La gran decisión

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Nar. Keith

Hoy es el primer día que voy a ir al insti después de los acontecimientos pasados.
Estaba muy contenta de volver a ver a, a demás de Peter, que me había venido a visitar, a María, Akko y Lauren. Pero todavía le seguía dando al coco con lo de la decisión que tenía que tomar.

Tras prepararme bajé a desayunar, pero justo al salir del ascensor, me topé de narices con Nat. Ella me miraba preocupada con sus intensos ojos verdes.
- Keith, tenemos que hablar.-
- ¿No puede ser después del instituto? No quiero llegar tarde...-
- Es importante.-
Di un gran suspiro y la seguí hasta el salón.
Allí nos sentamos en el sillón, la una en frente de la otra.
Al principio nos quedamos en silencio. Ella me observaba minuciosamente, intentando adivinar en qué pensaba. Al final, habló:
- ¿Qué te ocurre?-
- ¿Que qué me ocurre de qué?-
- O vamos, sabes perfectamente de lo que hablo.-
Pensé un momento qué decir.
- Está bien...-
Nat se acomodó preparada para escucharme.
- Es que...tengo miedo de que me vuelvan a atacar, y de que esa vez les salga bien la jugada...-
Mentí. Ella pareció creérselo.
- ...no quiero morir.-
Dije en medio de un sollozo. No sé si lo he dicho, pero se me da muy bien lo de actuar.
- Aquí tienes a muchas personas que te quieren y te van a proteger pase lo que pase. No tienes que preocuparte por nada.-
Dijo ella. Asentí y me enjugué una lágrima falsa que empezaba a asomar por mi ojo izquierdo.
Luego se acercó a mí y me dió un abrazo.
- Sabes que somos de confianza y puedes decirnos lo que sea. Es mejor contar tus problemas a sufrir tú sola...-
A veces Nat era muy convincente.
- ...créeme, yo lo sé muy bien.-
Después nos separamos y nos dirigimos al comedor para empezar a desayunar.

Me llevó al insti Happy, el socio y una especie de mayordomo de mi padre.
Al llegar pasó algo que no esperé para nada.
Peter, Lauren, María y Akko me esperaban en la puerta escondidos, y cuando entré por ella me sorprendieron gritando "¡¡BIENVENIDAAAA!!" y dándome un gran abrazo entre todos.
También me sorprendió ver que las chicas no iban hiperarregladas como cuando las conocí, sino que iban con ropa de calle, sin maquillar apenas y con plalleras.
- ¿Y ese nuevo look?-
Las pregunté cuando nos separamos.
- Queríamos hacerte un homenaje...-
Dijo Lauren.
- ...y nos ha parecido muy cómoda esta ropa...-
Dijo Akko.
- ...puede que nos quedemos con esta forma de vestir.-
Dijo María.
Yo reí y les di las gracias por la sorpresa, luego nos fuimos a clase.

Tras varias clases nos tocaba a Pitt y a mí robótica. Habíamos avanzado mucho con nuestras botas voladoras y la verdad, estaba orgullosa de ellas.
Cuando llegamos a clase y nos hubimos sentado, me giré hacia Peter, que me estaba hablando. Me distraí un momento y me fijé que detrás de la clase, detrás de unos muebles había alguien. Nadie se había dado cuanta pero yo sabía que estaba allí. Nos miraba fijamente, sobre todo a Peter. Me inquietó mucho y recordé lo que me dijo el hombre de verde, "ya tengo a uno de mis hombres en casa de ese amigo tuyo, esperando a que le dé órdenes". Un escalofrío me recorrió toda la espalda y las heridas que me había hecho Whiplash empezaron a molestarme.
- Keith, ¿estás bien?-
No me había dado cuenta de que llevaba en mi mundo un buen rato y que me había quedado mirando al hombre durante todo ese tiempo.
- Sí, sí, estoy bien...-
Volví a mirar a mi amigo.
- Quieres que le pidamos a la profesora si puedes ir a la enfermería, estás pálida...-
Parecía muy preocupado.
- No, no quiero arruinar mi primer día aquí después de tanto tiempo.-
- Está bien, como quieras. Oye, una pregunta...-
Me acomodé para escucharle, espero que no sea sobre mi comportamiento.
- ...¿No sientes como si te observaran? A todas horas... siento que me vigilan...-
Le miré asustada, y él movió la cabeza de un lado a otro.
- Olvídalo, es una tontería... serán imaginaciones mías.-
- Sí, estoy segura de ello...-
Inconscientemente volví a mirar a el hombre de detrás de los muebles. Ya no estaba y eso me calmó un poco, pero me seguía inquietando.
- Bueno, sigamos con el proyecto, dentro de poco será la feria de inventos.-
Le dije cambiando de tema. Él lo dejó y seguimos haciendo lo que mejor se nos daba, usar el cerebro con tuercas y tornillos (o al menos es lo que se me daba bien a mí).

Pasó la mañana y la conclusión que saqué fue que el hombre de verde me quería volver loca. Veía a el hombre que seguía Peter por todas partes. Le veía en un banco y cuando apartaba la mirada y le volvía a mirar ya no estaba; y así todo el rato. Peter también se le veía inquieto, seguramente su sentido arácnido le estaba haciendo pasar un mal rato. Miraba a todas partes pero como no lograba visualizar la amenaza y no podía ponerse a lanzar telarañas en público, no podía hacer nada.
Sabía que era la única que podía frenar esa situación que nos estaba trastornando a los dos, pero me resultaba muy duro.
Ya tocaba irse a casa y a mí me iban a venir a recoger. Salí con Peter y cuando estábamos por mitad de la acera, Pitt se puso de cuclillas de repente con las manos apretando sus sienes. Tenía una expresión de dolor que me partía el alma. Me agaché junto a él con procupación.
- ¿Qué te ocurre? ¿Estás bien?-
- Mi sentido...arácnido...duele...-
Dijo en un susurro casi inaudible.
Me levanté de golpe y saqué el "móvil de contacto" de mi bolsillo. Ya estaba harta y no quería ver a Peter sufrir más.
Lo encendí y me metí en contactos. Sólo había un número y le dí para llamar a él. Nada más oír el primer pitido ya me arrepentí, pero no había vuelta atrás.

Llamando a Número Desconocido

Hombre de verde: Ah, Keith, qué alegría ver que por fin te has decidido. Creí que tardarías menos, pero lo hecho, hecho está, ¿no?-
Le oí reírse por lo bajo y estallé.
Keith: Ya he aceptado tu oferta, ahora DEJA A PETER EN PAZ.-
Hombre de verde: Está bien, está bien, pero no hace falta gritar... espera un momento y verás...-
Esperé impaciente y miré a Pitt. Él seguía agonizando en el suelo.
Keith: ¡¡NO HA HECHO NADA!! ¡¡RETIRE AL HOMBRE QUE LE SIGUE YA!!-
Quedamos en silencio y luego él habló:
Hombre de verde: Lo siento, pero me temo que no lo haré.-
Keith: ¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! ¡¡LO PROMETISTE!!-
Hombre de verde: Sé lo que prometí, pero he cambiado de parecer. Dejaré en paz a tu amigo y a su tía cuando cumplas lo acordado.-
Tenía ganas de llorar, lo que había hecho era en vano y lo peor, tenía que traicionar a mi familia y Peter y la tía May seguirían en peligro.
Hombre de verde: Te enviaré un mensaje con el sitio a donde tienes que llevarlos, el día y la hora. Recuerda llevar a todos, sin excepción. No quiero problemas luego porque te hayas olvidado de uno de ellos...-
Keith: S-Sí...-
Dije con voz débil. A mi lado, Peter dejó de moverse, se levantó y respiró hondo. Parecía estar mejor y eso me alivió un poco.
Hombre de verde: Espero que no me falles, ya sabes las consecuencias si me desobedecieras...-

Llamada finalizada

Quité el móvil de mi oreja y lo miré asustada. Peter me preguntaba qué me pasaba, pero oía su voz muy lejos. Entonces oí un sonido que me avisaba de que tenía un mensaje. No me atreví a abrirlo, sería mejor cuando estuviese sola.
Luego vi por el rabillo del ojo que Happy me estaba esperando en doble fila con el coche y, sin mirar a mi amigo, le dije adiós a Peter y me dirigí al coche.
Lo que acababa de hacer me perseguiría por el resto de mis días, lo tenía por seguro.

Una Gran Genio (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora