Hoy es 4 de abril, ya pasó un año. Pero aún recuerdo lo nerviosa que estaba por verte y lo mucho que quería hacerlo, recuerdo cada sensación de ese dia.
El nerviosismo me invadía. Mis manos temblaban, frías.
Me abrazaste y no quería separarme de ti, ellas seguían frías.
Pero amo las manos frías y el hecho de que fuera por ti lo mejoraba todo.
Amé cada sensación que recorrió mi cuerpo y mente aquel dia. Y desde aquella primera vez. Tu recuerdo sigue vivo en mi mente. Me enganche a ti y por mucho tiempo caía a pedazos por tu ausencia e incluso me hundí en el hábito de amarte. Pero ahora, a pesar de que me duele que todo lo que sentí hace un año solo lo haya sentido contigo, considero que me contenta el hecho de que ames a alguien tanto yo como te amo a ti, es una sensación amarga, pero en cierto modo satisfactoria. Es amarga porque dudo que alguien pueda hacerme sentir como tu lo hiciste, pero satisfactoria porque sé cómo eres y que entregas todo cuando estás enamorado. Ella debe ser muy feliz, lo sé.
Ha pasado mucho.
Y aún cuento los días, ya han pasado 365.
Odio tu recuerdo.
Y tal vez seguiré contando los días.
Lo haré, hasta que pueda verte sin que mis manos se enfríen.
