Capítulo 2

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Capítulo 2

Amor y desamor

Era noche cerrada y la lluvia caía con fuerza. Charlie esperaba en la puerta del gimnasio muy visiblemente nervioso. No podía parar quieto y notaba como el tiempo se le estaba echando encima. De un momento a otro llegaría el esperado pero a la vez temido momento. El momento de no regreso, en que todo el mundo giraba tan solo alrededor de una sola cosa. Llevaba mucho tiempo preparando aquello, hablando con ella y tratando de gustarle haciendo gala de todo su encanto, que él reconocía que no era demasiado. Pero lo importante era el interior, lo importante era el esfuerzo y la ilusión depositados en ello.

La chica en cuestión era de su mismo gimnasio, donde hacían kick-boxing los dos desde hacía dos años. Casi desde el primer momento se había prendado de ella. Le gustaba su forma de moverse, suave pero a la vez peligrosa. Poco a poco había ido ganándose su confianza, y ahora eran casi inseparables. La cuestión era que él no soportaba verla más como amiga, necesitaba dar el último paso. Aquello le podía llevar al fracaso o a la gloria, no había más opciones. Amor o desamor, después de aquello la amistad jamás podría seguir siendo igual. Por esa razón había tardado tanto en decidirse, por miedo a perderla para siempre. Después de mucho pensar y de cambios de idea a última hora, decidió que aquel día seria el día. No importaba lo que pasase, pero no quería alargar más la situación.

Vio entonces a los primeros alumnos de la clase salir y el corazón le dio un vuelco. La clase había terminado, ya salían. Le separaban apenas unos segundos. Saludó distraídamente a los que salían sin dejar de fijarse en el largo pasillo por el que tendría que salir Cindy. Ella era un poco más alta que él, pero apenas se notaba la diferencia.

-¿A quién esperas, tío?- le dijo de broma su amigo Frank, el cual era el único que conocía toda la verdad sobre aquello.

-Lárgate tío- le respondió Charlie empujándolo de broma- ya hablaremos luego.

-Suerte colega- le deseó mientras se iba.

Y entonces Charlie la vio. Como un ángel caído del cielo se aproximaba hacia él caminando despacio. Su corazón, en cambio, iba más rápido que nunca en su vida. Ella le miró y sus miradas parecieron fundirse en uno solo. Seguro que ella al verle allí ya se imaginaba de que iba la cosa. Al salir del gimnasio y verle, le dijo:

-Hola Charlie, nos vemos.

Y siguió caminando sin más hacia su casa. Ni siquiera se detuvo a preguntarle por qué no había asistido ese día a clase. Charlie la miró irse con una mezcla de frustración y desilusión enormes. Toda su película mental lanzada por la borda en apenas unos segundos y un saludo en apariencia inofensivo. Pero no era así en absoluto. Aquel saludo había sido el peor rechazo recibido en su vida. En el fondo lo sabía, a ella él no le gustaba nada de nada. Pero aun así, aquello no podía quedarse así.

-Cindy- la llamó con voz seca.

Ella se giró totalmente ajena a la situación interna de su amigo.

-Sí, Charlie.

-Te quiero.

Aquello le salió del alma casi sin querer. Al momento la situación se tornó incomoda y algo tensa. Cindy bajó la mirada y Charlie la mantuvo, aun sabiendo que la batalla estaba perdida desde antes siquiera de empezar.

-Siempre te he querido, y lo sabes. Podemos intentarlo, Cindy, daré el cien por cien de mí.

-No lo dudo Charlie, pero para mí eres uno de mis mejores amigos. No quiero que eso se rompa… y además, llevo algún tiempo hablando con un chico.

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