Todo va mal. A veces pienso que mi vida es una mierda. Y lo que más me mata es esta maldita incertidumbre con la que no puedo lidiar. Siento que todo se encuentra congelado y es por esa razón que no puedo moverme hacía ningún lugar. Desearía hacer mil cosas y, sin embargo, no puedo hacer nada.
Es triste pensar que lo único recurrente en mi mente es poder tener la capacidad de congelarme junto con todos mis problemas. Pero eso no parece tan imposible ahora, lo he estado meditando demasiado y de cierto modo creo que es posible.
La idea se iluminó tres días después de la muerte de la abuela, quien pasó seis meses en un coma inducido para combatir su enfermedad, pues aquí en mi país aún es ilegal la eutanasia. Seis meses en que solo requirió estar conectada a un par de maquinas que la mantenían con la suficiente vida para que su corazón siguiera latiendo, pero lo suficientemente ausente para no requerir alimentos ni cuidados especiales.
Eso es lo que necesito justo ahora, pues mi existencia, al menos en este momento, no tiene ningún sentido sin la cura a mis problemas.
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Porque los hombres no lloran
القصة القصيرةEste soy yo. Sin filtros, dejándome fluir por mis pensamientos y sentimientos.