—Realmente se pasaron contigo, dios...
—¡Auch!
JungWoo detiene de inmediato de presionar con el algodón, dejando a la vista la mejilla izquierda de quien presenta un profundo y oscuro corte aún en etapas de sanar. Retiene el aliento.
—¿Fui muy brusco? Ah, Dongs, perdón...
—Tranquilo —DongYoung sonríe. Al hacerlo, nota que la marca en su rostro se intensifica—, solo estoy bromeando contigo.
No se contagia de la risa que brota de sus labios y vuelve a intentarlo cuando se calma y deja de moverse, sentados en su cama, apenas a centímetros de distancia. La manera en que su piel se tensa casi instantáneamente ante el contacto del líquido séptico le confirma, sin lugar a dudas, que a DongYoung realmente le duele aquella herida.
Suspira. No es para menos.
—¿Qué sucede? —nota que sus ojos han dejado atrás la falsa sombra de alegría. En su lugar, nota gotas de preocupación—. Has estado muy callado desde que llegamos a tu departamento...
Mantiene el silencio y baja el rostro. Prefiere callar, porque sería muy difícil de otra manera. Los segundos pasan y siente la sensación angustiosa tan familiar presionándole una vez más el pecho, subiendo por su garganta y apretándole las cuerdas vocales.
Arde.
—Sabía que me encontrarías poco atractivo con este corte en la cara-
—¡No! Yo, yo...
—¿Estás...?
—Lo siento —dice inmediatamente, limpiándose la comisura de los ojos con el dorso de la mano. Las lágrimas le empañan la vista. Es incapaz una vez más de seguir aquel tono juguetón, ese al que no puede acostumbrarse en absoluto. No con el nudo en su garganta haciéndose insoportablemente más presente—, es solo que... es solo que me siento tan impotente. Te dejaron meses en la cárcel. Incluso te hicieron daño. Tuviste que pasar por tanto y todo por mi culpa...
—JungWoo.
Escuchar su nombre siendo pronunciado por él le obliga a hacer contacto visual. El roce que DongYoung deposita en sus labios es suave, atrayente; termina cerrando sus párpados y dejando que su cuerpo actúe de manera instintiva, después de seis meses añorando un beso como aquel, con el dolor en la garganta diluyéndose de a poco. Al final del último roce, sus manos le guían para que se apoye en él y suspira, acurrucado en la base de su cuello.
Incluso desde ahí puede escuchar los latidos de su corazón.
—Desde que reconocí la melancolía en tus ojos que tuve la necesidad de cuidarte. Y pese a todo lo que pasó conmigo y con... tú sabes, me alegra haberlo hecho. Porque creí que había cumplido con mi objetivo de cuidarte —quiere replicar, pero la voz rápida de DongYoung le indica que es mejor no interrumpirlo—. Sin embargo, pese a que te veía como a una criatura indefensa a quien debía de proteger a toda costa, me demostraste que estaba completamente equivocado.
—¿Huh?
Se separa un poco de él. Verlo desde tan cerca que casi puede ver su reflejo en sus pupilas, después de meses sin más que las imágenes en su cabeza como recordatorio de los rasgos que componen su rostro, se siente mágico. DongYoung le acaricia el rostro, y nota que su mirada se desvía hacia la comisura de sus labios. Hay deseo inserto en sus ojos, pero no es el elemento preponderante en ellos.
Sino que la añoranza.
—Nunca fuiste una criatura indefensa. Lograste impedir que me dieran una sentencia, hiciste que todo lo que pasaba en el club nocturno de TaeYong saliera a la luz, que sus acciones salieran a la luz. Todo lo hiciste tú. Hiciste tanto, y sé que todos están profundamente agradecidos contigo. Al menos, yo te lo agradeceré toda la vida.

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Baby // DoWoo - DoJung - NCT
أدب الهواةEs una coincidencia el cómo llegó ahí, mas no lo es el quedarse y disfrutar del espectáculo. Zeus. Zeus. Zeus. El foco lo ilumina y todo se cubre de glitter. Y DongYoung se pregunta cuándo fue la última vez que se ha sentido así por otra persona. 🏆...