El Nuevo Integrante

224 14 2
                                    

Desperté en la oscuridad de la noche,  en una habitación completamente desconocida, acostada sobre una cama grande y un cobertor color gris. Estaba utilizando un top  negro y un par de pantaletas.

Pusé la mirada a mi abdomen  y pudé observar que alguien había limpiado y cubierto la herida para que no se infectase. Estaba cubierto con gasas y tenía un líquido sobre ellas. Me quede pensativa por algunos segundos, cuando en la oscuridad de la habitación, una pequeña ráfaga de luz que provenía de la luna iluminó una parte de la habitación en la cual había alguien sentado allí sobre un sillón que se encontraba en la parte final de la habitación. lentamente moví mi cabeza de abajo hacia arriba y enfoque la mirada para distinguir aquella figura, Pero lamentablemente no podía ver con claridad. Estaba completamente obscuro y  mi vista no me ayudaba en lo absoluto.

Aquel ser  se levantó y caminó lentamente hacia mi. Era aquel hombre, el mismo que me salvó y estuvó  conmigo aquella noche. Lentamente caminó hacia a mi y se detuvo Justo frente a la cama. Me miró fijamente y me sonrió.

Su aspecto físico era algo impactante. Un hombre que no rebasaba los 30 años, alto, delgado, con piel pálida.  Sus ojos eran azul claro y tenían franjas rojas sobre las pupilas. Sus labios eran delgados, levemente rosados. Su nariz era pequeña, recta. sus cejas eran delgadas  de color marrón claro. Su cabello era largo por encima de su hombro,  quebradizo de color rubio. Su mirada era muy penetrante y seductora. Él estaba usando una camisa de seda blanca con pantalones negros ajustados. En el dedo anular de la mano izquierda llevaba puesto un anillo de oro con una piedra grande incrustada en el centro de color verde esmeralda.

Pasaron algunos segundos y Sus ojos seguían fijos en mi sin decir palabra alguna. Él Solo sonreía. Su expresión facial era diferente a todas, Reflejaban varias emociones entre sí. Era confuso, muy confuso y difícil de descifrar.

Levántate Ishbelleh. -Dijó. Mientras me miraba estiraba su mano, ofreciéndome ayuda para poder levantarme -

Lo miré fijamente y permanecí en silencio, me levante de la cama y tome su mano. Él caminó lentamente y abrió una puerta de color marrón que se encontraba a un lado, Era un baño. Las Paredes eran color crema, al igual que el retrete y La tina que era de porcelana. Sobre el lavabo había una toalla blanca, y varios recipientes de cristal, parecían ser perfumes, cremas perfumadas, y jabones.

Quería hablar y preguntar pero sinceramente ya estaba cansada que siempre fuera lo mismo. Solo
Permanecí en silencio.

Él tomó mi mano y suavemente la besó, Justo después dijo;

Se que estás cansada. Creo que es bueno que tomes una ducha caliente y te relajes. Sobre la
cama te deje ropa interior, un vestido de seda y unos zapatos altos. Sinceramente creo que es perfecto para ti, -exclamó mientras sonreía-. Sería un honor que bajaras a cenar conmigo al comedor principal. Estaré  Esperándote abajo. -Añadió mientras besaba mi mano otra vez y salía del baño cerrando la puerta.-

Comencé desnudándome y adentrándome a la bañera, lentamente retire la venda de mi abdomen y para mi sorpresa la herida estaba realmente pequeña, era como si nada hubiese pasado aquella noche. Me sorprendí mucho. Muchas preguntas inundaron mi mente.  Me quede pensativa mientras dejaba que El agua caliente cayera sobre mi piel. Lo hice con mucho cuidado. Comencé a frotar mi cuerpo con los jabones perfumados que estaban sobre el lavabo, lave cada parte de mi cuerpo detalladamente, siendo muy cuidadosa con la herida. Trate de ser rápida. Quería conocerlo, saber quién era, El aspecto de este hombre era totalmente misterioso y estaba segura que quería saber más de Él. Y si tenía suerte, Probablemente me ayudaría y me diría parte de mi pasado.

Termine la ducha y tome la toalla, me seque el cuerpo perfectamente y coloqué perfume sobre mi cuello y mis muñecas. El perfume era delicioso, un olor que nunca había olido antes, aunque su aroma era muy familiar. Salí del baño y coloque la ropa interior y el vestido fino que había dejado para mi. Una hermosa lencería color negro, unos tacones altos color negro y un vestido  de seda con mangas largas y un escote recto con hombros descubiertos. El vestido era de color verde musgo.

Me dirigí al baño por última vez para mirarme en el espejo, traté de quitar lo húmedo de mi cabello y lo dejé suelto, Dejando mis rizos al aire. Mi piel estaba  blanca, mis labios rojizos y mis mejillas levemente rosadas.

Salí del baño y abrí la puerta de la habitación, camine por el pasillo que conectaba a las escaleras y este era muy largo, el cual estaba lleno de cuadros de retratos y muebles con reliquias y antigüedades que se veían costosas y muy valiosas. finalmente cuando encontré las escaleras baje con cuidado y lo primero que me encontré fue una gran sala principal, era enorme, tenía varios sillones marrones oscuros de piel, una mesa pequeña en el centro y un ventanal que daba la vista al patio principal el cual era de igual manera hermoso. Me detuve solo por algunos segundos frente al ventanal y miré detalladamente. Pude observar una inmensa reja negra que a lo lejos señalaba el término de la propiedad, la cual difícilmente se veía ya que estaba cubierta con neblina. La casa donde me encontraba parecía traída de un cuento de hadas, una mansión inmensa a las afueras del bosque, con un misterioso conde en ella.

Caminé lentamente hacia el comedor principal y lo que encontré deleitó mi vista. Una mesa de madera fina pulida con detalles en las orillas, sillas que combinaban Perfecto con ella, y un candelabro de cristal y diamantes en el centro que iluminaba por completo la habitación, velas sobre el centro de la mesa y manjares sobre ella. Como Pollo al horno, patatas con queso, crema fría, baguettes recién horneados, postres de frambuesa, trufas de chocolate, Y muchas cosas más que se veían deliciosas. Aunque no abrió por completo mi apetito. Para ser sincera, No tenía ganas de comer.

El conde estaba de pie aún lado de la mesa.

Te ves hermosa -Exclamó mientras me veía con asombro - Siéntate por favor -añadió- El conde tomo mi mano, me acercó a Él y beso mi mejilla.

Realmente extrañaba ese perfume - Susurró a mi oído -

Me quede paralizada, confundida por lo que había dicho. Pero no era momento de sacar conclusiones tontas, así que solo me senté a un lado de la mesa.
Él me ayudó con mi silla, Posteriormente se sentó a un lado de mi. Tomó una pequeña campana que se encontraba sobre la mesa e hizo que esta sonara. Un leve sonido provino de aquella campana, Lo que provocó que un sirviente viniera rápidamente. El sirviente extendió un pañuelo blanco y lo colocó sobre mis piernas, después tomó un plato y sirvió un trozo de carne con patatas y un trozo de pan a un lado y luego se retiró.

- Adelante. <<Dijo mientras me arrimaba el plato y me sonreía tiernamente>>

Emití un gesto de timidez mientras jugueteaba con mis dedos nerviosamente. Él me miro sonriendo y tomó mi mano.

- ¿Quien eres tú? <<Pregunté tímidamente>>

- Mi nombre es Armeth Auditorhe. Te conozco desde hace tiempo Ishbelleh.

- Ham, Al igual que todos <<Susurré>>

-Haha, ¿Y Eso que significa? Nadie te conoce como yo, tenlo por seguro. <<Dijo mientras sonreía>> Vamos, comienza a comer que te hace falta, Añadió.

- ¿Vas a comer conmigo? <<pregunté tímidamente>>

- Por ahora solo te acompañare con una Copa.

Armeth hizo sonar la campana  y enseguida apareció el mayordomo con una bandeja de oro, con dos botellas con apariencia extraña, una era vino tinto y la otra era un líquido con consistencia espesa en ella, las  copas eran de cristal con diamantes finos incrustados en ellas. Armeth le indicó al mayordomo que dejará las botellas sobre la mesa al igual que las copas.

- Ishbelleh voy a acompañarte con una copa... Creo que es obvio, pero lo diré. Soy un Vampiro Ishbelleh.  <<Exclamó mientras sonreía , tomaba la botella y se servía en una de las copas>>

Al escuchar esas palabras mi corazón comenzó a latir rápidamente, ¡Dios! Creo que era obvio que era un vampiro pero a decir verdad nunca hubiera esperado que me lo dijera de esa manera.

Comenzamos a  disfrutar de la comida y las bebidas. Armeth  me miraba al comer mientras degustaba de su copa lentamente.

Durante toda la cena no dijimos palabra alguna, solamente nos mirábamos y nos sonreíamos. Al terminar la cena Armeth tocó la campana por última vez. El mayordomo camino hacia la mesa y comenzó a retirar las vajillas y a limpiar todo.

Armeth tomó mis manos y las colocó sobre la mesa, las estrechó con ternura y me miro.

- Ven conmigo a la entrada principal, Tengo una sorpresa para tí...

IMPULSO ESCARLATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora