II

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Chaqueta y lluvia

Iba caminando a casa, mis padres estaban en el extranjero por lo que tengo que valerme por mi cuenta urante los siguientes meses.
Sentí una gotera caer en mi cabeza ¿en serio, lluvia? Irritada por él repentino cambio de clima, corrí para evitar empaparme más. Mi casa estaba relativamente cerca de una estación de bus, así que esperaba tomar un autobús y seguir rezando para no atrapar un resfriado. Llegué, afortunadamente, y me senté en el frío banquillo. Estaba tan aliviada que no noté la presencia de alguien más a mi lado.
Me observaba con curiosidad y yo le devolvió la mirada, tenía un abrigo rosa, una bufanda roja y un blue jean. Conocía esos ojos, sentía que los había visto antes en otro lugar. No podía ver el resto de su rostro ya que está cubierto por la bufanda.

-Palacios-dijo suavemente una voz femenina, se me dificultó un poco entenderle, la bufanda ahogaba su voz.

-¿Te conozco?-dije confusa, abrazando mi mochila en busca de calor

La chica asintió

-Soy Ella-respondió, seguido de bajar un poco aquella prenda roja que era tan molesta para entenderle, revelando el resto de su cara. Estaba muy cambiada y con cambiado me refiero a delgada, con el cabello más largo y con un sentimiento que no pude decifrar en sus ojos. Pero su mayor cambio fue la belleza la cual había aumentado en sobremanera.

-Oh, perdón. No te reconocí.-hablé algo apenada ¿dónde estaba la chica poco agraciada del año pasado?

Ella sonrió levemente volvió a acomodarse la bufanda y nos hundimos en un silencio que se me hizo sumamente incómodo.
Duró al menos 5 minutos, 5 minutos donde no supe qué decir, estaba trabada. Ningún chiste llega mi mente para romper la tensión, la cual no que se quebró hasta que Reyes preguntó:

-¿Cómo fueron sus vacaciones, Palacios?

-Bien, aunque dormí gran parte del tiempo-reí y Ella también rio-¿A ti qué tal? Escuché que saliste de la ciudad

-Sí, salí de la ciudad. Fui a visitar a unos familiares-dijo sin añadir nada más

volvimos a hundirnos en el silencio, lo único que entre las 2 era el pasar de los autos y las estruendosas gotas de lluvia. El cielo lloraba intensamente y no puedo evitar temblar por el frío. Estaba congelándome.

-¿Tu bus tardará?-me cuestiono ella de repente, sin mirarme, sus ojos fijos en la carretera.

-Supongo, y más si está lloviendo-respondí-¿Y el tuyo?

-Es ese que viene ahí

Efectivamente, un autobús de tonos azulados se acercaba de manera lenta a nosotras. Cuando volví la mirada a Reyes, ella se estaba quitando su chaqueta y tendiéndomela.

-Toma, para que no pases frío-me sonreía

Yo la observé de arriba a abajo extrañada por su actitud tan gentil.

-Vamos, tómala-volvío a insistir-el bus me llevara directo a casa, tú estarás más tiempo aquí afuera, bajo la lluvia.

Volví a mirar el abrigo y la tomé el recelosa.

-Gracias-murmuré.

la chaqueta era rosa pastel y aunque no es mi color favorito si era muy bonita. Me la puse ante la atenta y oscura mirada de Ella. Olía a flores y era muy cálida.
Reyes tomó su maleta y subió al autobús que acababa de estacionar de frente a nosotras. Se despidió de mí por la ventana y luego, al arrancar el automóvil, la perdí de vista.
Seguía sin entender el acto de altruismo de mi compañera, ya que sin la chaqueta ella tampoco iba muy abrigada. Tenía una blusa de seda violetta, un blue jean azul hielo y unos converse blancos, y aparte de la bufanda nada más.
Ojalá no sé resfrié por mi culpa.







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𝕸𝖊𝖓𝖙𝖊 𝕯𝖊 𝕮𝖗𝖎𝖘𝖙𝖆𝖑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora