Destino

La confesión de Lila

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Pasaron dos días más para que dieran de alta a Marinette y a la pequeña Emma, Nino y Alya se ofrecieron a ir por ellos para llevarlos a su hogar donde ya los padres de Marinette los esperaban, para Adrián aquellos dos días fueron un tanto complicados para sus emociones, después de hablar con su padre no había recibido noticia alguna de él.

El trayecto fue tranquilo puesto que Emma estaba completamente dormida, en los brazos de Alya quien se auto nombro la madrina de la pequeña.

-Por fin en casa.- suspiro Marinette a penas la puerta se abrió...-¿Esto es necesario?- pregunto un tanto apenada.

Cuando bajaron del auto, Adrián tomo en brazos a Marinette y de tal modo la llevo hasta la puerta de su hogar.

-Apenas diste dos pasos fuera de la camilla y casi te desvaneces.- dijo Adrián.

-Pero necesito caminar un poco.

No muy confiado el rubio dejo a Marinette en el suelo con sumo cuidado, ella sentía su cuerpo pesado y sentía sus piernas temblar no estaba segura si todas aquella que recién habían dado a luz por primera vez se sentían de igual modo.

-Vamos Marinette necesitas descansar un poco.- Sabine tomo a su hija del brazo guiándola hasta su habitación, lo que ella menos quería era regresar a postrarse a una cama, pero no había persona en el mundo que lograra decirle que no a su madre.

A pesar, de que muchas veces les dijeron que la primera semana del nacimiento de Emma seria tranquilo, el sufrimiento de los nuevos padres comenzó a la siguiente semana, Emma dormía todo el día, cosa que sus padres aprovechaban y dormían junto a ella, la niña despertaba cada dos o tres horas, reclamando ya sea: alimentación, cambio de pañal o por el simple hecho de no querer dormir en el moisés y dormir en brazos de alguno de sus padres.

Para Tikki y Plagg ese tipo de escenas eran demasiado cómicas, las veces que la pequeña despertaba en medio de la noche y no lloraba los kwami se encargaban de cuidarla por así decirlo ya no hablaba como antes por medio de sus energías, Emma solo se distraía mirando al par de criaturitas flotando frente a ella.

Cerca de las tres de la tarde, Adrián fue el encargado de bañar, cambiar y hacer dormir a su bebe, cosa que no le costó trabajo, la niña siempre terminaba rendida después de un buen baño que le dejaba un delicado aroma a lavandas, según su suegra, esas flores son ideales para niños pequeños ya que les relajan bastante y claro que tenía razón.

Dejo a la niña durmiendo en su cuna, al cuidado de los kwami... Marinette protestaba mucho por eso, ella quería que su niña comenzara a dormir en su habitación apenas cumplido los tres meces, no tenía por qué hacerle un "tosco" cambio.

Al entrar a la habitación, encontró a Marinette acomodando un par de cosas en el armario.

-¿Y Emma?- pregunto al no verla.

-Durmiendo en su cuna.- le respondió. Marinette arrugó el ceño, ya lo avían discutido, la niña se quedaba con ellos hasta los tres meces.

Antes de que ella saliera de la habitación a por su hija, Adrián la atrapo por la cintura antes de que pudiese siquiera pasar a su lado.

-Déjala dormir, te juro que no pasara nada malo por dejarla un rato en su cuna. Además Tikki y Plagg la están cuidando- le dijo.

-Ya hablamos de esto ella...