Las mejores aventuras empiezan con un si
•••
Dio un tembloroso paso por el escalón de madera frente ah él, su respiración era inexistente... grandes paredes blancas se encontraban ante sus ojos, aquella inmensa campana aún parecía de oro brillando como nunca antes.
Cerró los ojos un segundo.
Bastaron dos para sentirse vivo otra vez, aun escuchaba las fuertes campanadas de aquel día, los aplausos de cada uno de los invitados, recordaba la sonrisas de los hermanos de Alec tanto como la de su madre... ah Rafa sobre los brazos de Cat, su hermoso traje color perla y el dorado de su pareja, las lágrimas del pelinegro al verlo entrar. Lo recordaba ah él más que ah nadie, él mirándolo de reojo, él comiendo un trozo de pastel, el suave roce de su mano, él sonriendo, mirándolo con adoración, él caminando, bailando... con el ceño fruncido, confundido, tropezando con Izzy, besando ah su madre, relamiendose los labios, con ojos brillosos y cansados, con coqueteos... palabra dulces, él con dudas, con prejuicios, con orgullo... bromas en cada esquina del pulcro salón, caminando ah su lado, ah distancia... ambos frente ah todos oh sentados en aquel sillón, él discutiendo con Jace, compartiendo una bebida con Rafa... caminando una vez más por el jardín, aquellos besos y caricias.
Los recuerdos se detuvieron ahí, pero Magnus deseaba más. Alec dio un largo suspiro junto ah él, su vista perdida por completo en aquella vieja iglesia y el salón ah unos cuantos metros de distancia. Lo percibía en el aire, aquellas sensaciones que el moreno parecía desprender se apoderaba de su cuerpo, casi como si sintiera aquellas escenas una vez más. Como si estuviera ahí de nuevo.
Sus labios temblaron un poco, más por la tristeza que por el frío, el invierno estaba ah la vuelta de la esquina y si las cosas no funcionaban esta sería su primera navidad sin Alec. Eso no lo dejaba pensar.
Se atrevió ah tomar su mano con fuerza, estaba solo y asustado. Siempre lo dio todo y ahora parecía no ser suficiente.
- Dije que si - habló el moreno antes de dar un fuerte suspiro. Su voz con un deje de resignación - Te dije que amaría estar contigo cada día -
El contrario presiono sus labios tomando el rostro del otro con los dedos de una mano, su piel era caliente al tacto pero aun así parecía temblar. Paso su pulgar por aquella lisa mejilla tocando aquellas leves ojeras bajo sus bellos ojos, lucia tan radiante como el día en que lo conoció. Lo atrajo hacia él sin detenerse ah evaluar la situación, sus labios dejando un tierno beso sobre su chocolatada frente aun sin soltar su mano.
- Y yo que te amaría el resto de mi vida - aquellas palabra apenas fueron audibles hasta para el mismo Lightwood, quien no dudo en apretar aquel agarre sobre su mano una última vez.
ESTÁS LEYENDO
Planes de divorcio - Malec
Fiksi Penggemar=TERMINADA= Entre en la cocina sintiendo tensión, mi esposo no me había quitado la mirada desde el primer momento. Tenia que acercarme, lo sabia. - ¿P-asa algo? - mi voz tembló Él no dijo nada, tomo entre sus manos una carpeta sacando un par de pap...