—¿Qué opinas María?— pido su opinión mientras arreglamos las sabanas de la cama.
Niega con la cabeza antes de responder —Es un bonito nombre señorita, no me mal entienda— acomoda un cojín —pero es que simplemente usted no tiene cara de Jane.
—¿Y de que tengo cara?
Piensa unos minutos —¿Qué tal Amber?
—Amber— Pronuncio en voz alta.
—Es muy lindo, lo he escuchado en la televisión el otro día mientras cocinaba.
Camino de un lado a otro por la habitación pensando.
—Puede funcionar, al menos servirá para que deje de decirme señorita todo el tiempo —María me mira y sonríe.
Durante estos días hemos creado un lazo, ella es lo única persona a la que conozco, Neill Cooper es un completo fantasma al parecer.
Lo más cercano de conocerlo fue hace dos días cuando el salía a su trabajo en la mañana, yo estaba como de costumbre sentada en la ventana con un buen libro entre mis manos, por desgracia no pude detallarlo pues solo fue una fugaz vista.
—¿Qué hay de las pesadillas?— María me saca de mis pensamientos.
—Igual— me da un escalofrío al recordarlas —no me dicen nada pero siguen atormentado.
—Ya pasarán— me da una mirada amable.
—Eso espero— miró hacia el jardín, uno muy hermoso y grande, con flores de muchos colores, a veces imagino que tengo alguna entre mis manos —María ¿Cuándo podré salir de esta habitación?
—Bueno, yo no puedo responder eso, eso solo lo puede decidir el joven Neill.
—¿Y como lo hará?— pregunto frustrada— llevo aquí casi dos meses y nunca lo he visto.
—El tiene mucho trabajo.
—Claro.
—Ya verá señorita que el día que menos lo espere por fin se conocerán.
No digo nada, a los pocos minutos María se va a atender el resto de la casa.
El resto del día me ocupo a leer algún libro, la televisión no es una opción pues la mayoría de los canales están bloqueados por alguna razón, así que cuando la noche llega me meto en la cama acostumbrada a repetir una y otra vez la misma rutina.
...
Un fuerte golpe.
De pronto estoy tumbada en el piso de algún lugar, intento levantarme pero mi cuerpo está demasiado adolorido y mallugado por diferentes heridas.
—Por favor— lágrimas caen por mis mejillas —Por favor déjame ir.
Una risa, su risa —Nunca— intento ver su rostro pero todo es oscuro.
—Por favor— suplicó.
—Dijiste que nunca me dejarías— me toma del cabello obligándome a levantar mi cara —Y no lo cumpliste.
Vuelve a golpearme.
...—Déjame— grito desesperada —déjame.
—Tranquila.
Unos brazos me envuelven pero sigo batallando para apartarlo de mi.
—Déjame— repito con mi respiración alterada.
—Hey, estás a salvo— le prestó atención al dueño de la voz —Estoy aquí, tranquila.
Me aferró a los brazos de la persona que me abraza mientras intento calmar mi respiración, me resultan reconfortantes y tengo la sensación de haber estado así antes.
Cuando los efectos de la pesadilla pasan levanto mi vista hacia la persona sentada a mi lado.
Un hombre.
Me mira con sus lindos ojos color azul, su cabello negro se encuentra despeinado pero de ninguna forma se ve mal, sus labios forman una pequeña sonrisa, una pequeña perfecta sonrisa.
—¿Estás bien?— su voz, grave y al mismo tiempo gentil.
—Yo...— no puedo pronunciar nada —Yo...
—Todo está bien— extiende su mano y la coloca sobre mi mejilla.
—Lo lamento— veo duda en su cara —Te desperté— intento explicar.
Niega con la cabeza —Yo... De hecho yo estaba aquí.
—¿Aquí?
Parece avergonzado —Quería asegurarme que estuvieras bien.
—¿Lo haces cada noche?
Solo asiente con la cabeza.
—¿Por qué te ocultas?
—Es complicado.
Nos quedamos unos segundos en absoluto silencio, solo viéndonos.
—Soy Neill— dice por fin.
—Soy...— lo pienso unos segundos —...Soy Amber— uso por primera vez ese nombre.
—Amber— acomoda un mechón de mi cabello tras mi oreja —muy lindo.
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La historia perfecta
Misterio / Suspenso¿Qué pasaría si despertaras sin recordar nada de tu pasado? ¿Qué tan importante será recordar? Caer en las mentiras que se crean a tu alrededor cuando no sabes en que creer y en quien confiar es muy fácil. Nuestras memorias son nuestra mejor arma cu...