Destino

Reencuentros

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La noche cubría París, hasta hace dos semanas de su llegada nuevamente, de luchar con su hijo indirectamente, tenía un motivo más grande por el cual estar en ese lugar y en ese momento, no era tampoco el hecho de ahora querer proteger a Marinette de Carmen o tener que cruzarse nuevamente con su esposo.

Parada en una de las vigas más altas de la torre miraba la ciudad sumergirse en el silencio.

-Maestra.- Beeb estaba posada sobre uno de los hombros de la rubia, como si compartiera sus recuerdos y pensamientos en ese instante.

-¿Lograste leer sus energías?- pregunto la kwami asintió con su cabecita, se sentía un poco triste por la decisión que Paulette había tomado, por años estuvo a su lado y pronto dejaría de estarlo.- Beeb no quiero te sientas mal por esto, sabes que la vida de los humanos es corta a diferencia de ustedes, además no será un adiós definitivo yo aun estaré a tu lado

Beeb le sonrió abrazándose más a ella de su mejilla... ambas dirigieron su mirada a un punto específico al este de la ciudad, casi a las afueras, si mal no recordaban después de veinte años de "exilio" en ese lugar se encontraba la guarida de Gabriel o mejor dicho Hawk Moth.

-No será lo mismo que la última ves.- dijo Beeb. Paulette asintió cambiando su expresión a una más seria.

-Pero tampoco pienso terminarlo... ya no es mi trabajo, con Gabriel solo tengo asuntos pendientes.- sentencio.- Beeb... Transfórmame.

Resguardada por el cielo nocturno, Anthophila se movía rápida y discretamente, su camino pronto fue decorado por mariposas blancas que parecían estar guiándola a donde su amo le esperaba, la rubia sonrío. Igual que la primera vez que lo enfrento, ante sus ojos pronto apareció el escondite de Hawk Moth la escotilla de la cúpula comenzó a abrirse, con su advertencia de hace unos días supo que él ya la estaba esperando.

Apenas la luz de la luma iluminaba ese lugar lleno de mariposas, Anthophila entro por la escotilla de forma grácil, arrugo la frente al ver salir a aquella "rata" de entre las sombras.

-¿Las máscaras son necesarias?- pregunto él de forma tranquila, Anthophila cerró los ojos sonriendo de medio lado casi al mismo tiempo que bufaba con diversión.

-Amenos que te guste ver el rostro del a muerte, me temo que son necesarias.

-Todos estos años creyéndote muerta, todos estos años con el único objetivo de obtener los miraculous para regresarte a la vida y cambiar este mundo, todos mis planes.-comenzó a hablar la rubia rodo los ojos con fastidio.

-¿Traerme a la vida?- pregunto molesta.- Querías traerme a la vida para después matarme como lo hiciste la primera vez. ¿Qué planeas realmente Gabriel?

-Darles la vida que realmente merecemos, ¿no te das cuenta? Este poder, somos los elegidos para ser los dioses, los reyes de este mundo moldearlo a nuestra forma y semejanza.

-No... este poder se nos concedió con un simple objetivo, será de niños pero debemos mantener a raya a las fuerzas del mal, mantener el equilibrio, los miraculous no son para usarlos de forma errada.

-Siempre has tenido una forma muy curiosa de ver las cosas Paulette, Adrián tiene tú mismo carácter. Ahora dices que los miraculous no deben usarse de forma errada ¿Por qué sigues con vida? ¿Quién te salvo?

-Eso no es de tu incumbencia.- respondió tajante

-Beeb apenas logro utilizar un poco de su energía para salvarte, en el hospital te dieron escasos tres días cuando caíste en coma y después fuiste enterrada, quise suponer que la energía de Beeb no fue suficiente para salvarte de la muerte, entonces ¿Quién te salvo?