Paso un mes después de aquel incidente y el rostro de Elías comenzaba de a poco a llenarse de alegría nuevamente. Salíamos todas las tarde a tomar un helado a la plaza en el centro del pueblo, jugábamos en los charcos de agua que se formaban por la lluvia que caía en las calles, trataba de que disfrutara del momento y que olvidara aquel incidente. Así pasaron los días y llegamos al punto de que no eran tardes felices si no salíamos a caminar, pasábamos contemplando el cielo y en otras actividades más. Fueron los mejores momentos de mi vida pues nunca nadie me había tratado asi.
Una tarde estábamos recostados en el pasto de una montañita cerca de nuestra casa y Elías me dijo que tenía un sentimiento guardado dentro de el desde aquel día que me rescato del orfanato "Jaula Blanca" y que no podía explicarlo con palabras, en eso me beso de una manera única, lo pude notar por que permanecimos así por más de 10 minutos. No podía creerlo, me había besado el mejor mago que había conocido, mi cara se había sonrojado demasiado que parecía un tomate, no supe que acción tomar sino hasta después de que Elías me pidiera que fuera su prometida. Estaba extasiada y mi corazón parecía salir de mi pecho, las manos me sudaban y en mi mente lo único que tenia sentido era Elías. Sucedió asi, decidí aceptar dicha propuesta y comenzó a cortejarme todos los días desde aquel entonces, viviendo momentos agradables en compañía de él.
Miguel por otra parte había comenzado a cortejar a la sirvienta de la casa de Elías, la cual con un poco de vergüenza aceptaba de vez en cuando y así pasaron los días para que entre Miguel y Flor naciera un amor espectacular.
Fueron días estupendos los que se vivía en aquel entonces, las flores que rodeaban la casa y el jardín habían florecido de una manera única que sentía que estaba viviendo un cuento de hadas del que no quería despertar. Continuamos los trabajos pendientes que teníamos con el pueblo atendiendo todas y cada una de las necesidades que ellos tenían, liberábamos personas de ataduras demoniacas, protegíamos granjas enteras para tener una gran prosperidad y entre otras actividades que aunque parecían agotadoras, eran cada vez más interesantes por que las vivía con las personas que se habían convertido en mi familia.
