Capítulo 13

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Como lo hablaron el día anterior, JunMyeon se dejó caer en el departamento de BaekHyun a la mañana siguiente, y lo que encontró le rompió el corazón. Su amigo estaba sentado en el sofá, inmóvil y con la vista perdida en el infinito, mientras sus ojos dejaban escapar silenciosas y numerosas lágrimas cristalinas, que caían por sus mejillas, bajaban por su barbilla y se perdían en su camisa enorme y blanca.

BaekHyun era el tipo de persona que al llorar hacía un completo drama, sollozaba con fuerza y gritaba por la frustración, pero en ese momento estaba muy silencioso, demasiado quieto, y JunMyeon supo entonces lo destrozado que estaba.

Dejó las bolsas con comida, helado, ropa, películas y cervezas, que había comprado y guardado de camino al departamento, en el suelo junto en la entrada y se quitó los zapatos, el abrigo y luego caminó lentamente hacia su amigo con el corazón en un puño. Tomó asiento a su lado y sin dudarlo ni por un segundo lo tomó por el brazo y tiró de él para hacerlo chocar contra su pecho, y entonces lo escuchó, el sollozo saliendo estrangulado de la garganta del mayor y las lágrimas mojaron su camiseta. A JunMyeon no le importó y sólo se dedicó a abrazarlo más fuerte, a empujarlo contra la calidez de su cuerpo y a consolarlo en silencio.

No supo cuánto tiempo estuvieron en el mismo lugar, haciendo lo mismo, pero cuando JunMyeon habló ya BaekHyun estaba un poco más calmado.

-Ey, Baekkie, ¿quieres comer algo? Traje hamburguesas, de esas monstruosas que a ti te gustan.

-No. Ya he comido antes de que llegaras -murmuró muy bajito-. Kris me ha hecho algo antes de irse -dijo con cuidado y JunMyeon se tensó un poco por algunos segundos antes de obligarse a relajarse otra vez-.

-¿Kris?

-Sí. Él me sacó de la tienda de tatuajes, se quedó conmigo anoche y me hizo compañía. Le dije que se fuera esta mañana después de comer.

-¿Hicieron las pases?

-Supongo que sí. No digo que seremos los mejores amigos, pero al menos hay algo así como respeto mutuo.

-Ya veo. Es bueno saber que por ese lado estás bien.

-Sí. De cierta forma me siento un poco liberado.

JunMyeon asintió y comenzó a acariciar sus hebras castañas. No dijeron nada por minutos enteros, y JunMyeon no hizo nada para cambiarlo, si BaekHyun quería estar en silencio él no era quien para perturbarlo. Un par de horas después estando en la misma posición, BaekHyun se incorporó, suspirando en el camino, y se levantó del sofá bajo la atenta mirada de su mejor amigo. Lo miró con una pequeña sonrisa, los ojos hinchados, rojos y brillantes y las mejillas sonrojadas, y le dijo con una voz nasal indigna de él.

-Voy a darme una ducha. Pon alguna película sangrienta y corre las cortinas para que no nos dé el sol mientras tanto. Hoy seremos vampiros -le ordenó, tratando de sonar normal, pero JunMyeon supo que no lo estaba, sin embargo, asintió e hizo su pedido mientras él desaparecía en el pasillo que daba a su habitación-.

BaekHyun cerró la puerta detrás de su espalda y se quedó apoyado contra la madera por algunos segundos y se secó la cara nuevamente mojada. Sorbió por la nariz y se acercó al baño, quitándose la ropa en el camino y dejándola en la cesta con las prendas sucias. Dejó la puerta del baño abierta y se metió en la ducha, giró la llave y dejó que el agua fría lo golpeara con todas sus fuerzas sin quejarse ni hacer muecas con sus labios. Suspiró, tomando el jabón de la jabonera frente a él y lo pasó por su cuerpo concienzudamente, repartiendo la espuma por toda su anatomía, y luego se metió bajo el chorro de hilos fríos que caían constantemente para sacársela.

No supo cuánto tiempo estuvo ahí metido, con la cabeza apoyada contra los azulejos y los ojos cerrados, pero supo que era momento de salir cuando una serie de estornudos comenzaron a salir de sus labios y sus mocos ya flojos comenzaban a bajar de su nariz. Genial, lo que le faltaba. Cerró el flujo de agua sobre su cuerpo y estiró la mano para coger una toalla blanca, la envolvió alrededor de su cintura y salió fuera de la ducha y del cuarto de baño. Buscó en su armario un bóxer, una camisa súper gigante (que no pertenecía a ChanYeol) y un pantalón de deporte negro y holgado y se secó para luego vestirse sin mucha ceremonia. Caminó hasta su cama, tomó la colcha que usaba para dormir, y finalmente salió de su habitación arrastrando los pies para dejarse caer nuevamente sobre el sofá junto a JunMyeon, que lo miraba constantemente y con preocupación.

II: Señor IdiotaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora