Capítulo 7: ¿Nos conocemos?

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Todas las mañanas lo veo marcharse mientras permanezco sentada en el borde de la ventana.

Siempre con algún traje elegante y su cabello negro perfectamente peinado.

A veces sus hermosos ojos azules se cruzan con los míos y es cuando sus labios forman una sonrisa un tanto pícara que me hace sonrojar.

No he vuelto a hablar con él desde aquella noche, y es que quizás así sea el enigmático Neill Cooper, quizás el es más un misterio.

—¿Por qué sonríes Amber?— María me mira divertida.

—Nada en especial— camino de un lado a otro de la cocina.

—¿Estás más contenta aquí?— pregunta mientras va de un lugar a otro buscando lo necesario para la comida.

—Mucho— me mira unos segundos —después de todo, esto es todo lo que tengo— afirmó con un tanto de resignación.

María, la linda y amable sirvienta que se ha vuelto mi amiga, la última semana he sido casi una sombra, ahora que ya no tengo que estar encerrada en la habitación intento ocupar el tiempo en cualquier cosa.

Ambas estamos muy concentradas llendo de un lugar a otro por la cocina cuando el sonido del abrir de la puerta principal nos saca de nuestros pensamientos, María y yo nos vemos sorprendidas unos segundos, ambas sabemos que Neill llega hasta muy tarde y al menos yo, no tengo ni la menor idea de quien se pueda tratar.

Como movidas por la curiosidad caminamos una al lado de la otra hasta llegar a la entrada.

Frente a la puerta se encuentra una mujer, alguien de ninguna manera mayor en edad, la envuelve un porte elegante y una hermosura increíble.

Y entonces, estando las tres en este espacio, el ambiente se vuelve raro.

Al mirar a la mujer a mi lado veo cómo está a tomado un color pálido en su piel, sus ojos se encuentran sobre la mujer mientras cubre su boca con su mano, tal pareciera que vio a un fantasma.

Tarda unos minutos así hasta que por fin se recompone, rápidamente corre donde la mujer.

—Señorita Jaida— La voz de María tiembla —No  tenía idea... no tenía idea de que llegaría.

La mujer cuyo nombre es Jaida voltea su mirada hacia mí, la sorpresa de apodera de su rostro pero se recompone demasiado rápido y vuelve su mirada a María —Si lo sé, todo se dio tan...— calla unos instantes —... inesperadamente.

Jaida pasa de lado a María y camina hasta llegar frente a mi, me observa por lo que parecen horas aún cuando  solo son unos cuantos minutos, una que otra vez durante ese tiempo se pierde en sus pensamientos como si recordará algo o abre su boca con intención de hablar pero vuelve a cerrarla rápidamente.

—No creí volver a verte— dice por fin causando en mi algún tipo de escalofrío con sus palabras y de alguna manera trayendo con su voz  algún tipo de emoción que me es imposible definir.

—¿Nos conocemos?— digo un tanto confundida, causando para mí sorpresa el mismo efecto en ella.

No da tiempo a responder cuando  María se encuentra a su lado —Amber será mejor que me esperes en la cocina, yo acompañaré a la señorita a su habitación.

—¿Amber?— Jaida pronuncia mi nombre como si de probar un platillo se tratase.

Sin decir nada más María coge las maletas y comienza a subir las escaleras, la señorita Jaida se toma su tiempo antes de seguir a María.

Con mi cabeza tan confundida ante la situación me dirijo a la cocina, intento retomar lo que estaba haciendo antes, sin embargo me la pasó preguntando que fue lo que sucedió, de alguna manera la llegada de esa mujer cambio algo en mi, algo que no puedo explicar.

Cuándo María vuelve no  menciona más a la  mujer y cuando intento preguntar sobre lo sucedido solo dice que fue una confusión.

Sin ánimos de comenzar el círculo de preguntas y no respuestas que se ha creado en este espacio decido subir a mi habitación.

Estando allí el sentimiento de duda no se va, al contrario crece mucho más, y ante todo estoy segura de algo, sea quien sea esa mujer logro despertar una sensación nada agradable en mi, y aún no sé cómo, pero sé que debo de averiguar el por qué de lo que pasó, además de muchas cosas más.

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