Mi Propia Naturaleza [[Puzzleshipping]]

CAP 7

DECLARO:

YuGiOh! Es propiedad de Kazuki Takahashi, así como los respectivos personajes del anime y manga.

La historia es bajo mi autoría @DarkPurpleShine

Prohibida cualquier adaptación y/o copia parcial o completa.

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He llegado con anticipación, recorro los pasillos con paciencia y rememoro cada uno de acontecimientos en los últimos meses. Así como también, el fortuito encuentro con Sennen.

Eso precisamente me lleva a su mirada, la de hace unas horas atrás, no ha dejado de impactarme, aunque si ahora puedo controlar mis emociones mejor que antes. Incluso puedo decir que al final concentrarme en los estudios e imagen personal, ha dado sus frutos y ventajas sobre la situación actual. Estoy seguro que mi actuar pasado hubiera sido muy emocional, puedo verme con las lágrimas en los ojos después de ese pequeño y casual encuentro.

Llego al aula, todas las carpetas han sido puestas en casi la mitad del salón, como si hubiera estado ahí un grupo de estudiantes haciendo quien sabe qué ¿un ensayo de obra teatral? No era tan importante, ahora debo ajustar mis pensamientos. Si realmente Sennen se presenta, quiero estar seguro de qué le diré y cómo lo haré.

Sin darme cuenta han pasado 10 minutos y puedo notarlo, está dentro de mí, ese terrible sentimiento de inseguridad; las manos me tiemblan y no dejo de ver la puerta. Ahora si estoy hecho un desastre. Por RA! No puede pasar ahora. El Yugi distante ¿Dónde quedó? Respira, respira ya casi termina. Es todo lo que atino a decirme.

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Sigo corriendo como un lunático, hasta alcanzar la entrada del edificio, conozco la sensación que experimento ahora mismo. A pesar de todos mis esfuerzos por mantener a Yugi fuera de mi cabeza, el resultado ha sido nefasto y termine aceptando lo que sabía desde un principio; me gusta y mucho. El miedo a tener todo en contra fue lo que impulso mi comportamiento idiota, no existe otra manera de describirlo. Los susurros, en mi cabeza cada vez que Yugi se encontraba cerca fueron los que lograron volverme loco. Por otro lado el vacío en mi pecho se ha hecho más grande, imagino que es angustia; esa que logra sacarte de tus casillas y hacer que te muevas a todos lados pero sin un objetivo específico, solo moverte para mantener la calma interior.

Ahí está él, puedo ver su figura al fondo del salón a través de la luna en la puerta. Parece calmo y muy serio; esa nueva faceta, la que por cierto observe con atención, también era parte de su actual encanto. Ya no tenía importancia si esos y otros pensamientos venían en cascadas descomunales a mi atiborrada mente. Solo quería escuchar su voz, prestar atención a cada una de sus palabras aunque estas fueran de mal grado a mi desventaja.

Me acerco y trato de ponerme firme; me tiemblan los labios, las palabras no salen. Esto no es como lo esperaba. Al final solo saco un poco el aire de mis pulmones, convencido de que si no digo nada, se irá.

- Yugi, yo.... Necesitaba hablar contigo. Ha sido un año terrible, te he tratado de la peor forma y no existe ningún justificante que pueda decir para que de alguna forma quede bien ante tus ojos.

Perdóname. Te he visto pasar tantas veces en los mismos lugares que solíamos recorrer, he perdido la cuenta de cuantas veces he querido acercarme a ti para decir algo pero no he podido, no ha sido cobardía. Estaba muy confundido conmigo mismo, con respeto a mis sentimientos y al cómo llegue a verte. Así que solo huí, te lastime a ti y a otros más.

Eso fue todo, no ha dicho nada. Me mira directo a los ojos, ¿habré hecho lo correcto? Ahora si estoy nervioso, agacho la mirada al piso, paso los ojos por sus zapatos. Esto me está matando, empiezo a retroceder, un paso a vez, tartamudeo algo ni si quiera yo mismo sé que digo.

Siento su agarre, estoy tan sorprendido, mi corazón late demasiado rápido se saldrá de mi pecho. Puedo sentir su mano con decisión en mi muñeca.

- ¿Eso es todo? No supe absolutamente nada de ti, ¿Entiendes a lo que me refiero? Estuve todo un mes preguntándome, Si quizá enfermaste o si al final de todo fue culpa mía. Me trataste de la peor manera, Yami - Me mira con cierto nerviosismo -- Éramos amigos, eras muy importante...tan importante que mi desesperación por saber la verdad de tus actos, me hizo cometer la última locura, venir aquí y verte de frente. -- Estaba completamente exaltado. Y no había terminado -- ¿Sabes? Quería que todo fuera como antes.... Por lo menos eso pensé al inicio...realmente lo quería, y ahora que te tengo aquí disculpándote, solo siento enojo y rabia, debo ser lo más sincero contigo, porque no sé si tenga otra oportunidad como esta.

El vacío en mi pecho empezó a llenarse con dolor, siento tanto dolor; mientras más habla la sensación es más insoportable, y comienzo a llorar con la boca cerrada. Porque comprendo que no es suficiente lo que dije y también comprendo que esté enojado. Lo he lastimado demasiado. Y aún no he dicho lo que hace falta.

- Yugi, por favor espera... un poco - Trato de explicarme, pero no me deja --

- Yami serás ahora tu quien me escuche. Porque tengo mucho que decir. Es obvio que el chico tranquilo ha quedado atrás y aprovecharé todo el tiempo que te tenga en este momento. - Está tragando saliva y eso me pone en incertidumbre -- Pronto me iré, saldré a Tokyo, la universidad que elegí fue la más lejana posible de todo, quiero empezar nuevamente y conocer gente, pero no podré hacerlo si sigues persiguiéndome en los sueños.

¡Siempre fui consciente de mí mismo! mis ojos empezaros a escudriñarte de forma obscena, cuando iniciamos la secundaria, todo de ti me atraía pero nunca dije nada. Yo mismo hice de la vista gorda, cuando note que nos acercábamos de alguna forma más íntima. Yami.... me lastimaste tanto cuando empezó tu alejamiento. Me hiciste sentir estúpido y miserable, cada acción y paso despectivo que diste me dio a tender y me hizo comprender que ¡no eras bueno! No lo eras y mi mente me confundía más de lo que puedes imaginar, por que mezclaba lo que eras con lo que fuiste y todo lo que significaste.

Mi voz, no sale firme, se está quebrando, las palabras que digo están llenas del dolor y angustia, necesitaba sacarlo, necesitaba expulsarlo. Ahora mismo, la mano con la que sujeta su muñeca está temblando. Voy a soltarlo, es hora de dejarlo ir, me repito pero ahora que lo tengo aquí, simplemente no soy capaz, creo que no lo soy.