Capítulo 9.

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Narra Olivia.

Yo también aproveché para cambiarme y me puse un mono corto y unas sandalias. Cuando ya estábamos todo listos, Sarah se puso en cabeza para guiarnos.

-¿Dónde queréis ir?- dijo ella.

-A jugar al fútbol.- respondió Rubén.

Sarah y yo nos miramos y después a él.

-¿Alguna otra opción?- dije yo.

-Podemos ir a tomar un helado ¿no?

-Me parece bien, Elliot.- dijo mi hermana.

-Nótese el favoritismo.- añadió Rubén, se ha picado.

Elliot y Sarah parece que han congeniado e iban los dos delante hablando de yo que sé. Mientras Rubén y yo estábamos jugando con su móvil, pues el mío, al ser la pequeña, es el primero que tuvo Elliot, que tiene 22 años.

-Ya hemos llegado.- nos informó Sarah.

Entonces cogimos una mesa a la sombra y nos sentamos.

-¿De qué queréis el helado? Voy yo a por ellos.- dije.

-Yo una tarrina mediana de vainilla y chocolate.- dijo Elliot.

-Yo de menta y limón.- añadió Rubén.

-Yo un batido helado de fresa.- me dijo Sarah.

Mientras entraba dentro iba memorizando: "vainilla chocolate, menta limón, batido de fresa..." Cuándo de repente me choqué.

-Lo siento, ha sido culpa mía.- dijo él. Era él, era Nacho.

-No pasa nada, tranquilo.

Nos miramos, fue algo extraño.

-¿Quieres que tomemos algo?

-No puedo, he venido con mis hermanos y están fuera esperándome.

Asintió un poco desganado.

-Pero si quieres podemos dar un paseo luego.- le animé, bueno a mi también me apetecía.

-Pues perfecto, ¿tienes Whatsapp?

Entonces le saqué mi móvil y se empezó a reír, yo también.

-Toma mi número y me envías un mensaje o me llamas.- dije.

-Vale.

Después de 10 minutos salí.

-Ya era hora guapa.- dijo el mayor de mis hermanos.

-Oli este es José, nos lo hemos encontrado y se queda con nosotros.- comentó Sarah.

-Vale.

La verdad que me incomodaba un poco, no me daba muy buena espina y además Sarah estaba por él así que...

-Eh Olivia, te había pedido chocolate y vainilla, no chocolate y limón.- protestó Elliot.

-El mío era de menta y limón, no de vainilla y menta.- Rubén se unió a Elliot.

Entonces cogí sus tarrinas y una cuchara, separé las bolas de helado, de tal manera que quedo vainilla con chocolate y menta con limón.

-¿Ya están contentos los señoritos?- dije con prepotencia.

Me senté en la silla que había libre entre Rubén y José.

-Dos besos ¿no?- me dice.

Dios, ¿cómo puede ser tan arrogante? Le di dos besos por no quedar mal. No me gusta para Sarah.

My sister and I.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora