20. Siete días más.

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POV Natalia.

Alba era salvaje.

Pese a estar encerrada en la cárcel no perdía su esencia. Su mente era tal y como yo recordaba.

No media sus palabras, no era consciente de las consecuencias que sus actos provocarían.

Ella era como aquel caballo, aquel mustang salvaje al que capturaban. Pero no se dejaba doblegar y finalmente conseguía su ansiada libertad. Incluso estando en captura, aquel caballo era libre.

El caballo indomable, Spirit.

Alba era algo así.

Ella vivía en la cárcel con su mente en la calle. Era consciente de que estaba presa pero sin embargo, actuaba como si estuviese de campamento.

Como si intentar ligar con tu monitora no estuviese mal.

Pero ni esto era un campanento, ni Alba estaba en libertad, ni yo era su monitora.

Alba era una interna y yo una funcionaria de prisiones.

Aún así, era inevitable no seguirla. No caer, no volver a tres años atrás con ella.

Gracias a la declaración de Alba, el inspector decidió 'aparcar' temporalmente la investigación de posesión de drogas de la rubia y él y su equipo se centraron en investigar lo que ocurría en la cárcel.

Para ello, suspendieron temporalmente de su puesto de trabajo tanto a Herrero como a Carlos. Todos los oficiales sabiamos que la siguiente en caer sería Laura. Pese a que ella se mantenía tranquila.

La tensión entre Alba y yo crecía día a día. Las miradas fugaces eran habituales, los roces, los encuentros en lavandería antes del toque de queda. Dónde increíblememte solo hablabamos, reíamos y como si volviesemos a tres años atrás, cuando la tensión se hacía inevitable. Yo escapaba.

También había vuelto a hablar con Joan.

Esta vez la conversación había sido más pácifica, tranquila.

Me llamó por teléfono anoche y esta vez, lo entendí un poco mejor.

''Quiero ser padre'' Habló tras la línea telefónica.

''Muy bien pero mi coño no es que sea un supermercado Joan'' Contesté alterada, pasándome la mano por la frente. ''Adopta si quieres un hijo'' Comenté.

''Puedo adoptar a tu bebé, Natalia'' Respondió él. Suspiré audiblemente, derrotada y cansada. Había sido un día duro y aquella conversación me agotaba. ''No hace falta que seas su madre, no lo quieres y lo entiendo.'' Continuó.

''Vamos a ver, Joan'' Dije dejando salir un suspiro. ''No quiero tenerlo, ¿Entiendes eso?'' Repetí. Un silencio por su parte y silencio.

''Sí'' Acabó por contestar. ''Vale, entiendo que estoy siendo gilipollas'' Continuó bajando la voz, más sereno. ''Esta bien, al fin y al cabo es tu cuerpo y tu decisión''

''Sí, lo es'' Respondí.

''Te acompañaré al médico'' Informó. Respiré tranquila mientras asentía y mostré una pequeña sonrisa.

''Iba a llamar a Mikel, me ahorras mil explicaciones'' Sonreí sinceramente. Él soltó una pequeña risa al otro lado de la linea.

''No te preocupes, todo irá bien'' Respondió él.

''Siento no poder cumplir tu deseo de ser padre'' Me disculpé.

''Ni por un momento te sientas mal. He sido egoísta, punto'' Anunció él.

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