Colección de oneshots KiriBaku/Bakushima con motivo de la KiriBaku Week 2019.
• Día 1: Baile / TRAJES / Música
• Día 2: AU Vigilantes / CICATRICES / Niños
• Día 3: Mascotas / MONTAÑISMO / Fresas
• Día 4: BAKUSQUAD / Apoyo / Festival Cultural
• Día...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Bakugo no necesitaba que un montón de perras básicas le saludaran por su cumpleaños.
Por supuesto que no. Era una fecha demasiado importante como para que unos extras lo hicieran.
Su madre se había pasado aquel día, diecisiete años atrás. Estaba seguro que Mitsuki Bakugo nunca volvería a crear algo tan grandioso como lo que hizo aquel veinte de abril.
—¡Feliz cumpleaños, Kacchan! —exclamó un estúpido y sonriente Deku mientras le ofrecía un paquete mal envuelto con la cara de All Might—. ¡Espero que tengas un hermoso día!
—¡Cállate! —Bakugo siseó mientras le arrebataba el paquete—. ¡Y no me digas qué hacer!
—Feliz cumpleaños —agregó el estoico bastardo mitad y mitad—. Ya podrías ir mejorando ese humor con la edad, ¿no?
—¡Y tú también cierra el pico, maldito extra!
Pero aunque Todoroki encogiera los hombros mientras eligiera no hacer comentarios mientras Deku reía por lo bajo, Katsuki tuvo que aguantarse los saludos, abrazos y apestosos besos babosos de todos sus demás compañeros.
Los detestaba.
—Qué asco —dijo mientras Kaminari le abrazaba como garrapata—. Un verdadero y completo asco.
—Te quiero, Bakubro —Kaminari le apretó más fuerte—. Aunque estés más amargado que viejo de barrio.
—Como dije... un asco —farfulló—. Ojalá se murieran todos.
Pero aunque Bakugo se estuviese quejando, no movió un solo dedo para separarse del abrazo mortal de Kaminari.
Joder, seguro le pegaría los piojos.
Piojos que seguramente obtuvo tras compartir cama con el apestoso de Shinsou —con esa cabellera, era imposible que no tuviese al menos un nido de arañas allí dentro.
En fin... Bakugo estaba ya asqueado de tantas apestosas muestras de cariño y los regalos cursis que sus compañeros le dejaban.
Lo hubiese dejado pasar si fuese eso simplemente. Después de todo, ya le tocaba soportar en su día a día las estupideces de todos esos inútiles.
Podría haber sido solo un día más del año.
Pero el problema era otro. Y uno, podría decirse, un poquito más preocupante.
Había uno de todos esos inútiles que no se acercó a comportarse de la forma más cursi por ser el aniversario de la horrible fecha en la que Bakugo fue obligado a venir al mundo.
¡No es como si a él le importara! ¿Okay? Simplemente estaba resaltando el detalle.
A él no le importaba en absoluto.
—Cabello de mierda —Bakugo alzó el mentón en cuanto le vio entrar al salón—. Veo que te has levantado tarde, pedazo de flojo...
Kirishima Eijirou. Sí. El chico con pelo de mierda y con el color del mismo fuego.