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—¿Podrías pasarme eso? — Irina le sonrió a Justin mientras le señalaba un tetero de plástico, dónde le daría la leche a Dream — Tiene hambre.
—¿Ya no le das de tú...? — se sonrojó y señaló su pecho dándole a entender a Irina a lo que se refería.
—No... —hizo una mueca y tomó a Dream entre sus brazos. La bebé estaba demasiado grande para tener siete meses, tomó un cabello de su mamá y está le sonrió — No soy buena dándole pecho... Bueno, lo que quiero decir es que no produzco demasiado leche materna como algunas otras mujeres.
—Entiendo — Justin sonrió y le entregó lo que Irina le estaba pidiendo, Dream estiró sus manos hacía su papá e Irina se la entregó con una sonrisa —¿Qué tal te trató España?
—Demasiado bien para mí gusto —suspiró —¿Sabes? Dream quedó algo encantada con algunas personas de allí, no dejaba de sonreírles.
—Dream es demasiado amigable... Siento que eso va a hacer que me saque canas antes de lo posible — sonrió observando a su pequeña hija —¿Quieres dar una vuelta por las calles de Toronto?
—Dream no puede hablar todavía, Justin — sonrió divertida.
—No, no le decía a Dream... — dejó a la pequeña en el suelo y caminó hasta donde estaba Irina — Te decía a ti, necesitamos hablar sobre todo y quiero aclarar muchas cosas contigo... ¡Mierda! Sé que no debí de hacer todo lo que hice en ese viaje pero me fue imposible, nena. Cuándo se trata de ti no me puedo...— Irina se acercó y colocó su dedo índice en los labios suaves de Justin y le sonrió.
—No deberías darme explicaciones del porqué no te puedes contener cuándo se trata de mí, Justin — suspiró — Después de todo yo tampoco puedo hacerlo y creo qué... — el llanto de Dream desesperada por su tetero interrumpió la conversación de sus padres, Justin sonrió.
—Dedícate a darle el tetero a Dream, luego hablaremos con calma — se acercó a besar su mejilla — Iré a llamar a mi padre, podemos pasar algunos días con ellos mientras llega el día de tú show aquí.
—¿Dijiste, aún? — preguntó con una gran sonrisa en su cara.
—Lo dije ¿no? — Irina le enseñó el tetero a Justin — Iré a dedicarle el tiempo a nuestra hija, ve y llama a tú padre.
—No creo que necesite hacerlo, no quieres ir y yo no me quiero separar de ustedes... — elevó su mano y acarició con delicadeza la mejilla de Irina – Así que yo le dedicaré tiempo a nuestra hija, arréglate para salir a pasear con el papá de tú bebé.
—¿No puedo discutir sobre el tema de la salida? — sonrió nerviosa.
—¿Quieres hacerlo? — susurró, deseaba besarla pero después de lo que había pasado en Las Bahamas sentía que debía de contenerse.