Las antorchas.

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Las antorchas.

Yo.

Cuando la batalla está en pleno apogeo nuestros bisontes con sus armaduras y cuernos hechos de aceros se clavan en el cuerpo de los elefantes. La entrada del norte pide refuerzos así que me envían a mí con 1000 osos y tres mil hombres. Entramos de nuevo al castillo algunos solo dieron vuelta solo había salido poco más de la mitad de los osos. Subimos las murallas la cuales están siendo atacadas 'por catapultas enviando enormes trozos de piedras. La entrada está siendo atacada por un ariete. Vienen 20 enormes torres de asedio. Cuando ya están cerca las catapultas detienen sus disparos.

¿Qué hago? Es lo único que paso por mi mente. Se tiran flecha, rocas agua hirviendo, aceite y no hacen mayo efecto. Tenemos balistas tirando rocas.

—Hagan subir a 20 osos a las murallas dejemos que se diviertan un poco con esas torres.

Las 20 torres están en la murallas no dejan de salir hombres y estamos perdiendo la muralla.

— Arqueros abajo y disparen—Grito a Patgot.

El forma una líneas de arqueros que disparan desde debajo de la murallas. Los osos de abajo se encuentran ansiosos. Cuando un oso muere otro sube a remplazarlo. Algunos hombres por temor se quedan dentro de las torres. Así que empezamos a recuperar la muralla. Hago subir por ambos lados de la muralla a hombres con grandes escudos, los osos retroceden y quedan 20 torres de asedio entre dos filas de escudos no podrán avanzar. Con arqueros disparándoles no podrán avanzar.

Duramos así por 10 o 20 minutos pero en un momento veo que entran hombres de 3 torres y desde arriba de la muralla se logran ver 4 hombres sumamente grandes. ¿Pero dónde consiguen estos hombres? Algunos soldados tiemblan. Patgot está asustado, las tres torres tiemblan. Cuando sale el primer gigante es enorme en la muralla con una enorme hacha en su espalda un escudo que parece de oro. Mide más de 3 metros, un oso con furia lo ataca y el gigante agarra su hacha de la espalda y corta su cabeza. Un corte limpio.

— ¿QUIEN DE USTEDES OSA DESAFIARME?

Yo agarro una lanza y la tiro con toda mi fuerza. La clavo en el pecho del gigante. Pero no penetra hasta su corazón, se la quita quedando muy cerca así que monto un oso. Avanzo rápidamente. El oso choca contra el escudo del gigante y empuja el oso hacia atrás con tal fuerza que cae de espada a unos dos metros. Yo solo me hice al lado enseguida lanza su hacha a gran velocidad y técnica apenas logro evitarla. De vuelta su hacha pasa muy cerca de mi, doy un gran salto hacia atrás y logra cortar un poco mi armadura. Estoy demasiado lejos para hacerle daño y en la distancia perfecta para él. Saco mi daga la lanzo el gigante se cubre con el escudo iba directamente a su frente. Corro y me deslizo por debajo de sus piernas y veo que no tiene nada que cubra sus partes. Observo como su pene es como casi todo mi brazo... mientras me deslizo golpeo su entrepierna con mi espada y el gigante se arrodilla. Y yo estando a su espalda el aun de rodillas es más grande que yo, intento clavar mi espada en el cuerpo del Dorto, no puedo por el grosor de su armadura así que rápidamente la levantó al aire y con un poco fuerza paso mi espada que es detenida a la mitad de la misma. Basto otro golpe para que terminara cayendo. El cuerpo del gigante de levantó sin cabeza bastaron tres pasos para que cayera a nuestro lado de la muralla.

Quedan tres gigantes y veo como un enorme oso va al ataque. El gigante que es un poco más pequeño que el anterior envaina su espada y coloca su escudo en su espalda. Estira sus piernas, para cuando el oso lanza su mordida el gigante agarra a su mandíbula con las manos con tal fuerza abre y con la fuerza de su cuerpo hace un giro y le dobla el cuello. Veo como la bestia de su último respiro.

Veo como los soldados están asustados, tiemblan y se orinan del miedo. En ese momento llega la reina.

— Hombres de Yords ¿tiemblan al ver a este hombre?—les pregunta y para que la reina me admire—No somos hijos de YAKAR, en nuestras venas corre la sangre de matagigantes YO lo hare de nuevo.

Subo mis dos dedos a mis ojos, luego los dirijo a ella, luego a mí y seguido al gigante. Diciéndole mire como mato a este enorme hombre. Agarro una lanza un escudo, me coloco el casco y coloco la espada en mi espalda. Corro hacia el giro mi mirada y la reina me mira.

— Ven estúpido niño...

Con esa mirada mi excito haciendo que la sangre vuele por mis venas. Corro aún más rápido el gigante alza con una mano a uno de sus compañero con la otra le quita la lanza y lo envía como si fuera una pequeña hormiga al otro lado de la muralla. Envía su lanza esquivándola con facilidad tomo más impulso. Vi como la reina suspiro al ver como paso esa lanza cerca de mí. "El hombre toma valentía en dos cosas una el alcohol la otra aún más fuerte para impresionar a una mujer" somos criaturas simples. El gigante desenvaina su espada y su escudo lo tira a un lado.

Así que tiro mi lanza en medio de su cuerpo, nunca lance una lanza tan fuerte se hizo a un lado pero aun así impacto en su hombre. Tiro mi escudo en con el cuerpo el oso muerto doy un salto y en el aire agarro mi espada. Mientras el gigante se quita la lanza vuelve su mirada y ve como como la espada está sujeta con a mis manos bajando con fuerza e intenta subir su espada. Pero clavo mi espada en cabeza, el gigante cae de rodillas, todavía esta con vida y con su enorme brazo me sujeta luego con la otra me aprieta. Estoy totalmente atrapado entre sus manos así que lo muerdo pero no inmuta. Luego su fuerza desaparece poco a poco pero los solados enemigos avanzan y cuando un soldado Dorto se acerca me dice.

— Antes de que te mate quiero saber el nombre de quien mato 2 gigantes. ¿Cómo te llamas niño?

— No sabrás mi nombre estúpido Dorto—le digo y chiflo. Recuerdo los modales de Gennaro. Escupo en su cara y rio.

Justo en ese momento veo como un enorme oso viene corriendo por en medio de mis hombres. Marfco sonrió.

— Vas a morir—le digo con un sonrisa—mira la que viene.

Cuando termina de limpiarse mi enorme saliva.

— Que dices incivilizado Yords.

Cuando vuelve la mirada Marfco arranca su cabeza de un mordisco. Los demás Dortos retroceden y cierran con enorme escudos. Al otro extremo veo como 3 osos devoran al otro gigante.

En mi lado viene corriendo un enorme gigante.

— Mataste a mis hermanos menores—dice con un grito voraz.

Viene corriendo apartando con su impulso a sus compañeros. Miro como la reina sube sus manos a su cara... hago un sonido con mis dientes tuc tuc para mi Marfco retroceda unos paso. El gigante viene con impuso y con su dos manos en la espada hace un corte que logró esquivar quedando enfrente de Marfco.

— Muerde—le digo y muerde su brazo.

Quito mi espada del otro gigante. Corro hacia mi Marfco el gigante con su otra mano agarra la espada.

— Estúpido gigante—le grito—ni se te ocurra hacerle daño a mi oso.

Corro hacia el Marfco lo sujeta y mueve todo su cuerpo cada vez impregna más sus dientes. Hasta que arranco su brazo veo cómo sale sangre a chorros, Marfco retrocede por su impulso. El gigante al estar con más movilidad, gira hacia mí su espada con una mano choca con la mí y a pesar que la sujeto con los dos brazos hace que la suelte. Y me hace caer de espalda, el gigante al sentir como Marfco va atacar cambia de al lado y apunta con su espada a Marfco evitando su avance y a mí con lo que queda de su brazo que al apuntarme con la mitad de él me chorrea sangre. Agarro mi daga sin que el gigante se entere, el da un giro y su espada viene hacia mí, para cuando me levanto veo como una hacha se clava en su cara haciendo lo caer por el muro.

— Maldito Gennaro...--grito lo bastante fuerte y lo miro—ya lo tenía.

— Parece todo lo contrario—me dice con una sonrisa—tienes que recuperar mi hacha.

Agarro mi espada que cayó muy cerca de la orilla de la muralla y dejamos a los soldados luchar. Marfco me acompaña para bajamos la muralla se escuchan soldados gritar.

— Lograron entrar. 

Exordio de un ImperioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora