Capítulo 4

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Luke tomó asiento en la camilla mientras la enfermera buscaba una bolsa con cubitos de hielo dentro. Se quitó la camiseta del equipo, dejando al descubierto el enorme moretón ubicado en su abdomen.

-Recuéstate, cielo - pidió amablemente la enfermera, a lo que Luke obedeció en seguida.

-¿Puedo? - pregunté, señalando la bolsa que tenía en sus manos.

-Por supuesto.

Lo tomé y lo coloqué con cuidado en el estómago de Luke, que dio un leve saltito al sentir el frío material sobre su piel caliente. Cuando hice un poco de presión en la zona Luke respiró profundamente y colocó su mano sobre la mía, como si aquella acción fuera a eliminar el dolor de alguna forma.

-Sé que duele, pero te saldrán hematomas si no lo haces- dije, corriendo su flequillo a un lado , el cual se había pegado a su frente por la transpiración.

-Gracias, Hall -susurró, envolviendo mi mano en la suya.

Respondí con una sonrisa y la enfermera apareció una vez más en la pequeña habitación.

-Katherine, un chico allí afuera está preguntando por ti.

Miré a Luke, algo indecisa.

-Ve, estaré bien - sonrió - Te veré luego.

Retiré mi mano atrapada entre el frío del gel y la calidez de la piel de Luke y salí de la enfermería, anticipando lo que iba a pasar.

-Christian - confirmé.

-Por favor no te enojes conmigo.

-Acabas de reventarle el estómago a Luke de un puñetazo después de haberlo empujado sin motivo alguno, ¿Y pretendes que no me enfade contigo? Actúas como un psicópata a veces, no como el chico del que me enamoré.

-Y tú actúas como una paranoica todo el tiempo - dijo - No me importa si Hemmings es tu amigo, aún así se lo merecía.

-Estoy cansada de toda tu mierda, Christian - dije, alzando un poco la voz - Y ni siquiera me buscas como antes, sólo te acercas a mí cuando Luke está presente.

Christian miraba hacia otro lado, indiferente a mis palabras.

-Creí que sólo eran escenas de celos hasta que vi lo que le hiciste a Luke hoy - agregué - ¡Ni siquiera te había provocado!

Silencio absoluto.

-¡Di algo, joder!

-No desperdiciaré mi tiempo discutiendo contigo.

-Bien - dije, y me marché con la intención de estar lo más lejos posible de él.

-•-•-

-¿¡Ha dicho eso!?

Recibimos por parte de las demás personas presentes en la biblioteca un sonoro 'Shhh'.

-Por dios Chloe - susurré - Harás que nos echen.

Suspiré mientras revisaba las estanterías en busca del libro que necesitaba.

-Es que no puedo creerlo. Es tan... - soltó un quejido - Lo odio.

-Yo no.

-¿No pensarás en perdonarlo, verdad?

Mordí mi labio y la miré, sabiendo que enloquecería.

Cuando Chloe reparó en qué mi respuesta era sí, me aseguré de taparle la boca para evitar un grito innecesario de su parte.

-Shh - dije.

-¿Estás loca, mujer? - exclamó en susurros - ¡No puedes hacer eso, es un gilipollas! ¡Ni siquiera te escucha!

-Lo amo, Chloe, no como antes, pero... - suspiré - De alguna forma lo necesito a mi lado.

-No puedes ser feliz con alguien así a tu lado, Kat - dijo, mas calmada.

Aquella frase había resonado en mi cabeza durante toda la clase de Biología. Y me hacía pensar, ¿Acaso era yo feliz con Chris? Y luego de hacerme esa pregunta vinieron a mi mente imágenes de todas aquellas veces en las que Chris me privaba de estar con mis amigos, de ir a una fiesta sin él, de usar una determinada ropa, etc. mientras que él hacía lo primero que se le venía a la mente «sin importar si aquello me molestaba» sin restricción alguna.

Y no. Definitivamente no era feliz con él.

Al salir de clases me dispuse a buscar a Christian, y no precisamente en busca de una reconciliación. Lo encontré en el laboratorio de Química, hablando con uno de sus colegas. Me acerqué decidida a él, quién aún no notaba mi presencia, hasta que oí mi nombre y escondí a un lado para escuchar la conversación.

Chris estaba contándole a su amigo nuestra discusión aclarando lo "molesta" que yo era hasta que aquel chico hizo una lregunta que me desconcertó.

-¿Y que hay de Lizzy?

-La veré este domingo, cuando Kat esté en su estúpida cena con sus padres. - dijo - Tengo las peores intenciones con ella - rió - Aunque no se si deba hacerlo, ya sabes, por Katherine...

-¡De ninguna manera! - exclamó - Definitivamente debes hacerlo, sabes que no vienen chicas así a tu vecindario todos los días.

-Tienes razón.

Me quedé atónita, confusa, pero no de trsiteza, sino de la rabia que tenía hacia él en ese momento, quería estrangularlo, matarlo, y luego quemar su tumba.

Esperé a que ellos salieran del salón y luego salí yo, seguido a eso me dediqué nuevamente a buscar a Chloe en el instituto para contarle lo sucedido.

En su lugar me encontré a Luke en el camino.

-Wow - dijo, sorprendido - No te acerques a mis hijos nunca con esa cara.

-No estoy de humor, Luke - dije, intentando no sonar grosera.

-¿Qué pasa?

-Eso no importa, ¿Cómo estás tú?

-Mucho mejor - dijo, sonriendo - Al menos ahora puedo respirar.

Hice una mueca, sintiéndome culpable por ello.

-Estoy pensando en dejar el equipo.

-¿¡Qué!? - exclamé - ¡No!

-No creo que sea agradable para Chris que yo esté en su equipo.

-Pero tu amas el futbol - dije, recordando aquella vez que lo mencionó - No puedes abandonar tus sueños por alguien como Chris.

-Dícelo a tu novio.

Suspiré al oír aquella última palabra.

-Disculpa, debo irme.

-¿Te sientes bien?

-Sí, sólo quiero ir a buscar a Chloe.

-¿Quieres que te acompañe?

-No -dije, en un tono molesto.

-¿Necesitas hablar?

-¡Que me dejes sola, joder!
Me arrepentí al instante de haber sido así de borde con Luke, sabiendo que, al notar mi preocupación, el sólo quería ayudarme y yo respondía de aquella forma.

Al ver que el daño ya estaba hecho, me di la vuelta sin decir palabra alguna y segui caminando hacia donde me dirigía anteriormente, hasta que minutos después pasó lo peor que me pudo pasar.

Christian.

«Good girls» Luke Hemmings.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora