Capítulo 3

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Los días que siguieron habían resultado bastante tensos. A pesar de que habíamos arreglado un poco las cosas con Chris aquella noche, discutíamos seguido por el mismo motivo, una y otra vez, y estaba cansándome. En cuanto a Luke, tampoco hablé con él en ningún momento, excepto en la clase de química, cuando le pedí disculpas una vez más a las cuales el aceptó indiferente, dando por finalizada esa breve conversación.

Lo más molesto de todo aquello era que Chris no había cambiado su actitud en absoluto. No le dirigía la palabra a Luke, pero se manejaba mediante indirectas, gestos,me incluso un lenguaje corporal que hacía evidente la tensión entre ellos.

Y a Chris también lo notaba distante, indiferente.

Saqué esa conclusión aquella vez en la que Luke y yo estábamos en la cafetería un poco apartados del resto hablando del trabajo de química, cuando Chris se acercó a nuestra mesa e interrumpió nuestra insignificante conversación tomándome del rostro y besándome intensamente, dejándome con la frase a la mitad, y sentándose a mi lado, haciendo que Luke pierda el interés en la conversación y yo, la paciencia.

En fin.

Se odiaban. Chris y Luke se odiaban.

Y de alguna forma eso me afectaba en muchos sentidos.

Sin embargo, noté un cambio en la actitud de Luke aquel domingo a la noche, cuando mis padres hicieron la misma ceremonia de costumbre.

Estábamos en mi habitación, Luke vestía una camisa a cuadros azul y unos pantalones ajustados negros acompañados de sus típicas Vans negras.

-Al menos a ti te permiten vestirte como a un adolescente normal - dije, ya que yo llevaba puesto un vestido que se vería perfectamente en una niña de 5 años.

Luke rió.

-Te ves adorable.

-Cállate - dije, simulando molestia.

Me quité los incómodos zapatos de tacón y los tiré a un lado. Cuando giré para ver a Luke tuve que levantar considerablemente mi cabeza para poder mirarlo a los ojos debido a su altura.

-Me siento como una niña de 5 años, y tu altura no ayuda.

-Te ves como una.

Fruncí el ceño y Luke se agachó levemente, quedando casi a mi altura.

-¿Mejor?

-Pareces una señora mayor con problemas en el ciático, Luke.

Soltó una carcajada al notar que su erguida postura de verdad parecía la de una anciana.

Reí con él y segundos después me senté en el suelo, a los pies de mi cama. Luke imitó mi acción

-¿Sabes? - dijo - Eres realmente agradable, Kat, es una lástima que tu novio no le deje ver eso a nadie.

Lo miré a los ojos, pensativa.

- No quiero que te ofendas - agregó - Pero siento que Chris es un obstáculo cada vez que quiero hablarte, y yo no tengo malas intenciones contigo.

-¿Es por eso que has estado así de borde toda la semana?

-Lo siento - dijo - Es que sabes que Chris es el capitán del equipo y no quiero tener una mala relación con el, es todo.

-Ya la tienes, Luke.

-Sólo no quiero empeorarla. Además, creo que con el tiempo se le pasará.

-Definitivamente no conoces a Chris.

Miré mis pies descalzos, pensando en lo rencoroso, impulsivo y agresivo que podía ser Chris cuando se lo proponía.

Permanecimos en silencio unos segundos, hasta que Luke habló.

-Quiero conocerte mejor.

-Vale... - respondí, dudosa.

-Quiero decir, lo único que se de ti es que tienes esa doblé identidad de chica mala...

-No soy una chica mala, Luke - le interrumpí, riendo.

-¿Eres una chica buena, entonces?

Medité unos segundos antes de responder.

-Las chicas buenas son chicas malas que jamás han sido descubiertas.

-Vale, entonces eso eres tú.

-¿Qué quieres saber de mí?

La siguiente hora se basó en charlas sobre nuestros gustos, intereses, problemas, etc. y yo había conocido prácticamente la vida entera de Luke en tan sólo una noche.

-Desde mi infancia, mi madre desarrolló una fuerte obsesión por el dinero - confesó - es por ello que trabaja todo el día y pasa sus noches en casa haciendo papeleos y cosas del trabajo. En cuanto a mi papá, soy una deshonra para él. El quería que yo sea como mis hermanos, ellos tenían las calificaciones más altas de todo el instituto, lo que les abrió puertas a las universidades más prestigiosas de todo el país y, bueno, luego estoy yo, viviendo la vida como un adolescente normal y no como el quiere que la viva.

La historia de Luke era muy parecida a la mía, sólo que en su caso, sus padres estaban conscientes de la vida que llevaba Luke, tan contraria a sus estándares.

-•-•-

Me encontraba sentada en las gradas del gimnasio, esperando a Chris para irnos a casa juntos. Estaba concentrada en mi celular cuando un golpe en seco que retumbó en todo el lugar atrajo mi atención.

Levanté la vista y vi a Luke en el suelo, matando con la mirada a Chris. Supuse que lo había empujado "accidentalmente".

Luke se incorporó rápidamente y lo último que supe fue que se acercó a Chris antes de que la multitud de chicos formen un círculo al rededor de ellos, tapando totalmente mi campo de visión.

Me puse de pie y fui más arriba para poder ver la escena. Se intercambiaron un par de gritos, que traduje como insultos debido a las expresiones en sus rostros y el tono de voz que utilizaban. Reaccioné de inmediato en el momento en que Chris golpeó con fuerza a Luke en su estómago, haciéndo que éste se retuerza de dolor.

Eché a correr con fuerza al círculo y una vez allí me abrí paso hacia el centro de éste.

-Ya no eres tan fuerte. ¿Eh, capullo? - se burló con desprecio Chris.

El ojiazul volvió a su postura habitual aún con una expresión de dolor en su rostro, mientras que Chris amagaba con pegarle una vez más. Antes de que eso pasara, me interpuse entre ellos, dándole la espalda a Luke.

-¡Christian, detente! - exclamé, levantando mis manos como acto reflejo.

De repente todo el lugar fue silencio absoluto, miré a mi novio con rabia mientras el me miraba confuso.

-Qué pasa contigo... - murmuré, aún sosteniendo mi mirada de ira hacia el.

Giré para encontrarme con un Luke con gesto adolorido y con su mano en su estómago.

-¡Llamad al entrenador! - ordené, y uno de los allí presentes se marchó en su busca. - Luke - lo llamé, buscando su mirada - ¿Estás bien?

Él sólo asintió y supe de inmediato que no podía hablar debido a la intensidad de aquel golpe que había recibido.

Mi novio era un animal.

«Good girls» Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora