Amo, amas.
Amar, amar, amar, mamar siempre, con todo el ser y con las ganas, con el cielo y con la tierra. Con lo claro del sol y lo oscuro de otras pieles y del cielo justo una hora antes del amanecer; amar por toda ciencia, amar por la ganas y amar por nuestros anhelos.
Y cuando la montaña de la vida este llena de abismos que nos generen mas vacío que nuestra propia ausencia sabremos que es hora de saltar y justo en ese instante amaremos la inmensidad que es de amor encendido.
¡Y vamos a arder en la fusión de nuestros pechos mismos hundiéndonos en la lujuria!
Es hora de llorar, imbéciles. Deleitense con ese temazo, piensen en sexo y si no tienen con quien coger dense amor propio.
Es una alteración re peye de un poema de Ruben Dario, que era para una tarea de lenguaje.