Es sábado de nuevo. No tengo ganas de absolutamente nada y sin embargo me tengo que levantar, no porque tenga alguna obligación sino porque me lo debo, me lo debo a mi mismo. No tengo hambre, con trabajos he ingerido un poco de fruta pero después de unos minutos la he terminado vomitando. Salgo de casa con la intención de que nadie percate algo extraño, el plan es mi habitual de los sábados, ir a la biblioteca y encerrarme en mis deberes.
Apenas salgo y recorre un sentimiento raro en mí, antes de que cualquier otra cosa ocurra me coloco los audífonos y pongo mi música a todo volumen. "Un día de mierda", eso es lo que es hoy, eso es lo que han sido estas últimas semanas. Camino alrededor de veinte minutos, me es inevitable cantar, la mayoría de las calles están vacías pero de cuando en cuando siento la mirada de alguna persona, ¡no me importa!, sigo cantando.
A cada paso, me siento un poco mejor pero en el fondo sé que hay algo que quiero sacar y sé cuál es el lugar.
Llego a esa banca fuera de un local cerrado de pizzería, la misma banca en la que estuve sentado tres sábados atrás, la misma banca que me vio llorar... hoy me siento un poco más tranquilo que aquella vez, pero sé que ahí está, sé que quiere salir.
Sé exactamente cuál es la canción que necesito: "Que siga el carnaval". La escucho y canto tranquilamente, cierro los ojos, la siento, la acepto... ha terminado la canción, me quito los audífonos y ahora sí, sé que puedo llorar. No me importa nada más que liberar este sentimiento.
- ¿Estás ahí?, quizá suene tonto pero necesito hablar contigo. Me duele sabes, me duele como no tienes idea pero tenemos que continuar, estuvimos aquí hace tres semanas y lloraste como un loco, hazlo de nuevo, déjalo salir. Hiciste todo lo que pudiste, siéntete orgulloso por eso, pero ahora debes dejarla ir. Carajo, eres una persona excepcional, le entregaste lo mejor de ti. Ella no lo sabe valorar, vive aún en su mundo de cuento de hadas pero sé paciente, esta es solo una prueba. En realidad es a una sola persona a quien debes amar con esa intensidad. Dilo. ¡¡ME AMO!!
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Porque los hombres no lloran
Short StoryEste soy yo. Sin filtros, dejándome fluir por mis pensamientos y sentimientos.