Solo es al interior del motel de mala muerte que deja que los dedos delicados de JungWoo le retiren primero la capucha, luego el tapabocas. Ha elegido ese lugar sin que JungWoo oponga resistencia alguna. Mantiene los ojos cerrados hasta el final de la operación, incapaz de ver el instante en el que aparece completamente vulnerable ante él. Percibe, incluso así, que JungWoo contiene la respiración.
Luego, siente una caricia en su mejilla derecha. Abre los ojos, estupefacto.
—Dios, eres tan bello...
Parpadea varias veces, incapaz de creer que lo dicho por JungWoo es verdad. Pero lo es. La manera en que sus ojos lo observan, absortos en escudriñar cada centímetro de su piel visible, sacude hasta lo más recóndito de su ser.
—¿Por qué nunca quisiste mostrarme tu rostro antes? —siente que los dedos del contrario acarician esta vez la superficie húmeda de su boca. Dibujan la forma de sus labios con maestría. Casi quiere presionarse contra aquellas yemas, depositar así varios besos en sus dedos—. Es casi injusto. Guardabas todo esto para ti solo, ¿huh...?
—Incluso si te lo explico, no podrías entenderlo.
—Pruébame.
—No, de verdad-
—Dongs, pruébame.
Solo ahí lo nota: JungWoo se humedece los labios con un sutil pero sugerente movimiento, idéntico y diferente a la vez de aquellos que ve sobre el escenario. Idéntico, porque provoca en su cuerpo los mismos efectos a los que ya está casi acostumbrado: que sienta la boca reseca, que el calor se agolpe tanto en sus mejillas como en su miembro, que sus piernas se vuelvan temblorosas y sin vida, que se sienta desfallecer.
Diferente, porque en esta oportunidad no es una actuación más. En los ojos de JungWoo hay verdadero deseo.
DongYoung casi puede verse reflejado en sus pupilas, consumido por el mismo deseo, justo antes de inclinarse hacia él y cerrar los ojos, encontrándose tenuemente con sus voluptuosos labios. Se contiene, incapaz en un principio de acercarlo hacia sí tal como necesita hacer con todas sus fuerzas, esperando que no haya leído mal sus señales y todo se desmorone.
Pero JungWoo se aferra a su espalda, y sabe que está bien dejarse llevar.
—JungWoo...
Lleva mucho tiempo sin tocar a otro hombre de esa manera, tanto que casi no puede recordarlo, pero no es impedimento para permitir que su lengua busque ingresar a una boca ajena, ni para guiar lentamente a quien tiene entre los brazos, de manera delicada, hacia la única cama del cuarto que han rentado anticipando lo que sucederá. Lo deposita sobre las mantas y se separa solo para mirarlo directamente.
JungWoo sonríe, y no puede evitar hacerlo también.
Quisiera decirle que lleva un tiempo queriendo que pase algo así. Queriéndolo, también. Las palabras, sin embargo, parecen vanas justo en aquel momento. El brillo de sus ojos cada vez que se separa de él solo para admirarlo mejor, es el mejor indicativo de que no es necesario decirle nada, tal como no ha sido necesario intercambiar un largo torrente de palabras cada vez que se encuentran. No. Con él disfruta el silencio, el sonido de su respiración que ahora se agita cada vez que deposita un beso suave, como el batir de alas de mariposa, sobre algún trocito de su piel.
Repara en que, por primera vez, su piel no tiene rastro alguno del glitter que suele acompañarlo en los escenarios. Y es incapaz de reprimir su curiosidad.
—Hoy no tienes nada de maquillaje puesto...
JungWoo vuelve a sonreír. Es como el calor de una noche veraniega.

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Baby // DoWoo - DoJung - NCT
FanfictionEs una coincidencia el cómo llegó ahí, mas no lo es el quedarse y disfrutar del espectáculo. Zeus. Zeus. Zeus. El foco lo ilumina y todo se cubre de glitter. Y DongYoung se pregunta cuándo fue la última vez que se ha sentido así por otra persona. 🏆...