«Tres»

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Mi trabajo ha empezado, me siento completamente nervioso, no por el simple hecho de mi nuevo trabajo, si no por tener que ver cada semana y día a Seungcheol, de alguna manera me siento nervioso, sin ningún motivo, no tengo ninguna teoría con esto, así que prácticamente no puedo explicar este complicado sentimiento. No sólo me hace sentir nervioso, también me siento, como decirlo, acogido, como si me fuera a abrazar como una madre encontrándose con su hijo perdido, es algo así, ese sentimiento que hace reconfortarte, como si fuera lo más preciado y perfecto del momento.

Me cepillé los dientes, luego de bañarme, lavando mi pelo para llegar de una forma presentable a mi trabajo, dejando mi pelo azabache mojado, dejando caer unas pequeñas gotas en mi cara, o a veces cuello.

Mientras cepillaba mis dientes, vi en el espejo, mi rostro, el cual estaba muy pálido, soy como el papel. Mis labios levemente abiertos por el cepillo en mi boca, y con un poco de pasta de dientes en las comisuras de mis labios.

-Que asco.-Seguí cepillando mis dientes, luego de ver aquel reflejo que me hacía ver particularmente feo. Escupí en el lavamanos, logrando abrir la llave para encender el agua al mismo tiempo.

Me terminé de alistar, viendo la hora mientras cerraba la puerta con llave en mi departamento. Me sobraba bastante tiempo para poder caminar cómodamente sin prisa. Así que bajé por las escaleras, evitando la gente que son mis vecinos, sin saludar, porque para mi se me hace un poco incómodo aquella situación. Por lo que me decidí bajar por las escaleras, que en realidad no son muchos pisos, pues vivo en el quinto piso, así que no me demoró mucho el llegar a la entrada del edificio.

Caminé viendo a la gente un poco amargada, no sé si es porque es lunes, o simplemente no les gusta ir a trabajar, cosa completamente comprensible en mi opinión personal. ¿Por qué a quien le gusta levantarse temprano para ir a un infierno como el trabajo o escuela? Nadie, y si te gusta, está bien, pero es raro.

Mi cabeza se llenó de ideas, o más bien malos presentimientos, al entrar al casi vacío centro comercial, pues, me dirigía, casi al instante a la cafetería, pensando que podía arruinarlo como mis anteriores trabajos. No es algo que me preocupe el trabajo, pero no me gustaría perder a una persona como S.Coups, me gusta su sobrenombre.

Entré, casi sin darme cuenta de que había llegado, pues sólo caminaba con un rumbo que mi cabeza inconscientemente seguía, a pesar de estar fuera de mi razonamiento, mis pasos siguieron a lo que se les apetecía en ese momento, llegar a mi trabajo.

-Buenos días...-Saludé a mi nuevo jefe, quien estaba detrás de la caja, acomodando cosas que desconozco desde mi punto de vista.

-¡Buenos días Woozi!-Escuché su voz ronca, dandole una sonrisa simple, para ir luego casi corriendo a los casilleros.

Guardé el pequeño bolso que traía, pues traía mis cosas personales, celular, llaves, documentos, y otras cosas, lo que uno necesita para salir a cualquier parte. Al cerrar la puerta de el estrecho casillero, vi la pequeña cinta, que por el movimiento de la puerta, se balanceaba muy levemente y con una leve sonrisa, saqué la cinta, y la pegué dentro de el casillero, con un poco de emoción, recordando el tierno gesto de el pelinegro, haciendo sacar una sonrisa mientras volvía a cerrar el casillero, con la pequeña diferencia de la aburrida puerta sin la cinta.

-Hola, Woozi.-Seungcheol me habló mientras se asomaba por detrás de la puerta de su casillero, que convenientemente se encontraba al lado del mío.

-Hola, S.Coups-Me apoyé en los casilleros, relajado mientras trataba de ver su cara entre los pequeños espacios de la rejilla, tratando de ver alguna reacción o respuesta, viendo una sonrisa, que me hizo sonreír también.

Mi hermoso amuleto «Jicheol»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora