Prólogo

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Monte Olimpo, Grecia, Año 2.019.

Y ahí se encontraba Josh Campbell, arqueólogo al mando de la expedición Hefesto (cabe decir que la misma estaba formada únicamente por él y su ayudante Mike), entrando en la pequeña gruta que creía que albergaba el artefacto conocido como la Caja de Pandora.

Dios Mike, ¿sabes que si realmente nuestras informaciones son ciertas, podemos devolver la esperanza a la humanidad? – dijo Josh con un brillo en sus ojos que los tornaba aún más azules de lo que eran normalmente.

– Lo sé, lo sé... Hemos hablado de esto en infinidad de ocasiones, pero ¿y si simplemente no está? – aunque Mike había apoyado a su jefe y compañero durante toda la investigación, parecía que un atisbo de duda le asaltaba. Intentando disimular, cubrió su pecoso rostro con el mapa que habían diseñado para llegar a tan recóndita caverna. – Si torcemos a la derecha, deberíamos encontrarnos con la galería que da acceso a la estancia donde se encuentra la tinaja – en ese momento cruzó los dedos y suspiró.

Los dos exploradores avanzaron con paso lento pero firme hacia su destino, iluminando todos los rincones y formaciones rocosas con tal de no tener ningún sobresalto. Cómo esperaban, al girar a la derecha encontraron una grieta que les conducía a una pequeña galería. Aunque en un primer momento nada les llamó la atención, al iluminar las estancia pudieron ver como unos frescos adornaban las paredes de la misma.

– Debemos documentar esto – dijo Josh sacando su cámara fotográfica – encárgate de esos dos murales, yo fotografiaré estos. – y así, casi sin apreciar las figuras que decoraban los muros de la pequeña cámara, los dos exploradores tomaron cerca de una veintena de instantáneas. Mientras uno de los flashes iluminaba fugazmente la estancia Mike alcanzó a ver una pequeña protuberancia que sobresalía del suelo y notó como su corazón daba un vuelco.

– Josh... Creo que he encontrado algo– dijo entre balbuceos y señalando hacia el pequeño bulto que sobresalía del suelo.

– ¿Qué? ¿Dónde, dime dónde? – con mucho nerviosismo guardó su cámara y sacó la linterna. Sin mediar palabra alumbró a su compañero y apuntó con el haz de luz hacia la dirección que marcaba su dedo. Sin dejar de enfocar, sacó su cepillo y se acercó lentamente. – Aguántame esto – dijo entregándole la linterna. Sin apartar la mirada del bulto, Josh empezó a limpiar la zona y a medida que la tierra iba desapareciendo, lo que parecía una jarra apareció ante su atenta mirada. – Mierda Mike, la hemos encontrado, es la Caja de Pandora – dijo susurrando Josh, casi como si no quisiera que nadie le oyera. Lentamente y con una delicadeza extrema sostuvo la tinaja con ambas manos y la colocó frente a Mike. El pequeño, aunque pesado jarro mostraba unos grabados realizados en griego antiguo en los que se podía leer "la que tiene todos los dones" – ¡Todo nuestro esfuerzo, todos nuestros sacrificios han sido recompensados, aquellos que no creyeron en nosotros, deberán pedir perdón y aceptar que estábamos en lo cierto! ¡Rápido Mike, coge la cámara de vídeo, vamos a grabar el momento en el que abrimos la Caja de Pandora y devolvemos la esperanza a la humanidad!

– Pero ¿acaso vamos a abrirla aquí? ¿No deberíamos volver a nuestro laboratorio para hacer las cosas bien? – Mike no salía de su asombro, no podía entender cómo alguien que había realizado el hallazgo arqueológico más importante de los últimos siglos no podía esperar y hacer las cosas según el plan establecido. – Esto no es lo que habíamos hablado, ¿estás seguro Josh?

– Nunca había estado tan seguro de algo, rápido, la cámara, no hay tiempo que perder. – dijo mientras acababa de limpiar de polvo el jarro.

– Considero que no es lo correcto, pero tú mandas – en ese momento Mike tomó su cámara, acomodó la linterna para que enfocará a Josh y comenzó a grabar.

– Hoy 17 de octubre de 2018, yo, Josh Campbell, arqueólogo al mando de la Operación Hefesto, he realizado el descubrimiento arqueológico más importante de la historia. Esta vasija que sostengo en mis manos no es nada más y nada menos que la Caja de Pandora, aquella que en su momento fue abierta y esparció todos los males sobre la Tierra. Bien, hoy estoy aquí para devolver lo único que quedó en su interior, ¡la esperanza! – en ese momento y sin pensarlo, Josh abrió el pequeño contenedor.


Después de Pandora. La Caída.Where stories live. Discover now