Al día siguiente en la mañana salí a correr a la playa. Tomé la antigua ruta que hacía cuando vivía aquí. Era una de los pocos corredores ahí. A lo lejos vi a un hombre musculoso con el torso descubierto que dejaban ver sus tatuajes en el pecho y brazo. Tenía el cabello un poco largo que ondeaba con el aire en contra.
—Buenos días — dijo Seb cuando nos cruzamos.—Hola.
—¿Haciendo la vieja ruta?
—Si me dio nostalgia ¿tú?
—Igual, de hecho iba de regreso, aunque te puedo acompañar.
—Estoy bien.
—Vamos, por los viejos tiempos —no dije nada y seguí mi camino él corrió a mi lado. Llegamos hasta la roca de siempre y regresamos. Yo aceleré el paso al último dejándolo atrás—. Te has hecho más rápida —dijo jadeando alcanzándome en la meta.
—He entrenado.
—Bueno, al fin me has vencido.
—Es cierto. —Usualmente, él siempre me ganaba.
—¿Qué dices si vamos a desayunar? Ya que estamos en esto de hacer cosas por los viejos tiempos.
—Debo ir a casa es el gran día y Emma me mata si no llego a tiempo. Voy a pedir un Uber.
—Te llevó.
—No es necesario.
—Sabes que Peter me mata si te dejo ir sola cuando yo puedo llevarte. Además, debo llevarle algo a Alicia que dejó en mi casa.
—¿Tienes una casa aquí?
—Si, cerca de la playa.
Caminamos hasta su auto. No pude evitar sonreír emocionada al verlo.
—Siempre quisiste uno así —dijo sacando una camiseta de la cajuela y se la puso.
—Claro, pero no tengo el dinero, pero algún día.
—Con las ventas de tus libros, te harás millonaria pronto.
—Eso espero.— Subimos al auto y él arrancó a gran velocidad. Pero al verme agarrada de mi asiento desaceleró.
—Lo siento, olvidé que odias ir rápido.
—Está bien.
—Cuéntame algo. ¿Cómo está, Italia?
—Bien, tengo varios amigos, un lindo apartamento y tengo a Leo. ¿Tú? ¿Donde vives ahora?
—Vivo por ahí y por allá, tengo una casa aquí para cuando vengo a visitar a mi familia. Un departamento en Nueva York, una casa en España y otro departamento en Italia al cual hace mucho que no voy.
—Vaya, se nota que te va bien.
—Bueno he tenido un par de proyectos grandes los últimos tres años, todavía no están terminados, pero la paga por adelantado ha sido buena y rento cada una de mis casas por Airbnb que también deja dinero.
—¿Alguien con quien compartirlo?— Él se rió e hizo una de sus malditas sonrisas.
—No, nadie especial, solo he salido con alguna que otra, pero nada serio —respondió.
—Ya veo.
—Pero tú con Leo parece que va bien, ya lo trajiste a conocer a la familia.
—Bueno, él es especial.
—¿Cuánto llevan saliendo?
—Nueve meses.
—¿Cómo lo conociste? —no respondí sentí que era un interrogatorio—. Vamos, solo quiero saber no tiene nada de malo.
ESTÁS LEYENDO
Te quiero, por favor no te vayas.
RomanceLiv ya ha superado su paranoia a ser lastimada. Han pasado 10 años, mucho ha cambiado en sus vidas y Liv está apunto de alcanzar el felices para siempre junto a su nuevo novio. Liv y sus hermanos se han reunido para festejar la boda de su hermano Pe...