Narra Olivia.
–Bueno aquí la nutricionista. A ver, Olivia que eso es comida para vacas y ovejas.– protestó Rubén.
–Vamos a ver Rubén, ¿qué quieres? ¿Que se te dispare el colesterol? Llevas dos días comiendo hamburguesas y cenando perritos calientes. No te vas a morir por comer ensalada y pollo a la plancha.– le respondí yo.
Nos tiramos como 10 minutos protestando sobre que comer, y de repente Connor nos dijo:
–Oye vosotros seguid a lo vuestro pero Sarah y Elliot se han ido hace un rato eh, lo digo como dato, por si lo queréis saber.
–Y estos pendejos, ¿dónde se han metido?– preguntó Rubén.
–Ni idea.– contesté.
Decidimos ir hacia las cajas porque si iban a salir tendrían que salir por ahí. Efectivamente a los dos minutos llegaron.
–¿Dónde os habíais metido?– pregunté algo borde.
–Comprando la comida.– dijo Sarah.
–La última vez que venís los dos a comprar, sois unos inmaduros. ¿No sabéis hacer nada sin peleados o qué? Me tenéis harto ya joder.– nos regaño Elliot.
Rubén y yo nos miramos. Nunca habíamos visto a Elliot tan enfadado, porque es un chico, que sino diría que está con la regla.
–¿Y qué habéis comprado?– dijo Rubén.
–Macarrones y altas de pollo precocinadas, ya que es algo que a todos nos gusta.– respondió Sarah.
–Hombre la familia feliz, ¿haciendo la compra?– apareció así de la nada Nacho. El que faltaba...
–Sí, aquí andamos, ¿y tú?
–Pues nada, que mi madre me ha mandado a por limones.
–Oye, te vienes a comer con nosotros?– Rubén definitivamente es tonto.
–Claro.– ¿Y este por qué dice que sí?
Señor dame paciencia por que como me des fuerza acabamos mal.
.............
–Rubén y Olivia os toca hacer la comida y poner la mesa.– nos ordenó Elliot.
Los le pusimos mala cara, pero los dos sabíamos que es justo por la escenita del supermercado.
–¡MAMÁ TARDABA MENOS EN HACER UNOS JODIDOS MACARRONES!– Gritó Elliot.
Cogí el rodillo que estaba en el tercer cajón pero Rubén me retuvo. A las cuatro y media v empezamos a comer, muy buena hora.
–Bueno Nacho, ¿y tú cómo conociste a Olivia?, porque se ve que os lleváis muy bien.– preguntó Rubén.
Enserio, un día de estos yo le ato y le pongo un trapo en la boca.
–Pues cuando me sacó un dedo por la ventana, es muy simpática ella.– dijo con ironía.
–Pero que dices, si soy un amor.
–Ya lo veo, pobre chaval... –dijo Rubén.
SOCORRO. Miré a Elliot para que me ayudara pero estaba hablando con Sarah y no me hacia ni caso.
–¡ME ENCUENTRO MAL!!– Gritó Connor.
–¿Qué te pasa?– pregunté yo para cambiar de tema.
–Me duele la tripa.
El pobre tenia una cara de haber estado en un barco dos meses mareado. Y de repente se puso a potar encima de Rubén.
–PERO QUE COJONES... CONNOR APUNTA PARA OTRO LADO, ¡QUÉ ASCO!!– Ohh sí, disfruta hermanito.
–Lo siento.– dijo Connor.
Elliot y Sarah se llevaron a Connor a su habitación para acostarle en la cama y Rubén se fue directo a al baño. Nacho y yo nos miramos y nos de empezamos a descojonar como nunca.
–¡A mí no me hace ni puta gracia!– gritó Rubén desde el baño.
-Creo que tendriamos que lavar esto.- dijo Nacho.
-Sí, creo que deberiamos.
Nos levantamos de la silla cuando me cogió de la cintura, me acerco hacia el y me beso. Bueno nos besamos.
ESTÁS LEYENDO
My sister and I.
Teen FictionOliva se tiene que mudar de Londres con sus dos hermanos mayores a Madrid donde vive su padre con su actual familia formada por cuatro hijos. Sarah tiene que intentar congeniar con Olivia ya que son las únicas chicas. Juntas harán más llevadera la c...