Almost human.

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Cuando sus ojos se desviaban y su mirada caía en ella.
Se preguntaba.
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"¿Como puede ser tan fuerte?"
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"¿Cómo a logrado aguantar por tanto tiempo?"
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"¿Como puedo llevarme su dolor lejos?"
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"¿Como puedo salvar a un Ángel caído?"
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La luna brillaba en su máximo esplendor como la primera vez que la vio.

La noche lucía tan misteriosa y extravagante como siempre pero esta vez tenía algo que la hacía aún más hermosa que de costumbre.

Y eso era, como la luz de la luna bañaba su cabello haciendolo más resplandeciente mientras que las luciérnagas en el prado donde estaba sentada aquella bella doncella, le iluminaban el rostro con sus luces tintiniantes.

Su querida albina.

Admiro como sus ojos brillaban con auténtica inocencia al jugar con aquellas luces mientras soltaba unas cuantas risas.

Aquella niña que conoció hace mucho tiempo ya había madurado y crecido, hasta convertirse en la joven dama que tenía al frente. Los años habían pasado velozmente en un parpadeo. Todos llenos de encuentros clandestinos, salidas nocturnas y charlas hasta el amanecer.

Hizo un pequeño ademán con su mano, atrayendo su atención y en menos de un minuto estaban frente a frente.

-¿No estás cansada ya, pequeña?- pregunto con suavidad al verla bostezar.

- No aún no, quiero seguir aquí contigo- le sonrió dulcemente- además, ya no soy una niña pequeña.-se quejo haciendo un puchero.

- Sin embargo tus ojos brillan como una- pensó sin quitar su expresión neutra- tan inocente y vivaz- sonrió levemente.

Sintió un toque cálido y suave posarse en su mejilla, alzó el rostro y solo ahí se dio cuenta de que había estado mirando a la nada.

-¿A dónde fuiste?- pregunto la albina con un leve rubor.

-...No muy lejos- contesto mirándola fijamente

La ojilila camino un poco más cerca hasta sentarse a su lado, mirando la luna pensativa. Le gustaba su cercanía, la hacia sentirse más humana.

- Maggie...¿Crees que mi madre esté bien?

Le dedicó una mirada solo para ver cuál era su expresión y luego miro al cielo sin emoción.

- Tu madre fue una mujer amable y bondadosa, estoy segura de que esta en un lugar mejor- hablo con un tono vacío, perdiéndose en su propio mundo.- junto a tu hermana. Las dos están bien.

- Tu también eres buena y bondadosa- con cautela, tomo su mano y entrelazó sus dedos, no la apartó.

No le gustaba hacia donde iba la conversación.

Maiggie ShippersDonde viven las historias. Descúbrelo ahora