Cap.1 La curosidad de Sarada

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Sarada estaba acabando de abrir la puerta de su segunda casa cuando en el recibidor vio un par de desgastados zapatos de ninja negros y una mochila de viaje remendada colgada en el perchero, se percató entonces de que su padre había llegado a la aldea, una sonrisa se dibujó en su rostro y rápidamente entró a la residencia para buscar al azabache, quien al notar su presencia, le sonrió cálidamente a pesar de estar en constante dolor gracias a las heridas que en ese momento se dedicaba a curar.

-Papá, ¿Necesitas ayuda?- Sarada dijo al notar la dificultad con la que el mayor vendaba sus heridas.

-No, gracias, pero cuéntame, como te fue en tu misión?- Al escuchar a su padre, la heredera del sharingan creyó que a la vez que el hombre hablaba, le habían arrojado una cubeta llena de cubitos de hielo con la palabra "Sasuke" escrita en ellos, a pesar de que ya se había acostumbrado al frío tono de su progenitor.

A su mente llegó su madre, Sakura, de la cual su padre se había divorciado hacía unos meses, Sarada quería entender a la pelirosa, considerando que fue la soledad la que la orillo a tener un amante, pero hacer algo como destruir en su totalidad la residencia Uchiha a modo de venganza, a ojos de la pelinegra era demasiado cruel, más cuando fue el lugar donde su padre había pasado toda su infancia mismo en el que quedaban los últimos recuerdos al lado de su familia antes de ser misteriosamente asesinada por su tío Itachi, o eso decían los libros en la biblioteca de Konoha, ya que sobre el clan al cual pertenecía no había mucha información en archivos.

Pocos segundos que parecieron horas dentro de su mente pasaron hasta contesto la pregunta del Uchiha mayor. -Me fue bien, no hubo problemas o inconvenientes durante el plan predestinado, así que me fue bien- No pudo seguir sentada frente a Sasuke mientras este luchaba por no soltar quejido de dolor frente a su hija, se acercó y con el poco ninjutsu médico que Sakura le había enseñado curó la larga cortada en la pierna de su padre. Estando más cerca lo único que pudo notar fueron más heridas y cicatrices. Y entonces una duda surgió en su mente, esa que la había atormentado desde que conoció a su padre.

-Papá... tu brazo izquierdo, cómo ¿Cómo lo perdiste?- El cuerpo del azabache se tensó un poco, volteo a ver a su hija interrogante pero igual le sonrió.

-Fue el precio de mis pecados-Contestó mirando el muñon de su brazo.

-Ahhh? Eso no es una respuesta! Por favor dame detalles!- Se quejó la chica inconforme.

El mencionado se acercó a su hija y con los dos dedos índice y medio de su mano le golpeó la frente por encima de su bandana -Otro día será- Se levantó aún con heridas abiertas y se fue a su habitación.

Hola seguidores imaginarios! Me extrañaron? Ya cállate es obvio que no :'v. Weno les traigo una pequeña historia narusasu junto con la ensalada y el burrito. Los amo -3-

Un poco difícilDonde viven las historias. Descúbrelo ahora