Eso no lo consigue cualquiera

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Un día mirando la noche estrellada,

pasó una estrella fugaz

y me dijo que pidiera un deseo.

Te pedí a ti.

Con tus más y tus miedos,

con tus virtudes y tus defectos.

Te pedí a ti y en ningún momento supe quién eras.

Quizás mi salvavidas, mis alas.

Me hacías volar hasta el quinto cielo

tan solo con pasarme la mano por el pelo

y eso... eso no lo consigue cualquiera.


Algunas veces pienso

que no fue la estrella fugaz quien me concedió el deseo.

A veces imagino que simplemente estaba andando por la calle,

al igual que tú,

y que de todas las personas que había alrededor

   me elegiste a mí.

Como yo lo hice contigo.

Quiero pensar que no fue gracias a lo fugaz que fuera esa estrella

sino a la rapidez que tuviste para elegir a la persona

con la que querías vivir una bonita historia.


Sin embargo, de vez en cuando, florecen mis inseguridades.

No sé cómo lo haces.

Apareces por la puerta

y me quitas todos esos temores.

Y eso... eso no lo consigue cualquiera. 


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