Los ojos de aquel dulce bebé lo observaban con enfado al no gustarle para nada las manos del Alfa husmeando por todo su pequeño cuerpecito sin pedir permiso. Harry bromea con que la deficiencia para hablar del bebé le está ayudando a que el niño no le tire una grosería.Él continúa con su trabajo de inspeccionar todo el cuerpo del cachorro de cinco semanas de nacido para asegurarse de que todo esté en completo orden.
— Usted me había dicho que no es malo que duerma tanto, ¿cierto? —pregunta la madre del bebé, un Omega castaño de ojos del mismo color, con su mano agarrando constantemente el collar en su pálido cuello.
— Así es, no tienes que preocuparte por eso, Shawn, la gran mayoría de los bebés suelen dormir mucho. —sonríe ante la preocupación del chico.
Su Alfa llamado Niall, quien es un gran amigo del pediatra y se encuentra sentado sin vergüenza alguna sobre el escritorio que está ahí en el consultorio, ríe.
— Le he repetido tus palabras cientos de veces, Harry, pero aún así sigue preocupándose.
— Es que me asusta, pienso que tal vez no despertará. —se defiende Shawn.
— Tu bebé es de aquellos que duermen mucho, Shawn. —le recuerda de nuevo con mucha calma, viste al cachorro una vez que ha terminado su inspección y se lo devuelve a su madre con sumo cuidado—. Lo mejor es que te guardes esa preocupación para cuando notes que él no está durmiendo como hasta ahora lo hace, puede ser una señal de que algo no anda bien.
— Lo bueno es que no es nuestro caso, por el momento Dalton ha estado de maravilla. —dice Niall sintiéndose afortunado.
— De eso me doy cuenta, es un bebé muy sano. Tan sólo sigan mis consejos para que lo siga estando y no se les olvide aplicarle todas sus vacunas a su debido tiempo.
— Shawn siempre llora cuando lo vacunan. —se burla el Alfa señalando a su pareja quien mantiene en sus brazos al pequeño niño que juega con la saliva de su boca.
— Si, y luego tú te pones todo tenso al vernos a los dos llorar. —el Omega contraataca con una sonrisa malvada.
— Es instintivo. —Niall contesta, tomando el bolso de tonos grises donde guardan las cosas de su hijo y colocando una mano en la espalda de su compañero para guiarlo hasta la salida.
— Bien, los veré luego, que tengan una linda noche. —Harry los despide acompañándolos hasta fuera del cuarto.
Una vez que la pareja se ha marchado, regresa a su consultorio y se encierra, desploma su cuerpo en la silla giratoria que acompaña a su escritorio dejando liberar un gran suspiro. Ha sido un día tan exhaustivo y estresante, que está volviéndose a replantearse esa idea de tomarse unos cuantos días libres para reponerse.
En esta edificación, él es uno de los cinco médicos pediatras que atienden a todos aquellos de pocos días, semanas, meses o años de vida; las jornadas de trabajo son duras, todos los días hay alguien que requiere la atención médica de sus compañeros y él, pero el tomarse unas vacaciones, viniendo de su parte o de los otros médicos, conlleva a una alteración en la pequeña balanza que existe entre ellos, significa más trabajo para los que aún permanecen en servicio.
Y tampoco es como si sus compañeros no pudieran comprender sus razones de tomarse un tiempo, es decir, ellos también las viven, pero el problema es que no quiere dejarles tanto peso. Si sólo alguien pudiera ocupar su lugar sería espléndido, aunque lamentablemente no hay otros pediatras además de ellos.
En eso deberían enfocarse los superiores, unas manos extras les serían de gran apoyo.
Observa la ventana del cuarto, viendo a la Luna junto a las estrellas ocupando su lugar ya que su turno ha llegado. Y hablando de turnos, revisa la hora en el reloj de su muñeca, son las ocho con treinta minutos, lo que quiere decir que su turno termina en veinte benditos minutos. Usualmente en este último lapso de tiempo ya no le llegan más pacientes, así que se toma la libertad de salir a comprarse algo en la máquina dispensadora que está en el comedor donde sólo el personal del hospital puede entrar.
ESTÁS LEYENDO
Show Me
FanfictionHarry es un Alfa pediatra, uno muy confiable para todos aquellos que ya son padres y que asisten con él llenos de confianza, su propio consultorio es aquel adaptado lugar para todos esos cachorros a los que tanta fascinación les tiene. Pero pronto...