Mi Propia Naturaleza [[Puzzleshipping]]

CAP 01

Mi cabeza era un desastre.

No era capaz de recordar ¿cuándo empezó todo, hace un año? ¿Un poco más? Mis pasos me llevaron al pasillo de los casilleros, Yugi se estaba ahí, podía verlo desde esa distancia, se encontraba de espalda y dejaba sus libros.

Me quedé parado viéndolo y perdí la noción del tiempo.

Entonces solo sucedió, fue todo muy rápido, no podía contarlo. Nuestras reacciones eran automáticas.

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Los chicos me esperaban fuera del instituto, solo quería dejar los libros e irme.

Nada es tan fácil.

Note que Yami estaba en su casillero, solo debía apresurarme.

El escalofrío llego desde mi nuca hasta la punta de los dedos de mis manos, tenía la piel de gallina. Me estaba mirando....más que eso....me observaba. Debía de enfrentarlo ahora o no podría continuar, estaba en juego mi paz mental. Sabía y era consciente de lo que sentía cuando él estaba cerca, ese mar de emociones me confundían!

Así que solo lo hice, me arme de valor, con los puños cerrados voltee y empecé a gritar descontrolado " QUE DEMONIOS PASA CONTIGO VAS A LLAMARME POR ESOS NOMBRES NUEVAMENTE? VAS A DECIR ALGO HIRIENTE, ATRÉVETE ¡!! NO SERIA LA PRIMERA VEZ... ESTOY CANSADO DE TU ACTITUD, QUE ES LO QUE DESEAS DE MI, QUE QUIERES DE MI, DILO AHORA!" No podía contar con lo que vendría...Ahí estaba él, caminando tan rápido, abrió la boca para hablar y soltar todo eso, que no tenía sentido alguno. Quedé paralizado sentía sus manos sobre mis hombros, me puse nervioso, demasiado. Estaba temblando, por RA!

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Me sorprendí, era obvio! Solo empezó a gritar todo eso, camine hasta alcanzarlo, debía verlo y escucharlo, quedar tan cerca no fue buena idea, no tenía control de mi mismo, mi boca y mi cerebro estaban compitiendo por "el quién era más veloz" entre pensar y actuar. Grité ¡no quería gritar, sonaba como un loco psicopático! "TU, TU!!!!! POR QUE TE METES ASÍ EN MI CABEZA, HE QUERIDO MANTENERTE LEJOS, MUY LEJOS". Hasta yo sentí el apretón que hice en sus hombros, creo que fue muy fuerte. Su perfume era dulce o quizá solo era él. Lo besé. Me sentí poseído por el deseo, necesitaba sentirlo ahora, quería llenar el vació. Ese incluso hubiera sido un pecado menor a lo que paso inmediatamente, me había correspondido. No era solo yo, él también siguió con todo eso, mi mano debajo de su camisa y sosteniendo su espalda baja, ni si quiera sé cómo fue posible que estuviera ahí, sentí sus puños sobre mi pecho abrirse y enredarse en el cuello de mi camisa.

¿Cuánto fue? ¿Un minuto....un segundo? Nos separamos, di unos pasos hacia atrás y salí corriendo con solo lo que tenía encima. Estaba confundido, era un reverendo idiota.

¿Qué demonios había pasado? ¿Porque lo hice? ¿Y todo lo que había trabajado en el verano y estos meses?

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El beso fue profundo, el calor me estaba invadiendo, estaba cediendo ante lo que él significaba, ante todo lo que anhelaba y al mismo tiempo debía contemplar el panorama entero.

Yami se convertiría en un bully de primera. Él y yo éramos amigos, no podía contar con que las amistades que haces en un solo verano pueden cambiarte, tan drástico fue, tan repentino y muy dentro de mi consciencia repercutió. Que me encontré a mi mismo llorando al inicio del año escolar encerrado en uno de los baños de la última planta del edificio más al este del instituto, algo que no permitiría, sucediera nuevamente. Ese Yugi en el espejo roto del baño, con los ojos rojos y apariencia de muchacho tranquilo debía morir. Yami se había hecho un captor, un opresor. Encontrarse con él era igual a ganarse unas palabras pasadas de tono, un pequeño golpe de hombros o miradas de odio, aumentado de intensidad conforme pasaba el tiempo. Escapar no era una opción válida. Lo hice solo el primer mes y no resulto bien. Enfrentarlo, ese debía ser mi lema.

Pero mientras los meses pasaban y nuestros encuentros se hicieron más cercanos y molestos, decidí que la concentración de mis energías debían ser en el estudio. Al fin y al cabo era el último año, si quería entrar a la universidad Z, no podía desperdiciar mi paciencia en Yami, lo tomaría tal y como viniera. Las notas sobresalientes y elogios por parte de algunos profesores, consiguieron cartas de recomendación que adjunte feliz a mi file de postulante universitario.

Entonces, que sucedía con toda esa determinación.

Pues había desaparecido en un simple "Puff..." las consecuencias eran simples "él y yo besándonos en los casilleros".

Todo, todo! Se hizo nada. Corresponder el beso y desear más fue mi perdición, un momento de locura, que mi cuerpo y mente aceptaron gustosos. Me sentí demandante eso quería, más... solo un poco más. Abrí las manos para aferrarme a su camisa.

Separarnos estaba predicho, no puedes mantener un beso por tanto tiempo. Lo miré alejarse a paso apresurado, mientras yo me resbale de espaldas hasta sentarme en el piso.