estaba oscuro y no pudo darse cuenta de lo grande que en realidad era esa mansión.
-Camina, Donghae. -lo llamó Eunhyuk a la tierra, y este lo guió a la puerta.
Al caminar toda la frondosa entrada a la puerta, el mayor tocó el timbre, y se abrió de inmediato, una señora de una edad ya avanzada, saludó a Eunhyuk y a Donghae como si ya fueran parte de la realeza, y los guió a la habitación de su amigo.
-Donghae!! -gritó Heechul apenas la puerta de su cuartó se abrió, abalanzándose a sus brazos y tomándolo por lo hombros para que esta también lo devolviera, algo que hizo con una sonrisa cálida y sincera. -No sabes cuánto te extrañé! -comentó aun en sus brazos. -Cuando Hyuk me dijo que iríamos contigo, me puse muy feliz, será mucho más entretenido. -rio el joven, separándose y dándole espacio a Hae para respirar, notando como su amigo miraba al chico malo con una sonrisa. -Fue una buena idea, Hyuk. -le aseguró, Hae miró a su rubio y pudo notar como su mandíbula estaba un poco tensa, además de poder notar como no estaba sonriendo descaradamente, como si al llegar acá, algo le molestara demasiado. El castaño no le dio mucha importancia, ya que no podía hacer nada con respecto al mal humor del mayor, a veces.
Cuando el menor miró más allá de Heechul, notó que, alrededor de una pequeña mesita, estaba Yesung, Kagin, Shindong y Sungmin, mirándolo con una sonrisa en la cara y con unos vasos en sus manos, además de panes y diferentes galletas, Hae sintió que estaba en una etapa en que ellos se estaban volviendo sus amigos, ya no era un silencio incomodo, ni se sentía fuera de lugar, o fuera de su área de confort si no estaba Hyuk o Heechul a su lado, si no que un saludo reconfortante y agradable. Al llegar allí, los saludo uno por uno y se sentó al lado de Yesung y al lado del moreno se sentó Heechul rápidamente, haciendo que Hyuk se sentará frente de él con Sungmin.
-Así que... -comenzó Kagin -¿Dónde iremos? -preguntó con la boca llena de su pan. Algo que les pareció divertido a todos.
-Primero come -comentó Heechul -pero creo que Hyuk es el que quería hacer esto hace un tiempo atrás, así que, depende de él. -Todos miraron al rubio y este solo encogió sus hombros, comiendo su galleta lentamente, algo que no pasó desapercibido por el menor y deseo que esos labios fueran solo para él, al tener eso en la mente, enrojeció por lo tan pervertido que se había puesto al momento de encontrarse con el mayor.
-Quiero comprarme ropa de marca, ya pasó la temporada y se viene el invierno, además que necesito comprarle algo a Sora. Se viene su cumpleaños. -comentó el rubio, no importándole mucho la conversación y sacando su celular, prestándole más atención a eso que a lo que hablaban sus amigos tan excitadamente.
Pasó un tiempo y Hae no podía parar de sonreír, estaba inmerso plenamente en el grupo de Eunhyuk, además que Kagin, junto con Shindong hacían muchos chistes, y Yesung remataba y Sungmin se reía junto con Heechul y esa risa típica y característica que tenía. Era extraño para Hae pensar que estos mismo hombres, eran los más temidos de la escuela, que todos los respetaban y tal vez no por admiración, si no por miedo a que les pase algo si se topaban con ellos, y era demasiado irónico las vueltas de la vida, de conocer a esos jóvenes intimidantes en una sala, a pasar a esto, una mañana tranquila y relajada, riendo y recordando buenos momentos. La vida si que daba vueltas.
-Y dime Hae... -le preguntó Yesung, pasando un brazo por los hombros del moreno -¿Tu has tenido algún amor aparte de nuestro gruñón? -Preguntó el joven, haciendo que todos se callaran y miraran atentamente al pececito, que solo pudo inclinar su cabeza al suelo para tapar sus nervios.
Hae pudo sentir como Hyuk despegaba sus ojos del celular, y lo miraba intensamente, a él, solo a él, creando unas pulsaciones mucho más rápidas y junto con un creciente nerviosismo, se aclaró la garganta para poder responder.
-Yo... yo he tenido un novio -respondió Hae, aun en estado de alarma, mordiéndose el labio por la ansiedad de contar su pasado, y que Hyuk lo estuviera escuchando tan atentamente.
-¿ah si? -inquirió Yesung -Y ¿cuanto estuviste con él?.
-2 años -respondió, escuchando de inmediato un suspiro entre los jóvenes.
-Eso es demasiado HaeHae -dijo Shindong -Debió ser genial tener tanto tiempo a una persona a tu lado. -comentó con una sonrisa.
Donghae lo miró y por alguna razón, no pudo no sonreír, en realidad, Yonghwa era una persona extraordinaria, y el moreno siempre se sintió en deuda con él, por el simple hecho de que fue una de las mejores cosas que le pudo pasar, además de ayudarlo con todo lo que tenía que ver con su homosexualidad, y que este se aceptara a él mismo, también fue un pilar importante cuando se recuperaba de la muerte de su padre, y todas esas noches que su madre estaba borracha en su habitación, Hae se dirigía inmediatamente a la casa de su novio, acostándose a su lado, mientras que este le cantaba canciones en su oído para que se quedara dormido. En verdad, Yonghwa, era un ángel guardián.
-Si, es genial -murmuró el moreno, recordando todos esos momentos con el universitario.
-Wow, Hae, ¿acaso te enamoraste de él? -le preguntó Sungmin.
El castaño miró al lado de su interlocutor y fijó sus ojos en un rubio, con una mandíbula completamente definida, y unos ojos oscuros e intensos en él. Esto le creo un estremecimiento por todo el cuerpo del menor, que no pudo dejar de mirar a su chico malo, y sin pensar lo que podía llegar a tener consecuencias sus palabras, dijo:
-Si.
Hubo un silencio sepulcral durante todo un minuto, donde nadie hablaba ni se movía, y la tensión en el ambiente penetraba fuerte entre los jóvenes, mientras que los amigos de Eunhyuk miraban expectantes al rubio y después al moreno, y estos solo intercambiaban miradas, sin palabras, solo intensidad en sus ojos.
-Pero... Ya es pasado -siguió Hae después de unos minutos que perecieron horas. -Yo y él no tenemos esa misma conexión ahora. -Terminó, y con una sonrisa, dejó de mirar a Eunhyuk y posó sus ojos en Yesung -Mi corazón pertenece a otra persona.
Todas las miradas se posaron en Hyuk, el cual aun seguía con sus ojos fijos como dagas en el rostro del menor, pero sin expresión alguna, solo con una mandíbula rígida y un aura oscura.
-Bu...bueno bueno -interrumpió Heechul entre la inmensa faja de tensión en el ambiente -es mejor que vallamos ahora, si no, se hará más tarde de lo necesario.
Todos se pararon de inmediato, recogiendo sus cosas y ordenando un poco el desastre, menos un rubio, que seguía mirando a Hae, mientras que este trataba todo lo posible por ignorar esa punzante mirada, ya que si lo veía nuevamente, no saldría nunca de esos oscuros ojos.
-Vamos Eunhyuk. -escuchó a Sungmin decirle al rubio. -No necesitas que alguien te vea de noche en el centro de Seúl, por lo menos no ahora.
Eso le dejó flotando en su cabeza a Hae, ¿por qué Sungmin diría algo así? Acaso Eunhyuk no podía salir de noche por alguna razón, aunque sería contraproducente que fuera así, ya que este era el que siempre hacia lo que quisiera.
-No necesito que alguien me restrinja, tengo mis propias reglas -comentó el chico malo, parándose de su asiento dirigiéndose a la puerta de Heechul. -Vamos, tenemos mucho que hacer.
Con esa frase se fue de allí, con un Hae algo confundido.
-Hae -llamó Heechul al moreno -No puedo creer que no te des cuenta lo loco que tienes a Eunhyukkie -comentó, haciendo que todos se rieran y que asintieran ligeramente.
-Jamás vi a Eunhyuk tan enojado -murmuró Sungmin.
-¿Viste su cara? -Preguntó Kagin -Tenía la misma cara que pone cuando le dicen que viene su papá, así de mal le calló tu noticia de tener un ex. -rió el joven, seguido de todos, aunque Hae seguía más complicado y confundido que nunca. Tal vez no era tan mentira eso de que Eunhyuk podía sentir algo por él, tal vez, si se esforzaba un poco más, y le demostraba que sus sentimientos eran más que verdaderos, tal vez, y solo un tal vez, sin probabilidades, le podía corresponder, aunque sea el mínimo, a sus sentimientos.


Al salir, todos entraron a la camioneta Jaguar negra de Heechul. Eunhyuk sentándose al frente junto con Hee, y los demás atrás, charlando, riendo, y comiendo.
-YAH!, ensucian algo y les juro que nunca más los dejo entrar a mi casa. -les gritó.
Cuando, finalmente, se estacionaron, salieron de la camioneta, y notó de inmediato la mirada de las personas, algo así como impresionados por el look de los jóvenes, menos el de Donghae, que seguía con esa facha de ladrón de mercado.
-Acá -le apuntó Eunhyuk, y fueron a una tienda.
Hae reconoció inmediatamente la marca, era una internacional de una gran calidad. La ropa era vendida como pan caliente, y los hombres solo quedaban mirando las estanterías desde afuera, ya que era bastante poco asequible a aquellos que no tenían demasiado dinero.
Al entrar, el aire acondicionado, junto con el olor a las prendas nuevas, les pegó a todos los jóvenes en sus fosas nasales, aspirando con un poco más de énfasis el aroma.
-Esta es la mejor tienda de ropa de hombre en todo Corea. -le murmuró Heechul a su lado -Y es la favorita de todos nosotros.
-Eunhyuk -llamó una voz femenina a su lado. -Hola -saludó, Hae se dio la vuelta y vio a una hermosa chica, de ojos azules y pelo rubio, parecía extranjera por la forma de sus ojos, con una camisa y unos pantalones de esa marca impregnada ahí, era una vendedora, pero ¿por qué conocía a Hyuk?, tal vez era porque este siempre venía acá. Tal vez.
-Hola -le saludó de vuelta Hyuk. El castaño miró al rubio y notó como este estaba con una sonrisa en la cara, algo que no le gustó mucho, aunque fuera esa sonrisa narcisito y arrogante, no la sincera, no le gustaba que el rubio tuviera ese tipo de gestos con otra persona que no fuera él.
-¿quién es ella? -susurró el moreno a Heechul, quien veía la escena con ojos bien abiertos.
-ella... bueno... -dijo algo nervioso el mayor - Siempre que el Hyuk llega acá, ella lo sigue como un perrito y no lo deja en paz, desde que tuvieron relaciones en una de las cabinas para cambiarse de ropa. -Hae miró atentamente la escena y no pudo no imaginarse a Hyuk teniendo placer ahí con otra mujer, algo le dolió cerca de su brazo izquierdo, hasta llegar a su corazón, el cual se percató que estaba palpitando más rápido de lo esperado. Los celos lo estaban carcomiendo por dentro, no le gustaba pensar que Eunhyuk hacia eso con otras personas y que seguramente lo seguía haciendo, aunque este estuviera con Hae esporádicamente.
Heechul le tocó la cabeza y lo tiró lejos de la intensa mirada que compartía Eunhyuk con la linda muchacha. Y antes de poder desaparecer por una esquina con Heechul por una de las partes especiales de ropa, miró por última vez a Eunhyuk y vio que este se le acercaba a la mujer con una sonrisa, y con una mano acariciándole la mejilla, algo que Hae no pudo pasar por desapercibido, y sintiendo como todo su corazón se revoloteaba por el dolor, además de un malestar en su estomago, junto con un mareo en su cabeza, queriendo sacarse todos esos órganos, y dejárselos a Eunhyuk, y nunca más sentir ese tipo de cosas. Esos momentos eran en los que Hae se daba cuenta que en realidad Eunhyuk siempre sería un jugador con sus emociones, y que en realidad, jamás, pero jamás se los devolvería, ¿cómo alguien como él, querría estar con alguien tan poca cosa como Donghae? ¿cómo un chico con ese historial de mujeres y hombre querría elegir entre todos a un pobre pez de Mokpo? No, no cabía posibilidad en todo el mundo que Eunhyuk, el chico malo de la escuela, y el más genial al mismo tiempo, quisiera estar con el poca cosa y chico tonto de Hae, no, no cabía posibilidad.
-No dejes que esto te afecte, Donghae. -Le comentó Heechul, que no había hablado durante un tiempo y buscaba ropa entre las estanterías. -Es solo una chica, Hyuk nunca...
-Basta. -murmuró el moreno, mirando el suelo y sintiéndose horrible, queriendo gritar por un amor no correspondido. -Yo sé la verdad. -siguió el moreno, comenzando a sentir ese nudo en la garganta y esas lágrimas agrupándose en sus ojos, pero que el moreno no quería dejarlas ir de sus ojos, porque si lo hacía, sabía que no iba a terminar.
-Así?, y cuál sería la verdad según tú? -preguntó Heechul, dejando de lado su tarea, y mirando directamente al castaño.
-La verdad es que Eunhyuk jamás me va a corresponder, y que en realidad, solo soy un perdedor desde el primer momento que me uní a este juego. -siguió el moreno, sin dejar de mirar el suelo, y viendo como cayeron las primeras lágrimas a la madera reluciente de la tienda.
-No tienes idea de lo que dices, Hae -comentó el otro. -Tú dices que conoces a Eunhyuk pero en verdad, no tienes idea que en verdad él siente cosas por ti -continuó el mayor, dirigiéndose al moreno y tomándolo por los hombros, haciendo que este posara su cabeza allí -tal vez él aun no sabe que es lo que siente, pero... Estoy completamente seguro que tu no le eres indiferente, como si le es indiferente esa chica o todas las otras mujeres u hombre que él haya tenido antes, así que por favor, no renuncies a él, no tienes ni la menor idea de como ha cambiado, y del efecto que has tenido en su vida desde el primer momento en que le dijiste que lo amabas.
Donghae solo cerró los ojos, y trató de olvidar lo que vio, trató de olvidar que posiblemente ahora mismo, Hyuk estaba "reencontrándose" con esa mujer, trató de olvidar que posiblemente lo que dijo Heechul era una mentira, trató de olvidar todo eso y quedarse con el abrazo de su amigo, que en realidad, si algo había de verdad en las palabra del mayor, sería que Donghae se quedaría ahí, junto con Eunhyuk, y lo ayudaría con todo lo que pudiera, aunque este jamás le devolviera nada a cambio, porque ese era el amor que le tenía al chico malo, ese era el amor que en realidad jamás había sentido, ese era el amor que quería que Eunhyuk tuviera por él, aunque nunca se lo devolviera.

Cuando ya había pasado tiempo desde que estaban ahí, Hae se había perdido en la tienda, pero dándose alucinaciones con toda esa preciosidad de moda. El moreno no tenía mucho dinero, pero aun así, siempre se vestía de una forma que le quedaba bien a él, jamás fue un desastre en tener un look chic y atrayente, pero al llegar a Seúl, y encontrarse con Eunhyuk y sus amigos, esa percepción de él, había cambiado de a poco.
Al acercarse a una de las secciones donde estaba la ropa más conservadora, pudo notar que estaban una de las camisas que siempre le ha gustado usar, unas de cuadros, y otras de diferentes colores pero de la misma costura. Se acercó a mirar el precio y casi se le salió un grito de la conmoción, el precio era casi inimaginable para una camisa que se podía encontrar en una tienda de segunda mano sin ningún problema, el desperdició de plata que se podía ver en este tipo de tiendas era impensable, ¿cómo una prenda que pesaba casi 2 grm, además de ser una costura totalmente normal, y unos colores no tan extravagantes, podía costar casi lo mismo que su arriendo mensual de su departamento? ¿Cómo?. Tal vez era mucho más creíble con las prendas de Eunhyuk, ya que este si se vestía bien, y tenía otro tipo de camisas, y chaquetas, y pantalones, etc, tal vez era un poco más pasable con ese tipo de diseños mucho más originales, pero una camisa de cuadro a ese precio, era estúpido, Hae no pudo encontrar otra palabra mejor que cupiera en ese contexto.
Al dar pasos hacia atrás de esa prenda que le costaba un arriendo mensual, se topó con un cuerpo duro y fuerte, mirando hacia atrás encontró la mirada de Eunhyuk, algo enojado, con una mandíbula rígida y con sus manos apretadas.
-Eu...Eunhyuk. -murmuró Hae, algo sorprendido por ver a su rubio de esa forma. -¿qu...
-¿Dónde mierda estabas Hae? -preguntó el mayor, acercándose cada vez más al moreno, haciendo que este caminara hacia atrás, paso a paso, hasta que se topó con la pared que sostenía la famosa camisa.
-Yo..yo estaba por aquí, dando vueltas y... -decía nervioso, hasta que lo interrumpió el chico malo. Sintiendo como las mariposas volvían a su estomago por esa mirada de su rubio.
-¿Sabes que pensábamos que te habías ido solo? No tienes idea que tan grande esta tienda es, además de ser irresponsable y de no prender tu celular -habló con un tono bajo, pero golpeado, se veía muy enojado en realidad.
-Yo... No sabía que...
-Además -agregó el mayor, posando sus manos rápidamente al lado izquierdo y derecho respectivamente de la cabeza del castaño, este sintió como sus alientos comenzaban a mezclarse por la cercanía, además de querer abalanzarse a él y besarlo, pero sabiendo que no podía hacer eso, primero porque estaban en un lugar demasiado público y segundo, porque esos labios pertenecieron a otro esta vez, esa muchacha posó sus labios con el del rubio, y Hae no quería ser la segunda opción, por lo menos, no ahora que se sentía horrible por ver a Hyuk coquetear con otra. -¿Con quién estuviste todo este tiempo? Llegamos y te fuiste de inmediato.
-Estaba con Heechul, y bueno, después, me perdí, -comentó el moreno, viendo como el rubio dejaba de tensar su mandíbula y bajó sus brazos, separándose más del castaño.
-Bien, espero que...-
-Hyuk. -lo llamó el castaño, haciendo que este lo mirara nuevamente, pero a una distancia mucho más larga. -tu... tu .... -se aclaró la garganta y respiró profundo - Tú, ¿con quien estuviste tú todo este rato? -preguntó el castaño, sabiendo que esa era una de las preguntas que podían declarar la guerra entre ellos dos. El moreno sabía bastante bien que a Hyuk no le gustaba que se entrometieran en lo que no les importa, no le gustaba que alguien preguntara de su vida, ni menos que le ordenaran algún tipo de cosas, y ese era una de las cosas que Hae estaba haciendo ahora, todas esas cosas a la vez.
-¿Disculpa? -inquirió el mayor, acercándose a Hae, con una voz fuerte y casi sorprendida.
-Eso -"cállate, Donghae, ahora" -quiero saber... -"te mataré si terminas, cállate!" -con quien estuviste todo este rato. -"mierda, te odio, me odio, me mataré, me suicidaré, ¿por qué pregunté esto?!!"
-Donghae -comentó el mayor, ronco y algo enojado. -odio que se metan en lo que no les importa
-A mi me importa. -le murmuró el joven, mirando a los ojos oscuros e intenso del otro. -es por eso que quiero saber.
-Y por qué debería decírtelo, ah? -Inquirió el otro, más cerca del castaño -acaso crees que te pertenezco de alguna forma, acaso crees que...
-Lo sé, Hyuk. -susurró el moreno, con su cabeza gacha y con un dolor en su corazón, sabía muy bien lo que el rubio iba a decir después, pero el moreno no quería escucharlo, solo quería saber si esa muchacha posó esos labio donde Hae quería hacerlo ahora mismo -Solo quiero saberlo.
-De acuerdo. -comentó el otro -Pero hazme bien la pregunta, si quieres saber si me cogí a la chica, solo hazlo, pregúntamelo. Pero aférrate a las consecuencias. -Le susurró el muchacho, acercándose más de lo necesario a Hae, y tomándolo de los brazos, empujándolo a una cabina, lo más rápido posible, y haciendo que el moreno pegara su espalda allí violentamente, sintiendo como todo el dolor se esparcía por su parte trasera, pero no teniendo tiempo para pensar cuando sintió esos ojos a unos milímetro cerca de él, y esos alientos mezclándose, además de sentir en su parte baja, como todo el cuerpo de su rubio contrincante se apegaba a él.
-Yo...
-Pregúntamelo -le ordenó el muchacho, mirando sus labios con deseo.
-¿Estuviste con ella, ahora? -finalmente liberó la pregunta el moreno, mirando a los ojos del otro, tratando de ver si mentía o no, si de verdad le diría la verdad, y si miraba un poco más allá, no iba a poder resistirse a besarlo.
-No, no estuve con ella, solo me acerqué a ella, para decirle de las mejores formas que lo de nosotros no iba a funcionar, y después de eso, te busque por toda la tienda, pero no te encontré... hasta ahora. -le murmuró el mayor, mezclándose los alientos y no despegando sus ojos de los labios del moreno, pero este, sabía que era verdad, por alguna razón, Hyuk no tendría para que mentirle, el siempre decía la verdad, aunque fuera cruel y dura, pero si no la decía, la ocultaba con omisión, pero no mentía tan descaradamente.
-Hyuk... -Susurró, y antes de poder terminar cualquier palabra, el rubio posó sus labios en los del otro, haciendo que Hae sintiera ese dolor de estomago placentero, y ese corazón acelerándose rápidamente. Finalmente tenía esos gruesos y deliciosos labios junto a él, y solo a él.
Abrió su boca para poder tener mejor acceso a su lengua, y encontrándose rápidamente con ese musculo húmedo del mayor, jugando y compartiendo sus salivas apasionadamente. Al sentir como Eunhyuk ganaba la batalla de los besos, Hae pasó sus manos por todo el cabello del rubio, tomando unas mechas y haciendo más presión hacia él, para poder sentir con poderío a todo lo que tenía que ver con Eunhyuk. El chico malo pasó sus manos por todo el torso del menor y le acarició su estomago plano y fuerte por unos minutos, hasta que llegó lentamente a su ingle, haciendo que el menor sintiera un fuerte temblor por todo su cuerpo, los toques del rubio siempre hacían a Hae un sumiso ante él, sin poder hacer más al respecto que gemir su nombre y besarlo más de lo que se podía llegar.
El castaño pasó su lengua al cuello del chico malo, y escuchó como este gemía en voz baja, pero aun así pudiendo alcanzar los oídos de un ganador HaeHae. Tomó un poco de su piel entres sus dientes y mordió un despacio, estaba probando que barreras con Eunhyuk podía traspasar o no, y seguramente una en la que le podían llegar a hacer un chupón era una de esas. Era obvio, ya que ese era conocida como "la marca del amor", suponiendo que le perteneces a alguien después de esa marca, algo que Hyuk podía hacerle a Hae fácilmente, pero Hae no a Hyuk. Ya que era un amor unilateral. Pero esta vez, Hae tomó el riesgo y quiso traspasar esa barrera, después de todo.
Al morder un poco más fuerte a Eunhyuk, pero aun sin succionar su piel, el mayor posó sus manos en el cabello del castaño, y lo apretó contra su piel, dándole paso al moreno para seguir derribando barreras. Posó sus labios nuevamente en una parte del cuello de Hyuk y succionó lenta pero fuertemente, escuchando un gemido por parte del mayor, y sonriendo mentalmente por escuchar esa voz de esa forma, tan, malditamente, sensual. Creando que su entrepierna se sintiera aprisionada entre su boxer y pantalón.
-Oh, Hae -gimió el rubio del placer de sentir esos labios en su cuello. Por primera vez Donghae tenía ese control sobre el mayor, y le abría las puertas para pensar que algún día, iba a ser él que estaba arriba.
Y antes de que Hae pudiera pensar más al respecto, escuchó a fuera de la cabina como Heechul llamaba a Hyuk. Sabía que estaba adentro.
-Lo voy a matar -murmuró el mayor, abriendo los ojos y mirando directamente al pececito de Mokpo, que tenía los labios algo rojos e hinchados por sus besos y ese chupón. -Y tú, vas a ir a mi casa, hoy. -le susurró, saliendo de la cabina, y dejando a Hae con la expresión perdida en esos gemidos y besos calientes y apasionados que le proporcionaba el mayor

BAD BOY - (EUNHAE +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora