Lunática.

66 3 2
                                    

La Luna no es amiga mía,  ella me quitó todo lo que tenía y ahora solo me queda, mirar el techo y cada grieta. 

O, al menos eso quedaba hasta que descubrió a quién amaba. No había vuelta atrás, La Luna lo sabía y mi amor a la luna quería. 

Me enamoré de ella, de esa maraña negra que adornaba su cabeza. 

De cómo cuando la trenzaba lucía como una princesa.

De la cadencia seductora que su voz albergaba, de cómo pensaba, de cómo amaba.

De cómo parecía disfrutar de la vida cada vez que reía. Incluso, hasta de su devoción por la luna, aunque eso para mí era una tortura.

De la forma en que su olor se grabó en mi piel desde la última vez que la toqué. Y de cómo no se le podía negar nada sin que a la vez ella preguntase el "por qué".

De cómo cada vez, que se quedaría nos hizo creer. 

Me equivoqué, aunque también todos al parecer.

Egoísta fuí, te quería solo para mí. Y una vez más, la luna me castigó por pensar así. Desaparecí sin volver a sentir, ahora nunca más estarás junto a mí. Pero creo y sé, que es porque la Luna también te quiere para sí, por eso conmigo se ensañó y me condenó.

 Ella me quitó mi verdadero don y me separó de mi amor. A pesar de que me proclamé suya y le mentí a el Sol. 

Te extrañaré, corazón.  Y te pediré un favor, pero tranquila, no será que me busques, pues para mí ya no hay opción.

Solo te pido. Por favor procura, nunca, nunca, decírselo a la Luna.

Desde aquí pienso en tí.

Nunca te olvides de mí.

Siempre tuya, Camila.

Sentimientos en Apogeo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora