𝕸𝖊𝖓𝖙𝖊 𝕯𝖊 𝕮𝖗𝖎𝖘𝖙𝖆𝖑

XI

¿Por qué eres así?

Aquella tarde, sin que el domingo tuviera una mínima compasión por mi salud mental, se desató una fuerte tormenta. Así que por obvias razones ni Reyes ni Carmen pudieron irse hasta bastante pasada la noche.

Luego de terminar el trabajo bajo el silencio culposo de Cruz al otro lado del comedor, ya no sabía con que distraer mi mente o mi corazón.

Pero Carmen sí.

Nos sentamos en el suelo, sobre la alfombra entre el sofá y la tele. Frente a un gran balcón que mostraba como caían las gotas de lluvia, y por un momento me pregunté si así se vería una cascada por dentro.

-¿Dónde estuviste las vacaciones pasadas, Reyes?-preguntó Carmen, comenzando con la 20 preguntas, un juego (que está segura de que inventó) para conocer mejor a los demás.

Las preguntas van rotando de persona a persona, de modo que Carmen solo podía hacerme 10 y Reyes igual, y viceversa.

-A visitar a mi hermana y a mi cuñado, a La Plata-fue lo único que respondió, luego pareció pensárselo un poco, pero la siguiente pregunta fue para mí.-¿Cuál fue la última serie que viste?

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-Hill House-Mentí, y quizá estuviera mal, pero esa también era una de mis series favoritas, así que tomémoslo como una barrera de protección

A Reyes le dieron escalofríos.

-Mi hermano menor la vio, y me estuvo asustando con la máscara de una chiforínpula por una semana-dijo Reyes, y rio luego de contar la anécdota

Completamente segura, ese chico no me agrada nada. Pero verla reír por haber superado un miedo me hizo sentir algo cálido en el pecho. Sonreí inconscientemente, y no fui lo bastante rápida como para disimularlo pues Carmen lo notó, y vi como se burló de mí con una mirada.

-Carmen-dije, llamando su atención-¿Quién es tu actor favorito?

-Vamos, esa es muy fácil-respondió apoyándose en sus manos-Obviamente Johnny papi Depp-luego apartó su vista y se volvió hacia Ella-¿Qué quieres estudiar cuando te gradúes?

Ella pareció tensarse, y yo mal dije mentalmente por poner incómoda a mi crush. ¿Sería por su padre? Ese hombre era tan machista que no me sorprendería que no la dejara estudiar.

-Bueno... -dudó-Me gustaría más dedicarme a la vida de ama de casa

Perfecto.

Per fec to.

<<Vamos, ¿en serio?>> dijo una vocecita en mi cabeza

<<Déjala, fue criada así. A ti te criaron para vivir tu vida, ella es un pajarito encerrado>> respondió otra voz

<<Pero no debería rendirse tan fácilmente>>

Estas discusiones se estaban volviendo muy frecuentes.

-Pero...-continuo Cala, como si intentara escupir las palabras-Pero si tengo la oportunidad... Me encantaría ser doctora

Y en ese momento supe que Ella Cala Reyes y yo teníamos algo en común: Cierto gusto oculto por las cosas difíciles.

♡♠︎

Habían ya sonado las 10 con 30 y yo apenas salía de darme una ducha para dormir más fresca.

Hacía casi media hora tanto la lluvia había cesado y tanto Carmen como Cala se habían ido.

Yo me preparaba una sopa instantánea para cenar, y entonces sonó el teléfono. Ya sabía quién era.

-Hola mamá-contesté, con una toalla en el cabello mojado, el teléfono entre el hombro y el oído y un plato de fideos con sabor artificial en las manos.

-Paula, querida-dijo ella-¿Cómo estás?

-Bastante bien. Comiendo ¿Y ustedes? ¿Como es China?

-Es maravilloso, hija -me contestó- Aunque hay mucha comida extraña, tu padre parece haber encontrado un buen negocio, así que no tardaremos mucho en regresar.

-Que bueno-dije mientras les daba un trago a mi sopa

-¿Y cómo va la escuela?

-Bien-respondí-Hice un trabajo con una chica muy inteligente, y creo que nos irá bien.

-Ah, que bueno nena. ¿Y cómo se llama la chica?

-No lo vas a creer. Se llama Ella Cala Reyes

Mi mamá rio.

-No es el mejor nombre del mundo, ¿Es agradable?

Suspiré sin querer.

-Sí, y amable también.

-Que bueno linda. Mira, debo colgar, debemos salir ahora. Acuéstate temprano, ten un buen día

Y colgó.

Y seguí comiendo mi sopa instantánea.

Y el teléfono volvió a sonar.

Y yo volví a contestar.

-¿Sí, mamá?-dije mientras dejaba el plato en el fregadero

-¿Mamá?-Yo conocía ese tono de voz, más el bullicio malcriado en el fondo, la dulzura de cada sílaba...

Ay cielos, ay cielos...

-¿Reyes?

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