Capítulo 5

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—Me gusta. Es perfecto, varonil y sexy, justo lo que cualquiera podría desear... ¡oh! Y el tatuaje también ha quedado bien, no eres tan inepto como pareces —comentó BaekHyun mientras se miraba en el espejo con ojo analítico, apreciando la piel enrojecida y ahora adornada con tinta negra—.

ChanYeol sonrió y negó con la cabeza, quitó la aguja de la máquina y la desechó junto a los guantes de látex.

—Escúchate, ni siquiera sabes dar un cumplido como se debe. Eres un inútil.

—No soy bueno dando cumplidos, pero sí los recibo muy bien.

ChanYeol lo miró con intensidad y se cruzó de brazos, apoyándose en el respaldo de la silla.

—Eres un enano molesto e irritante, pero tienes un culo increíble.

BaekHyun despegó sus ojos del reflejo que le regalaba de buena gana el espejo y miró sobre su hombro al otro hombre, arqueando una ceja y tratando de no sonreír.

—¿Qué?

—Te estoy dando un cumplido, así que recíbelo. Ahora ven aquí, tengo que cubrir eso para que no se infecte.

BaekHyun obedeció y se detuvo frente al más alto con los pantalones a mitad del culo junto al bóxer y una provocativa y tentadora vista del comienzo de su pene, que, aunque no hubiera querido, igual hubiese tenido que exponer debido a la zona donde se encontraba el tatuaje. ChanYeol le lanzó una mirada tan potente que BaekHyun llegó a sentirse igual a una gacela frente a un furioso y hambriento leopardo, sin embargo, sus ojos quedaron detenidos en los contrarios.

Una chispa eléctrica pareció encenderse entre ellos desde el momento que los dedos del alto rozaron la piel de su pelvis al tratar de cubrirla con la gasa y ChanYeol se lamió los labios sin dejar de mirar su trabajo, mientras que BaekHyun retuvo el impulso de hundir su mano en las hebras rojas y vibrantes del alto y pasear sus dedos entre ellas. ChanYeol trabajó con delicadeza sobre la piel, tratando de no tocar demasiado para no lastimarlo o incomodarlo y parecer poco profesional, sin embargo, nada pudo detener el jadeo que salió de los labios del pequeño cuando, sin querer, el pelirrojo rozó con la punta de su dedo el inicio de su miembro al culminar de colocar la cinta pegante para afirmar la gasa en su lugar.

La chispa se convirtió en relámpagos potentes y sofocantes cuando volvieron a mirarse y ChanYeol se puso de pie, quedando demasiado cerca del peliplateado, y BaekHyun se preguntó si su reacción se debía a la falta de sexo durante tanto tiempo. Las manos masculinas y grandes de ChanYeol tomaron la tela de su bóxer y el pantalón y los subió juntos y con cuidado para no dañarlo, y cuando hubo acabado de abotonar los jeans de BaekHyun, lo sostuvo con firmeza de las caderas para que no se moviera de su lugar.

—Sal conmigo —dijo en un tono bajo y ronco y BaekHyun ladeó levemente el rostro, sin perderlo de vista en ningún instante—.

—¿Por qué lo haría?

—Porque soy un idiota atractivo que ha captado tu atención —susurró, bajando su cabeza hasta estar a unos centímetros de distancia del rostro del pequeño y miró con brevedad sus labios finos y brillantes adornados por aquél provocador lunar que podría pasar desapercibido si no se miraba lo suficientemente cerca—.

BaekHyun pasó saliva, sus ojos recorriendo cada facción del rostro del alto, escrutándolo, estudiándolo y memorizándolo. Su corazón tronó en sus oídos cuando el espacio entre ellos se redujo a casi nada y se reclamó interiormente por no hacer nada para detenerlo.

¿Podía permitírselo? ¿salir con ese idiota alto y atractivo? Hace tiempo que no iba de cita con nadie ni follaba tampoco, así que no creía estar muy actualizado con respecto a eso. ¿Qué si hacía el ridículo frente a él y, ya que era tan descerebrado, lo exponía al mundo para avergonzarlo? No conocía a ChanYeol de nada, la única referencia que tenía de él era el pantalón sucio que aún no había lavado y que descansaba en lo más profundo de la cesta con ropa sucia en su habitación, por lo que nada podía decirle con certeza si el tipo era o no un hijo de puta con sus conquistas, y BaekHyun no tenía planeado correr el riesgo, por muy atractivo, alto, musculoso, irresistible, sexy, fuerte, y caliente como el mueble de su hermano luego de ver sus telenovelas latinas subtituladas, que fuera.

II: Señor IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora