Maiggie Shippers

Who is the real monster?.

Male Maggie (Miguel.). Advertencia Mai Ooc, epoca de brujas.
Disfruten 😉

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¿Quien es el verdadero monstruo?.

Fue la pregunta que salió de sus oscuros labios, miestras le dirigía una mirada extraña que para otros sería gelida como hielo, pero para él era la mirada más calida que le habian dedicado jamas.

(...)

Aun podia recordarlo, como empezo todo.

Se sentó en su cama lentamente mientras bostezaba y rascaba sus orejas con pereza, la misma pregunta seguia resonando en su cabeza desde que el destino le salvo la vida en forma de una curiosa mujer.

Bueno no, el destino no.

El destino no existe, porque de ser así su presente sería totalmente distinto al que ahora poseía.

Tampoco podia llamarlo casualidad o coincidencia, sería aun más idiota que lo anterior.

Simplemente lo definió como ella alguna vez le dijo.

"Estas aqui porque yo asi lo quise".

Fue su decisión no dejarlo morir aquella vez. A pesar de que no recibiría nada a cambio.

"Oh, pobre alma en pena. El mundo aun no sabe lo valiosa que es la vida".

Recuerda ese tono burlon pero calmado de aquella mujer de negras vestimentas. Intrigante y misterioso.

Una familiar fragancia se colo por el aire que respiraba y sus instintos se agudizaron. Estaba cerca.

Sus orejas se encrisparon mientras que su cola empezaba a moverse de un lado a otro, inquieta.

Esta aqui.

Salió casi corriendo de su habitación para empezar a caminar rápido por los pasillos.

-Ya regreso.

Aunque su rostro era inexpresivo, su cola se movía alegremente.
Siguió la fragancia mientras bajaba las escaleras hasta la puerta principal para despues parar en seco.

-Ama Mai, bienvenida de vuelta- hablo neutral mientras daba una leve reverencia.

La exotica mujer rio en voz baja antes de quitarse aquel hermoso velo negro y acercarse a su familiar.

-Hola cachorro-saludo con su suave voz acariciando su cabeza con cariño-oh? Fufu veo que me extrañaste- se burlo mientras miraba la inquieta cola del contrarió.

Sin inmutarse, se dejo acariciar por aquella hermosa dama, disfrutando del tacto y su dulce aroma.

No importaba por cuanto tiempo se fuera, ya sea por meses, días, horas o minutos. Para él siempre sería una eternidad si ella no estaba presente.

Sintío frío cuando la mano ajena fue retirada. Levanto la cabeza para verla pero está ya habia pasado por su lado haciendo levitar sus cosas mientras empezaba a ascender por las largas escaleras hacia su habitación. La siguió de cerca.

-¿Hiciste los encargos que te pedi?.

-Si mi ama.