27.Je t'aime

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Al llegar a su casa, Hae se dejó caer en su cama, no queriendo ir a bañarse ni nada, estaba con el corazón hecho un motor, palpitando rápido por todo lo que estaba ocurriendo y por todo lo que estaba sintiendo por Eunhyuk. Quería que este fuera SU chico malo, que no lo tuviera nadie más, que esa sonrisa de encías solo fuera para el menor, que esos ojos de lujuria se dirigieran solamente a él, que esos sentimientos y pensamientos, que tanto daban vuelta en su cabeza ahora mismo, lo sintiera el rubio. Se sentía un poco cansado, pero con su cabeza dando vueltas sin poder dormir. Lo había hecho nuevamente con el rubio, y este le había dicho "bebe", algo que aun el moreno no podía quitarse de la mente. Para él, las parejas se ponían sobrenombre, se decían cosas en el odio, y se lamian en partes que no fueran solamente para el simple placer, sino que demostrando algo más que una simple satisfacción. Todo eso había pasado ese día, Hyuk lo había llamado de una forma totalmente exquisita, después diciéndole cosas en su oreja, y para finalizar con tiernos y delicados besos en su hombro, como si estuviera cuidando al que tenía en sus brazos. Un suspiro apareció en los labios entrecerrados del moreno, mientras dejaba el agua caliente resbalarse por su cuerpo. Ya había anochecido hace un tiempo atrás, y el castaño aun no podía dormir. Podía sentía esos calientes besos pasar por toda su espalda, y esos susurros íntimos contra su oído, mientras que no podía quitar de su mente la imagen de su chico malo con esa cara de placer total, con esas cejas juntas, con esos labios carnosos rojos, con esa mandíbula dibujada, y esos ojos grises, oscuros y lujuriosos mirándolo a él... solo a él.Después de un atareado día de ayer, lleno de preguntas sin respuestas, y con unos dolores un poco intensos por todo su cuerpo. El menor se levantó con una sonrisa de oreja a oreja, dándole un poco de preocupación a su madre por el hecho de un, demasiado, feliz pececito. Con una mirada un poco incomoda, Hae se despidió con un beso en la frente de su madre, diciéndole un "te quiero mucho" en su oído, para después irse de allí, aun un poco sentido por tener que conocer al novio de su Omma.Al llegar a la escuela, todos los chicos lo comenzaron a mirar con un rostro de enojo, al menor se le había olvidado por completo lo que había pasado antes de que un excitado Hyukkie llegara a su rescate. Se le había olvidado que había suspendido al mejor estudiante en el campo de fútbol, y que un malvado GD lo había obligado a usar ese disfraz de gato. Su cuerpo tembló al ver a la pandilla de Gd, junto con Taeyang y sus amigos, al frente de él. Con la cabeza gacha, pasó entre medio de los muchachos, que lo miraban con odio, y antes de poder librarse, alguien habló. -Es lamentable que no hayamos podido verte vestido de esa forma, HaeHae -comentó Taeyang -Pero espera a que estés solo -se acercó, susurrándole en oído del desesperado menor -Y tu mono no esté cuidándote... -siguió, ronco de ira -ahí si que veras lo que verdaderamente podemos llegar a ser. -Después de decir esa sentencia, el moreno siguió su camino, pero con un cuerpo tembloroso y lleno de nervios. Tal vez Hyuk era el más rudo de toda la escuela, pero este no estaría cuidando al menor por siempre, y eso era lo que le aterraba más al castaño. Se sentía en pánico por el hecho de que algún día, GD y sus amigos, lo pillarían solo, sin nadie que lo mire, en un callejón oscuro, el mismo que podía llegar a ser la perdición del pececito de Mokpo.Ya habían pasado algunas clases, y no vio a Hyuk en todo el día, sentía que cada vez suspiraba más fuerte y profundo, podía recorrer mil veces la escena por su cabeza, de un rubio con sus ojos entrecerrados, llenos de placer, y esa boca voluptuosa, tentándolo a besarlo, y después... Despertar de ese sueño, y encontrarse con una pizarra llena de caracteres.-Donghae -le murmuró un chico a su lado, mientras este estaba solo en la cancha de pasto, almorzando. -Heechul! -gritó Hae, con una sonrisa en la cara. Una sonrisa totalmente honesta. Para el menor, tener la presencia de Heechul siempre era un agrado, por alguna razón, le hacía recordar a alguien que siempre lo cuido en Mokpo, alguien muy importante para la vida del castaño, pero ese alguien ya olvidado. -Que bueno encontrarte acá, Pececito. -le comentó el hombre, sentándose a su lado, con un chocolate en sus manos, masticándolo alegremente. -Así que... -comenzó el mayor -estuve conversando con nuestro rubio --¿si? -preguntó Hae, con una mirada un poco perdida, se sentía dejado de lado cada vez que hacían en amor, ya que, Hyuk siempre se comportaba desinteresado después de esos momentos. Y era algo que le dolía en el corazón, y en el más profundo, de su casi inexistente, ego de Donghae. -Ahá -afirmó el joven -Puedo decirte que GD pagará por lo que te hizo, Hae -dijo algo irritado, con un puño cerrado, y casi temblando de rabia -cuando me contó Hyuk lo que había pasado, te juro que casi iba a la casa de ese imbécil, y partiría su cara a golpes. -gruñó el muchacho, ganándose una sonrisa triste por parte del moreno. -No tienes por qué ponerte así Heechul -murmuró el otro joven, con su cabeza gacha. -Tienes que saber que ahora estoy bien, y eso es lo que importa -le aseguró, mirándolo ahora a sus ojos, con una sonrisa leve, pero honesta. -Unf! Hae -suspiró el otro -algún día algo malo te pasará por ser tan bueno. -le comentó el otro, con su cabeza ladeándose de lado a lado, por como el menor se comportaba en estos casos. -Si algo de esto te pasa nuevamente, solo dime quien fue, y te aseguro que no verán la luz del día nunca en su vida -le dijo con una voz dulce, algo que sorprendió al castaño, ¿Cómo era posible que la sentencia fuera tan violenta, pero que Heechul siguiera con esa cara calmada? Como si fuera algo normal. Eso le hizo reír un poco al menor, y siguieron conversando durante todo el tiempo que tenían para el almuerzo. -También me contó otra cosa -le dijo Heechul, mientras terminaban de comer lo que recién habían comprado a un niño. -¿No sabía que Eunhyuk tenía un fetiche por los gatitos? -susurró el mayor, haciendo sonrojar al moreno de pies a cabeza, atragantándose un poco con el chocolate, tratando de tomar aire para que su pulso no se acelerara tanto por la vergüenza. -¿Te...te con...contó? -tartamudeó el moreno, mirando a sus pies, con su labio mordido y temblando un poco por lo estúpido que se sentía en esos momentos. -Jajajaja -rió el mayor, con esa risa característica de él. - por supuesto que sí, HaeHae -dijo este, aun con una sonrisa, no pudiendo controlar las carcajadas - No me contó los detalles, pero... Dejaste a un muy excitado monito con tu imagen de gatito -le decía entre risas, tratando de taparse la comida que tenía en su boca con su mano, pero fallando en magnitudes, ya que no podía parar las carcajadas. -Heenim! -le gritó este, haciendo que Heechul parara un poco con sus risotadas, y lo mirara con una cara de duda. -¿Heenim? -le preguntó, aun con esa sonrisa. -Bueno... -Hae no se había dado cuenta que le había dicho así al mayor, y se sintió más tonto aun, pasó su mano por su nuca, rascándola nerviosamente, y mirando a otra parte. Se le había salido por completo ese sobrenombre tan infantil. -No te preocupes HaeHae -le dijo este, mirándolo ahora con más seriedad. -Me gusta, aunque odio que me digan de esa forma, solo dejaré que tú me llames así. -Le confió el mayor, haciendo que Hae le sonriera de oreja a oreja, y se abalanzara a los brazos de su amigo. Heechul había sido un ángel, era como lo bueno que tenía esta ciudad. Para Hae, el mayor era un hombre bueno, un joven interesante, y además de todo eso, se estaba convirtiendo en un hermano para el menor. Toda esa actitud sobreprotectora que tenía el mayor hacia él, hacía que el castaño se sintiera muy agradecido por todas esas veces que Heechul, ahora Heenim, lo había salvado de muchos acontecimientos que lo llevarían a algo malo. Aunque si, había una persona que también lo hacia sentir así, y no era Eunhyuk, ya que este, le hacía sentir otro tipo de sentimientos, mucho más profundos, mucho más impredecibles, mucho más salvajes, mucho más placenteros. Pero esa persona que le hacia sentir los sentimientos que Heechul también le entregaba, algo así como protección, como un sentimiento de que estaba en un lugar seguro, aunque esta persona estaba en Mokpo... Muy lejos de acá.Recién habían tocado para salir de clase, y Hae se dirigía con pies pesados a la salida de la escuela, pero sintiéndose extraño, el ambiente estaba algo agitado, por alguna razón habían chicos corriendo de allá para acá, y Hae no entendía nada. -Sii, lo sé -susurraban algunos -hay una pelea -otros decían -ya está en el suelo. -otros murmuraban. Pero a el castaño jamás le gusto eso de las peleas, desde hace mucho tiempo que Hae había sido enseñado a no entrar en una si no era necesario, además de alejarse si había una, no entrometerse, etc. Para el menor los golpes jamás fueron la solución a ningún problema, tal vez para otros jóvenes si, pero... a pesar de tener la sangre caliente de un adolecente, aun así no le gusta irse a los golpes. Aunque en una pelea el menor podía ganarle a alguien débil, ya que el moreno tenía unos músculos, aun así, sabía que podía perder fácilmente contra alguien que tuviera menos músculos que él, pero que supiera como utilizar su cuerpo. Ya que Hae no estaba para nada familiarizado con eso de los puños, sangre y cicatrices. Lo más cerca que tubo a una pelea fue cuando le pegó en la boca a GD, hace un tiempo atrás. Al recordar ese momento, el menor sonrió levemente y siguió con su camino. Hasta llegar al portón principal de la gran escuela, y alguien mencionó algo. -Si, es Eunhyuk contra GD -balbuceó la niña, con un suspiro de princesa, como si ella fuera la damisela rescatada. Pero parándole la sangre de inmediato al castaño, quedando estático en la salida, con un corazón parado en la intemperie, sin llegarle oxígeno a su cerebro, no pudiendo entender las palabras que recién había escuchado. -Hyukjae -susurró el menor entre sus labio, con un sonido totalmente desesperanzador. Si era verdad lo que decía la niña, entonces, Eunhyuk estaba en problemas.... Su chico malo estaba en problemas. Hae se dio la vuelta rápidamente, pasando por todos los cuerpos de personas frenéticas que comentaban lo que estaba pasando en la cancha de fútbol, mientras que un preocupado Hae tenía los ojos abiertos de par en par, tratando de respirar profundo para llegar vivo a donde estaba su rubio amante. Teniendo temblores en todo su cuerpo por lo que posiblemente le podía pasar a su querido amor. -Hyukjae -susurró de nuevo, sin respiración y con un temblor pasando por su cuerpo, metiéndose en la mata de gente que miraba morbosamente el espectáculo entre los dos jóvenes. Cuando Hae llegó allí, empujó a todos para que le dieran espacio para alcanzar la visión de su amante. Finalmente, después de ganarse unos buenos insultos, el pececito llegó, preocupado y sin aliento a donde estaba el rubio. Al mirar la escena se dio cuenta que los rumores no eran tan ciertos, no era solo Hyuk, sino que estaba Heechul y Yesung con él, mientras que con GD estaba Taeyang, TOP, y dos chicos más. Los mismos que siempre acompañaban a ese malvado joven. -miren quién llegó -murmuró el joven entre dientes, mirando con odio a Eunhyuk. -tu amiguito. El mayor miró hacia donde GD tenía la mirada, y se encontró con las orbes desorbitadas de un nervioso moreno. -Hy... -trató de susurrar el castaño, pero su voz se quebró al instante. El rubio se acercó lentamente a GD, mientras que este tenía un rostro de desinterés pero se le podía notar un poco el miedo que presentaba. Cuando el mayor llegó a un paso del malvado joven, Hyuk acercó su mano, posándola en el hombro de este, atrayéndolo a su cuerpo, dejando a todos en un estado de alerta máxima, ya que al menor indicio de golpe o violencia, los dos bandos saltarían para defender a su líder. -Jiyong -le susurró el rubio, todos los espectadores tratando de escuchar, y se podía hasta oler el aliente tenso. Muchos se sorprendieron al escuchar que Hyuk había llamado a GD por su verdadero nombre, y el moreno pudo notar la cara de furia que se estaba acrecentando en el rostro de ese muchacho. -Le haces algo más a él -siguió el mayor -y te juro, por tu vida y la mía, que no verás tu linda naricita nunca más. ¿Me oíste? -le amenazó el rubio entre dientes, con su cuerpo tenso de la rabia. Haciendo a toda la multitud temblar por las fuertes y violentas palabras del hombre. -Yo... -comenzó el otro, pero cortándose la voz en un gallito, carraspeando un poco y tomando el tono normal, empezó de nuevo -No respondo si tu mascota está sola algún día. Esa fue la sentencia que incendió Troya. Hyuk tomó con más odio el hombro del otro joven, y lo empujó, lejos de él, mientras que Jiyong estaba con una sonrisa victoriosa en su cara, con una obvia vislumbre de miedo en sus ojos. -Ya sabes, ahora Eunhyuk, no dejaré que ese niñito de papá sea más que yo. -comenzó el hombre, mirando y apuntando con furia a Donghae, al cual este solo miró hacia abajo... "niñito de papá", ojalá fuera un niñito de papá. Era el único pensamiento que pasaba por la mente de Hae. El solo recuerdo de su padre feneciendo en la casa de Mokpo, fue suficiente para nublarle los ojos, y sentir como su ira se acrecentaba cada vez más contra G-dragon. -¿Qué mierda dijiste? -murmuró el moreno aun con la cabeza gacha, pero con los puños cerrados con fuerza, y con el cuerpo tembloroso por la repulsiva voz de el otro joven. Todos miraron de inmediato a Hae, con ojos sorprendidos por la actitud que estaba tomando el otro, mientras que un Eunhyuk lo miraba con más preocupación que otro sentimiento. -Eso, eres un niñito de papá, el pobre debe estar cansado de ti, y tus constantes estupideces. Eso fue lo único que tomo para que el castaño se acercara a Jiyong y lo tomara por su camisa, creando alarmas en los dos bandos. -No te atrevas a decir una palabra más acerca de mi padre. -le amenazó el moreno entre dientes, con unas visibles lágrimas que se asomaban en sus rojos ojos. -¿Por qué? Acaso no puedo decir que crio a una desgracia de persona. -Hae estaba a punto de darle un combo en su rostro, pero su padre siempre le dijo que ese no era el camino, que no debía dejar que la gente lo pisoteara, y si lo hacia, que tenía que dar la otra mejilla, pero siempre él siguiendo el camino correcto. Después de pegarle una vez a Jiyong ese momento en la terraza, se dio cuenta que no debía hacer ese tipo de cosas, que no sacó nada más que solo unos nudillos con moretones. -Tienes suerte que no sea como tú, imbécil, no me rebajaré a ti -bramó el castaño, soltándolo y dándose la vuelta para salir de ahí, necesitaba calmarse y también desahogarse. Tenía que llorar por el recuerdo de su padre, y pegarle a algo para dejar esa furia de lado. Con esa frase, hizo hervir la sangre del muchacho y estaba a punto de tomar a Hae por los hombros y plantarle un golpe en su rostro, pero antes de poder llegar a tocarlo, Eunhyuk se puso entre medio de ellos dos, golpeando fuerte y rápido a Jiyong en su nariz. -AHA! -gritó la multitud, viendo por primera vez al chico malo en acción. El moreno se dio vuelta rápidamente al sentir el estruendo y vio a un Eunhyuk con su mirada totalmente tapada por las hebras de su dorado cabello, y después, plantó su visión en un Jiyong con la mano en su cara.... Sangrando. -¡Esto te costará caro! -gritó Taeyang que se aceró a Eunhyuk, con un puño listo para pegarle al rubio, haciendo que Hae se sobresaltara de los nervios Pero este puño jamás llegó al cuerpo de su amante, si no que este mismo, se inclinó un poco, haciendo fallar al muchacho, y tomándolo por su brazo, creando una llave digna de película de acción, y dejando a Taeyang en el suelo, haciendo rebotar su cuerpo contra el pasto de la cancha de fútbol. Toda la multitud miraba expectante lo que estaba pasando con los jóvenes, mientras que Hae solo miraba con horror. Esto tendría consecuencias, posiblemente, muchas. -Eunhyuk -balbuceó el castaño, mirando directamente al rubio, que seguía un poco impasible, aun con su cabello tapándole esos oscuros ojos. La respiración de los dos jóvenes estaba acelerada, seguramente por el esfuerzo físico que tubo que hacer el rubio, y por el lado de Donghae, era por la adrenalina y el temor... Temor de ver a el "chico malo" en su máximo esplendor. - Eunhyuk, vámonos. -le suplicó el moreno, tratando de acercarse un poco más a su rubio amante. Pero antes de llegar allí, con el, entre sus brazos y su delicioso aroma. Jiyong habló. -Tu mascotita pagará esto. -amenazó nuevamente el otro, desde el suelo, y con una mirada llena de lágrimas... El si que era un hijito de papá, pensó Hae. Gracias a esta frase, Hyuk miró a Hae, que pudo notar por primera vez la mirada totalmente oscura del rubio, este lo miró y pudo notar la visión preocupada del moreno, y por eso, Eunhyuk se dirigió velozmente donde estaba GD, abalanzándose a él, tomándolo por la camisa, y pegándole nuevamente en su rostro, con fuerza y decisión. Con un Hae que veía esta escena atrapado en el temor. No quería que Eunhyuk se comportara de esa forma, no le importaba todo lo que hiciera Jiyong, solo que no se comportara como el "chico malo" que era de verdad. -EUNHYUK! -gritó Hae, al ver como un golpe de TOP dejó a el rubio en el suelo, con el labio partido y sangrando. Heechul se dio cuenta que esto estaba saliendo de sus manos y corrió rápidamente a defender a su amigo. Quedando en frente de TOP, al cual le tiró unas palabras de odio antes de poder hacer algo, Taeyang ya se había levantado y se tiró a donde estaba el rubio en el suelo, pegándole, ahora sin fallar, en su estomago, haciendo que el mayor tosiera por la falta de aire en sus pulmones. Mientras que los otros amigos de GD fueron donde estaba Taeyang, para ayudarlo, pero antes de poder lograrlo, Yesung y su aura oscura llegó allí, pegándole primero a un chico de pelo rubio, dejándolo en el suelo rápidamente, y después mirando a el otro muchacho. Así estaba la pelea, con todos peleando contra todos. Mientras que Hae y la multitud veía esto con horror, aunque otros solo lo observaban con morbo y una sonrisa estúpida en su rostro. -Eunhyuk! -gritó nuevamente al ver a este pelear contra Taeyang, mientras que Jiyong se paraba para abalanzarse encima de su rubio amante. Hae quería meterse, quería entrar pero... Su cuerpo, frígido por la pelea, la violencia y el pánico, no lo dejaba moverse. Heechul le pegó a TOP fuerte, dejándolo en el pasto, mientras que Yesung ya se había encargado de los otros dos muchachos... Eunhyuk, esa era la preocupación, pero antes que Heechul pudiera hacer algo, el rubio le gruñó. -Estos dos son míos -anunció el rubio, oscuro y ronco, con su mirada perdida en la ira, y con una sonrisa diabólica en su rostro, además de tener el labio con sangre, se podía notar a simple vista que sus nudillos también tenían ese color. Aunque Hae no sabía si era la sangre de otra persona, o del mismo joven. Eunhyuk ya tenía a Taeyang en el suelo, así que decidió que ya era momento de dejarlo, pero moviéndose depredadoramente donde estaba Jiyong, con unos ojos redondos y llenos de miedo, mirando a un Eunhyuk descontrolado. -Despídete de tu naricita -le susurró este, dándole un golpe en su estomago, dejando a GD en el suelo, el rubio se abalanzó a él, quedando arriba de este, y tirando golpes fuertes contra la cara del joven. La sangre saltaba y todos miraban con miedo lo que estaba pasando. Hae miró a Heechul y este también estaba sorprendido, pero no con miedo, si no que tenía una mirada de intriga por lo que estaba pasando. El moreno quería gritarle y decirle que parara, que dejara de hacer daño, pero su cuerpo no respondía. -Eun... -Trató de gritar, como si se encontrara en un seño y su voz no saliera, así se sintió. -Es suficiente Hyuk -le dijo calmadamente Heechul, pero Eunhyuk no paró y siguió pegándole descontroladamente aun inconsciente Jiyong -Eunhyuk! -gritó, pero no pasó nada, el rubio siguió con sus puñetazos. -HYUKJAE! -exclamo con todo sus pulmones el moreno, mirando con lágrimas la escena. Y notando, como de inmediato, Hyuk había parado los golpes, pero con su cuerpo aun tenso, sin dejar la camisa del joven ensangrentado. -Hyukjae... -susurró de nuevo el muchacho, con su visión nublada, y con la tristeza a flor de piel. Heechul se acercó al rubio y lo tomó, para pararlo. -Ya basta -dijo entre dientes el mayor de todos. Todos miraron con miedo a un sangriento rubio, que tenía ese color en su camisa, en sus labios, en sus manos... En todas partes. Temblaron con solo mirar los ojos de un desorbitado chico malo, que este miraba directamente donde estaba el moreno. Al menor le falló la respiración cuando pudo ver la cara de su amor, de su amante, de su primera vez, de su Hyukkie. Jamás se había aterrado tanto con el rubio, pero en estos momentos, pudo ver a lo que verdaderamente se refería Kyuhyun. En verdad el rebelde de la escuela, era el más oscuro de todos. -¡¡¿Qué pasó acá?!! -preguntó una voz entre la multitud, llegando a la escena, y mirando horrorizado lo que estaba pasando entre los estudiantes de una de las mejores escuelas del país. -DIOS MIO! -gritó nuevamente, acercándose a Taeyang y Jiyong, con una mirada de pánico en sus ojos. -¡¿Fuiste tu Eunhyuk?! ¡¿Tú empezaste esto?! -exclamó, pero el rubio no pudo responder, ya que aun observaba con la mirada perdida a Donghae, como si el moreno lo hubiera dejado para siempre. Casi en un guiño de suplica. -¡RESPONDEME! -le gritó el director del establecimiento. -No -comenzó Heechul -ellos lo empezaron, pero nosotros lo terminamos. -habló, con sus palabras perdidas, y algo tristes. -De acuerdo -dijo el director, llamando por celular -Si, necesitamos ahora una ambulancia, ahora! -gritó por el dispositivo. -¡todos ustedes están suspendidos por un mes, me oyeron! -proclamó furioso, mirando a todos los jóvenes en la pelea, incluso a los amigos de GD -Y si no fuera por sus padres, ya los habría expulsado. -gruñó, con una voz ronca y enojada. -Jamás te había visto tan descontrolado, Eunhyuk -Le murmuró Heechul al rubio, ayudándolo a quitarle la sangre que tenía en su cara. Antes de que alguien pudiera decir algo más, el director le dijo a todos que se fueran a sus casa, y ese fue el momento perfecto para que Hae se diera la vuelta rápidamente, sin mirar a un lamentado Eunhyuk, y corriera de allí, dirigiéndose a su hogar, con las lágrimas aun en sus ojos por la nueva revelación, y por todo lo que había pasado recién. Sentir que las palabras de Kyuhyun eran verdad le dolía en el corazón, el chico malo, de verdad era un chico malo. No era solo una fachada, una imagen que le tenía la gente, no un prejuicio, no un rumor, si no que era verdad. Hyuk era un verdadero chico malo, y uno muy violento. Las lágrimas caían desesperadamente por las mejillas del moreno, al saber la verdadera imagen del rubio, fue un golpe en el estomago para el castaño, saber que todo este tiempo defendió a un hombre que si había hecho todo los rumores que la escuela decía, y posiblemente peores, le dolía, le dolía mucho en el corazón. Dándose cuenta, que en realidad, no conocía al rebelde de la escuela. Al llegar a su casa, dejó su mochila en el suelo, tirándola lejos, quitándose la camisa rápidamente, rompiendo los botones de esta, y pegándole a lo que hubiera en su casa, con unas gruesas gotas saliendo por sus ojos, mientras que se mordía el labio para no gritar por la rabia que tenía. Su madre estaba trabajando, pero le había dejado un plato de comida, pero Hae no podía comer así, se sentía defraudado de sí mismo, por no hacerle caso a su mejor amigo, por no confiar en las otras personas. Y todo esto era solo culpa de él, y de nadie más. Pensar que Eunhyuk no era como decían los rumores fue una estupidez, pero él la cometió, nadie más. Después de transcurrido unos cinco minutos desde su llegada a su departamento, Hae fue al baño, mirando su rostro, abriendo la llave con fuerza y pegándose con el agua de estas fuerte contra esas lágrimas que aparecían en sus mejillas. No quería llorar. No quería llorar. No, no quería... No... No....N. El agua fluía por sus mejillas, y se mimetizaban con las nuevas y agrias lágrimas que salían de sus cafés orbes. Sintió un golpe fuera del baño, y al salir se dio cuenta que la puerta era la que estaba siendo golpeada. Mirando extrañado, ya que nadie más podría estar tocándola, a menos que su madre se hubiera quedado sin llave. Tomó una toalla, y secándose, Hae la tiró. Al acercarse, miró por el pequeño orificio para verificar quien era, pero al observar para afuera, su corazón se aceleró, su pulso palpitó fuerte, y su sangre fluyó mucho más rápido a su órgano vital. Allí estaba él, con su mirada herida, aun con sus ropas y cuerpo ensangrentado. Hae suspiró y estaba a punto de abrir, pero... No pudo, no podía abrir aun, se sentía estúpido por eso, pero... No quería ver a nadie en ese momento. -Hae -susurró el rubio, un susurró que pudo oír el moreno detrás de la otra puerta. -Lo siento -siguió el otro, con la voz algo quebrada -no quise asustarte y.... no me pude controlar -siguió el chico malo. -cuando vi tu rostro, no... -se le quebró la voz, acaso, ¿iba a llorar?, No, seguramente estaba así por los golpes, pensó Hae -cuando vi tu rostro, vi que estabas asustado, y lo peor de todo, es que sé que estabas asustado por mi, porque te dio terror lo que puedo llegar a ser. -dijo afligido, con una mano en la puerta del moreno -es por eso que vine acá, solo para decirte que lo siento mucho. -terminó el rubio con el discurso, dejando a un castaño con lágrimas e hipos por el llanto silencioso. Antes de que Eunhyuk se dirigiera a la escalera para irse, Hae abrió la puerta y lo abrazó por detrás. Haciendo que un rubio se derritiera por el momento dulce del moreno. -No tienes que pedirme perdón por como eres, Hyuk. -le susurró en su cuello al chico malo. - Aunque si me dio un poco de miedo, no me gustan las peleas. -lamentó el menor, con su rostro ahora profundamente enterrado en la espalda del otro. -Lo sé -afirmó el rebelde joven. -Ven, déjame curarte. -le habló tiernamente el castaño, entre hipos y lágrimas, pero con la cabeza gacha para que el rubio no se diera cuenta, pasó su mano por la fría del mayor y lo llevó a dentro de su pequeño departamento. Al sentarlo en su cama, salió de su habitación para después llegar con un botiquín, sacando lo necesario para curar a Eunhyuk, paso sus manos delicadamente por los nudillos, limpiándolos con toallitas húmedas y desinfectando, para después poner gasa de color blanco, lo mismo hizo con la otra mano, mientras que Hyuk solo podía ver la nariz y el labio mordido del moreno, ya que los ojos eran tapados por su castaño cabello. Cuando ya estaba totalmente curado en sus manos, Hae pasó a su rostro, mirando por primera vez, después de lo del campo de fútbol, a Hyukjae a los ojos. Viendo como estos también estaban un poco rojos, pero no sabiendo Hae el por qué, siguió curando el mentón del joven, pasando los dedos por esa definida mandíbula, dándose el deleite de poder verla y tocarla a la luz del sol, ya que por lo general, todos sus encuentros eran más oscuros. Cuando llegó a su labio, para desinfectarlo, se sintió un poco más nervioso de lo normal, quería besarlo pero sabía que no podía, además de que podía sentir el aliento del otro pegándole paulatinamente su rostro, haciéndolo sentir cada vez más nervioso por la cercanía, creándose mariposas en su estomago, era genial el hecho de que Hyuk hacía tener al moreno la misma sensación desde el primer momento que lo conoció. Al terminar de desinfectar su labio, Hae se quedó paralizado al sentir la fría mano del mayor, tocándole sus mejillas, y mirándolo con una cara lastimosa, Hyuk le habló. -Siento que debiste pasar por eso, perdón -le suplicó nuevamente el rubio, haciendo sentir a Donghae algo mal, por hacer sentir al mayor preocupado, así que decidió que era momento de actuar, dicen por ahí que una imagen vale más que mil palabras, así que, cambió la palabra de imagen por "acción". El castaño pasó sus brazos por los hombros del mayor, y lo acercó a él, no dándole un beso en la boca, si no que se lo dio en la mejilla, después pasando al mentón, con delicadas caricias, hasta llegar a su cuello, en el cual enterró su rostro en ese aroma. -Te amo, Hyukjae -le susurró este, con su piel sensible y temblando por el nerviosismo, esa frase había salido de la nada, solo hizo lo que su corazón le decía, era primera vez que lo podía decir en voz alta, pero aun así, no podía mirarlo a los ojos. No quería sentirse no correspondido. -Ha...Hae... --No tienes que decirme nada, Hyuk, sé que no puedes sentir lo mismo que yo siento por ti, pero aun así, no me detendrá para estar a tu lado -Le aseguró el moreno, con una sola lágrima pasando por su mejilla. Hae pudo sentir como el cuerpo del mayor se tensaba un poco más, pero antes de poder pensar en que este lo iba a rechazar, unos fuertes brazos cruzaron la espalda del menor, atrayendo sus cuerpos y dejándolos apretados contra el otro. Se quedaron así por unos minutos, hasta que sintieron como la puerta del departamento de Donghae se abría. -Es mi madre -susurró el castaño, haciendo que Hyuk se parara rápidamente, y sin mirar al castaño, vio hacia la puerta, que se abrió y se vio a una preocupada madre con los ojos abiertos. -¿Hae!? -gritó con pánico al ver la camisa llena de sangre de Eunhyuk. -No es nada mamá, es.... Es... -Disculpe señora Lee -dijo el rubio algo incomodo por lo que había creado -esta sangre no es la de su hijo, ahora yo... yo me voy. -comentó, mirando a la señora, pero no al castaño, dirigiéndose rápidamente a la puerta antes de poder escuchar alguna pregunta de alguien más.Hae se sentía un poco desecho, ya estaba en su escuela, además de sentir la mirada de todos, susurros en su espalda, y más atención de lo normal, pero ahora con miedo y horror, más que odio. Se sentía mal por el hecho que Hyuk ya no estaría más en la escuela durante un mes, más el hecho de que este mismo se había ido de su casa sin mirarlo, más el otro hecho de que Hae le había dicho te amo, más el otro hecho de espantarlo, más el otro hecho de que el castaño se odiaba ahora aun más... Agh, todo estaba de cabeza ese día. Al llegar a su casa, vio que su vecino se había cambiado. Se encontraban cajas nuevas afuera de la abierta puerta y su duda no fue más que un mero vislumbre, en realidad, le interesaba bien poco lo que hacían los de al lado. -¿Oma? -se preguntó Hae cuando entró a su casa y vio a su madre. Era extraño ya que siempre estaba a esta hora en el trabajo. -¿qué haces acá? -le preguntó, su madre lo miró con una sonrisa de oreja a oreja y lo tomó por lo hombros. -Te tenía preparada esta sorpresa hace un rato, nuestro vecino nuevo -dijo, sonriendo dulcemente. -¿De que ha... -pero antes de poder terminar la pregunta, un golpe tocó la puerta principal, haciendo que Hae girara y abriera la perilla. Su corazón palpitó muy rápido, no podía creer que esa persona estuviera acá, mirándolo con una sonrisa encantadora, esa sonrisa que siempre le había gustado, desde que el menor era un pececito pequeñito, con esos ojos aseguradores, como los de Heechul. Y esa cálida aura que hacía derretir a cualquier persona. -Hola, Hae -le saludó el hombre, el joven guapo que tanto Donghae tenía en su corazón. -¿Yo... Yonghwa? -Preguntó el joven estúpidamente, claro que era él, claro que esa fisonomía pertenecía a ese joven, claro que esos labios aun eran irresistibles. Pero... ¿qué hacía su ex novio acá?

BAD BOY - (EUNHAE +18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora