Armeth

43 1 1
                                    

Mi nombre es Armeth Borja Auditorhe. Nací el 11 de diciembre de 1476 en Varsovia, Polonia. Provengo de una familia de clase social alta. Fui hijo único. Vivía con mi padre el cual no recuerdo con claridad, Teníamos una relación fría y muy lejana. Mi padre era General del ejército del Rey Antonio VI lo que explicaba su ausencia en casa. Recuerdo que regresaba a casa hasta tarde e incluso a veces demoraba días en regresar. No recuerdo a mi madre, murió días después de que yo naciera. Todos los recuerdos que tenia de ella los había visto en retratos y escuchado en historias que me contaban las nanas que me cuidaban. Supongo que a mi padre le afectó mucho su pérdida, Tal vez por eso evitaba a toda costa cualquier cosa o persona que le recordara a ella, Incluyéndome a mi.

Me la pasaba solo en casa, la única compañía que tenía era la de los sirvientes y sabios que iban a darme lecciones en casa. Tenía una educación muy estricta. Para mi padre no había nada más importante que la educación. Así que a corta edad comencé con estudios básicos como Historia, Geografía, Matemáticas, literatura y por supuesto estudios relacionados con la religión. A los 10 años comencé con mis estudios en lenguas y a mis 16 años inicié con estudios en astrología y geografía. Años más tarde me convertí en aprendiz tripulante bajo el mando del Capitán Nicolás d'Auvernia. Al inicio tuvimos viajes cortos a países vecinos, Estos se hacían con el fin de Importar y exportar nuevos elementos  a los países que visitábamos. Aprendí mucho del capitán y su tripulación, ademas perfeccioné mis estudios y aprendí todo lo relacionado con Navegación. Tiempo después El capitán d'Auvernia me nombró Piloto Navegante.
Pasábamos largos períodos en el océano y en otras ciudades. Esto provocaba que la relación con mi padre se volviera cada vez más inexistente. Dejé de verlo por meses, pero aveces le enviaba  cartas, como era de esperarse mi padre nunca respondió, posiblemente ni siquiera  las leyó, así que simplemente deje de escribirle.
Me olvide de mi padre y me enfoqué totalmente a mi profesión. Expandimos nuestras fronteras, abrimos nuevos horizontes y finalmente ampliamos nuestra visión. Preparamos una embarcación a un nuevo continente con el fin de encontrar cosas nuevas en el nuevo mundo y descubrir nuevas tierras, aunque lamentablemente nada salió como estaba planeado.
Una fuerte tormenta arrastró a toda la embarcación, destruyendo todo, enterrándola en el fondo del océano. Fui el único sobreviviente. Desperté días después en la orilla Del Mar, muy debilitado. Caminé por varias horas buscando ayuda, aunque nunca la recibí. Estaba  en una ciudad completamente nueva y distinta. La gente era poco amigable y no le gustaban los extraños. Fue hasta que llegada la noche, cerca de una avenida solitaria, un hombre con apariencia extraña me ofreció su ayuda. El hombre era alto, delgado, tenía cabello castaño, piel pálida y ojos marrones, Vestía ropa muy elegante.
Se acercó a mi, me miro fijamente  y me susurró;

A partir de ahora, nada sera normal, ni la felicidad, ni el dolor, ni el más pequeño recuerdo. Nada ni nadie podrá destruir lo que eres ahora, Las heridas que tengas, Sanarán. -Sin decir más El hombre se abalanzó a mi cuello y lo mordió. Bebió mi sangre por algunos segundos, y al llegar a la penúltima gota  se detuvo y se fue. Dejándome allí, retorciéndome y sufriendo por el dolor-. Nunca en mi vida había sentido algo parecido. Era algo muy doloroso, agonizante. Podía sentir las venas de mi cuerpo palpitando, mi corazón latiendo rápidamente, mis pulmones aferrándose, dando su último aliento. Era un dolor terrible que parecía no tener fin. Para ser honesto, no recuerdo con claridad cuanto tiempo pasó, pero para mi fue una eternidad. Por un momento no supe de mi, no recuerdo nada en absoluto. Hasta que una mañana, desperté en una habitación de amplias paredes color crema, ventanas cubiertas con cortinas marrones y muebles de madera en ella. Me sentía muy extraño. Podía ver todo, hasta el más mínimo detalle en la habitación, podía escuchar con claridad las voces de personas que estaban lejos. Era una sensación muy extraña. Me levanté y me quedé sentado a una orilla de la cama. Me sentía muy extraño, estaba débil, confundido, sin fuerza. De repente sentí algo, eran pasos. Alguien venía hacia mi. Levanté  la mirada hacia la puerta, esperando ver quien era.
Segundos después abrieron la puerta. Era aquel hombre que había visto esa noche.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 21, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

IMPULSO ESCARLATADonde viven las historias. Descúbrelo ahora