15. Daño.

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Esa noche ninguno de los dos pudo conciliar el sueño, muchas cosas se les venían encima. Sus padres, la exigencia del heredero, el dichoso hechizo, la marca, el celo. Intentan ver un punto claro de todo eso, algo que los pueda sacar del apuro que están viviendo, pero no hay otra salida más que hacer que Louis quede en espera. Y eso es lo que precisamente no quieren ninguno de los tres, porque sí, Zayn tampoco puede pegar un ojo y su habitación solo le indica la soledad que alguien como Louis podría haber estado sanando de no ser porque Harry tenía que ser su alfa por azares del destino... o de un hechizo.

Harry no quiere presionar a Louis, quiere avanzar rápido y comprobar que van a estar bien. Bastante daño le ha hecho ya como para marcarlo sin amor y sin que su omega esté de acuerdo, aunque no puede evitar formar una sonrisa cuando recuerda las mejillas sonrosadas de Louis cuando le dice cosas bonitas sobre él.

Y Louis, siente una fuerte opresión en el pecho indicándole que debe dar un heredero y debe ser el omega de Harry por siempre, incluso si eso significa que algún momento Harry se de cuenta que en realidad necesita a una princesa y no un príncipe. Sí, Harry le ha prometido cambiar e intentar formar un verdadero matrimonio. Y el cambio está justo ahí con el alfa cubriéndolo del frio cuando lo necesita. Pero no es suficiente para curar el miedo que siente cuando se pone a pensar en su futuro.

Las cosas aun no están suficientemente claras para ninguno de los dos, y aun son muy jóvenes.

La mañana llega tan pronto que ni siquiera le ha sido suficiente para aclarar sus pensamientos y tranquilizar el miedo que cada vez más le carcome. Se remueve en las sabanas y voltea hacia el lado contrario para ver al alfa.

No está.

―Harry ―lo llama antes de que aparezca desde el cuarto de baño, secándose su cabello y sonriendo amablemente.

―Buenos días ―ni siquiera puede saber cómo es que Harry se levantó de la cama sin que se diera cuenta. Posiblemente se había quedado dormido.

Sonríe.

― ¿Vas a ir al pueblo?

Harry sigue realizando sus cosas, saca de su ropero su traje y comienza a vestirse frente a Louis.

―Sí, necesito arreglar unos asuntos. No quiero que cuando mi padre llegue vea que hay algo fuera de lugar, lo conoces, suele ser un poco difícil.

El omega asiente, está demasiado incomodo con Harry frente a él cambiándose. Agradece que lleve su ropa interior ya puesta, pero aun así es difícil de manejar, principalmente cuando está intentando aclarar todo en su cabeza. Se vuelve a recostar y mira hacia el balcón.

Pasan varios minutos, por lo que está casi seguro que está quedándose dormido y que es muy posible que caiga en un sueño profundo hasta que el alfa aparece enfrente con una sonrisa.

―Omega, no lograste dormir en toda la noche ―le acaricia la mejilla ―. Pediré que suban tu desayuno.

Se sienta junto a Louis esperando a que lo mire, ni siquiera se ha colocado la camisa. Y el omega no se detiene a verlo completamente, observa específicamente su brazo donde supone debe estar su cicatriz, y ahí está.

Quiere tocarla, quiere sentirla y darse cuenta que son iguales en textura, pero su figura es diferente.

―Nunca la había visto ―mira al alfa.

Él sonríe triste.

―Es mi culpa.

No espera que se lo pida, en cambio, quiere mostrar la gran similitud en sus cicatrices. Comienza a desabrochar los botones de su puño bajo la mirada de Harry, está comenzando a sonrojarse pero eso no le importa ahora, así que sube su manga para dejar descubierta su cicatriz.

The Rose and the DaggerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora