¡Omega en Apuros! [W o o H o ] ↨ ¢σмρℓєтα ↨

Dame, dame, damelooooo

--Dejame ver si entendí...-- El omega de gran altura, veía impaciente al alfa pelinegro, quien este se encontraba con sus manos juntas, suplicando. --¿Quieres que te de mi libro por qué...?

--¡Ya te dije que te daré el mío! ¡Mira! -- Tomó su mochila entre sus manos, abriéndola sin mucho cuidado y sacando su libro, --¡Este es mi libro!

--Sí... No me interesa. -- El omega pelinegro empezó a caminar en dirección contraria, alterando al alfa.

--¡Espera!¡Espera!-- corrió para situarse frente al pelinegro, -- Mi libro esta en buen estado y... Y tú... Puedes volver a rayarlo y ¡hacerlo como quieres!

Nervioso lo zarandeó, su libro estaba en tan buen estado que parecía nuevo, pero necesitaba ese libro con todo su ser. Ese libro de pasta casi caída y rayones por todos lados...

Su omega lo había tenido contra su pecho cuando le ayudó a llegar con la beta.

¡Gruñele, él no se negara!

¡No puedo solo gruñirle, lobo estúpido!

--Voy a golpearte si me sigues molestando. -- Gruñó el alto, WooSeok creyó que se veía muy tierno. Que un omega gruñera era sin duda tierno y no aterrador.

---¡Por favor!-- Se arrodilló. --¡Solo quiero el libro! ¡Ya te dije que te daría el mío!

--¡Ahg! ¿qué no te basto que la belfa esa te haya quitado la perforación? ¿Quiéres que te la quite de nuevo?

Las manos de WooSeok taparon su boca, aún dolía. La beta lo había regañado y como no obtenía esa mirada baja y autoestima cerca del suelo, le arrancó el anillo de su labio, aludiendo así a que gruñera.

--¿Si lo arrancas de nuevo me darás tu libro?

--¡Aish!

--¡oh! ¡Vamos! ¡Te daré...! Santo cielo...--Susurró-- ¡Te daré mis audífonos!

Eso pareció llamar la atención del alto omega, caso baila por ello. --¿En serio?

--¡Sí!

--Bien, dame eso y toma.-- El omega le lanzó el libro al pelinegro, haciendo que este se lance antes de que este caiga al suelo. --Ahora, ya déjame tranquilo.

Sus ojos brillaron y sus mejillas se pintaron de rojo, sacó de su bolsillo una bolsa con cierre de plástico.

--Bien...--Metió el libro, tomándolo solo con sus dedos, tan delicadamente, siendo rápido --Si hago esto el aroma permanecerá...-- Aspiró. --Aún está ahí.

Sus ojos se cristalizaron y una sonrisa se formó en su rostro.

--Huele a él... ¿por qué no me deja amarlo? ¿¡Ue?!

--Oye amigo, en serio... pareces un acosador...

--No es cierto, esto es amor. ¡Yo parezco un enamorado!