Qué he hecho

4 0 0
                                    


  Nar. Keith

El tiempo pasa volando cuando planeas un crimen. Eso es lo que dicen, pero a mí se me hizo eterno. Ya era el día del cumpleaños de mi padre y ya había comunicado a todos el plan que tenía, pero no el verdadero, obviamente. Todos parecían más contentos por mí cambio de actitud, mi falsa alegría les hacía felices.
Después de desayunar y de cantarle el cumpleaños feliz a Tony, nos dirigimos a los coches para ir hacia la trampa. Antes de montarme, Pepper me paró y me dijo:
- Me alegro de que hayas cambiado de actitud.-
- Sí, ya, la verdad, ni me acuerdo de por qué estaba tan negativa.-
- Me gusta más esta Keith.-
Me abrazó mientras sonreía. La culpa, de tanto amontonarse durante tanto tiempo, se me empezaba a salir por las orejas.
Subimos a los coches. Llevábamos varios. En el primero íbamos Tony, Pepper, Happy, Nat, Steve, Clint y yo. En el segundo iban Wanda, Peter, Thor, Scott, Banner, Bucky y T'challa. En el último iban Loki, Sam y Visión.

Tras poco tiempo llegamos a unos grandes almacenes apartados de la ciudad. En el coche, mi padre dijo:
- Este sería un gran lugar para una emboscada.-
Le miré mal y él se rió.
- ¡Era broma, mujer! Está genial, gracias por preparar todo esto. Yo nunca habría conseguido convencer a Loki, la verdad.-
- Lo sé.-
- ¡¡Eh!!
Nos reímos y tras aparcar nos bajamos del coche.
Entramos en el lugar y salieron de algún lugar un hombre y una mujer vestidos de camareros de un restaurante de lujo.
- Bienvenidos. Les llevaremos al lugar de la fiesta, síganos.-
Dijo el hombre.
- Pero si nos disculpáis, necesitamos llevarnos a Keith un momento. Tenemos que gestionar algunas cositas más.-
Ambos desconocidos sonreían, pero al decir esto último mi padre puso mala cara. Yo me adelanté y dije:
- Sí, claro, me acuerdo de que me lo dijisteis por teléfono.-
Me giré hacia mi padre que parecía algo confundido.
- Tranquilo, yo me ocupo. Vosotros solo tratad de divertiros, yo iré un poco más tarde.-
Antes de irme con la mujer finalicé diciéndole:
- No os comáis la tarta sin mí.-
Les guiñé un ojo y salí de allí.

Me metieron en una habitación bastante iluminada y bien decorada. En el centro estaba el hombre de verde. Nada más verle un escalofrío me recorrió la espalda. Se grió hacia mí y pareció que se le iluminaba la cara.
- Me alegro de volver a verte.-
- Yo no siento lo mismo.-
Se rió por lo bajo y yo lo único que pude fue guardar silencio.
- Has hecho bien tu trabajo. Ahora ven conmigo.-
Le seguí fuera de la habitación a otra más pequeña y oscura. Una de las paredes era un gran cristal que daba a la gran sala donde estaban celebrando la fiesta. Al parecer ellos no nos veían.
- Desde aquí verás todo el espectáculo sin perderte detalle.-
- Qué bien...-
Dije en un susurro. Él solo dijo que iría allí y cuando hiciera la señal pasaría algo inesperado y muy divertido. Yo ya no sabía a qué se refería, pero me daba igual, ya lo había hecho, se acabó.
Salió de la habitación y para mí sorpresa entró en la que había 15 superhéroes que estaban siempre preparados para el combate. Yo podía oír lo que decían.
- Hola, mis queridos invitados.-
Todos se giraron y pusieron cara de terror, sorpresa y furia; menos Peter, Loki y Thor, que estaban algo confusos.
No dijeron nada, a lo que el hombre de verde dijo:
- Veo que se os ha comido la lengua el gato -dijo mirando a T'challa- sé que me conocéis, pero me voy a presentar para los que no me ponen cara.
Diciendo esto último miró a Peter, Thor y Loki.
- Soy el Doctor Muerte, pero mis amigos me llaman Doom.-
Empezó a andar hacia la mesa donde estaban los aperitivos.
- Por favor, seguid a lo vuestro, no quiero estropear el cumpleaños con mi presencia. Por cierto, felicidades, Tony. Eres un gran hombre.-
Cogió una patata frita y se la metió por la rendija donde se supone que debería estar su boca.
- Has cambiado, Muerte, antes no te metías en habitaciones llenas de superhéroes armados sin protección.-
Dijo Nat.
- Yo pienso lo mismo de vosotros. Antes no os dejabais engañar por alguien tan cercano a vosotros.-
Contestó comiéndose otra patata.
- ¿A qué te refieres?-
Preguntó Steve.
- Antes de responder quería preguntarte, ¿dónde está tu hija, Tony?-
Esto último lo dijo con malicia y sarcásmo. Mi padre, nada más decir esto, intentó avalanzarse hacia él pero Pepper y Nat le pararon.
- Como le hayas hecho algo a Keith, ¡¡este será tu último día!!-
El Doctor Muerte se rió por lo bajo y al final contestó:
- ¿Quieres verla?-
Tras eso, los camareros que nos recivieron me cogieron por los brazos y me llevaron a rastras hacia la puerta de entrada a donde estaban todos. Yo intentaba resistirme pero no podía zafarme de ellos.
Entramos en la sala y me obligaron a ponerme de rodillas al lado del Doctor Muerte. Fue entonces cuando todos sacaron sus armas y se pusieron en posición de ataque.
- ¡¡Suéltala!!-
Gritó mi padre, a lo que Doom contestó:
- No sé por qué queréis proteger a una niñita a la que acabáis de conocer y que encima os ha traicionado.-
Todos parecían confusos.
- Lo explicó yo o prefieres confesar tú, ¿querida?-
Me dijo Muerte. Yo no hablé, solo podía mirar al suelo y morderme la lengua.
- Está bien. Después de todos los intentos de asesinato fallidos, decidí que si no podía con ella la pondría de mi lado. Ella, como una buena chica, aceptó. ¿Por qué creéis que ha organizado esta fiesta en este lugar? ¡Si ni siquiera se molestó en preparar la fiesta de Wanda!-
Tony se adelantó y dijo dirigindose a mí:
- Mírame a los ojos y dime que no es cierto.-
Me costó mucho, pero conseguí mirarle. Luego tuve que quitarme el nudo que tenía en la garganta para poder hablar. Cuando conseguí un poco de calma, inspiré hondo y le dije:
- Es cierto... lo siento mucho, no tenía opción...-
Todos me miraron con horror y repugnancia. Miré a Peter suplicante, él solo me miraba impasible y con los ojos cristalizados. Mi padre tenía pinta de estar decepcionado, no le culpaba, yo también lo estaría.
El Doctor Muerte rompió el silencio diciendo:
- Bueno... qué tensión. En fin, espero que hayáis disfrutado de vuestras vidas y siento tener que deciros adiós con esta mala noticia, pero es lo que toca.-
Se acercó a la pared y lo que parecía un interruptor de la luz era en realidad un botón secreto.
Al darle, aparecieron unas cuerdas de las paredes que enrollaron a los superhéroes y los dejaron inmóviles. Incluso Banner tenía una cuerda especial que evitaba que se rompiese si se convertía en Hulk.
El techo se abrió y bajando de él lentamente, había una gran máquina muy compleja. Los cableados y tablas de metal se unían para llegar a tomar forma de cucurucho, con la punta hacia abajo.
Uno de los cómplices de Doom le trajo un mando a distancia cuadrado, con una pantalla llena de números, cálculos y ecuaciones complejas. Debajo de la pantalla había botones, mini palancas, reguladores y más. Yo suponía que era para controlar la máquina desde allí.
Mis amigos (o examigos, ya no sé) se revolvían en las cuerdas para intentar mofarse de ellas, pero no podían.
- Bueno, mis invitados, diría que ha sido un placer, pero estaría mintiendo. Y, como se suele decir, arrivederci.-

Una Gran Genio (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora