Samsāra

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Chūya había pasado todo el día pensando en como escapar, su primera idea fue quebrar la ventana y saltar. 

Cuando miró por el cristal para conocer el terreno descubrió estaba a unos 15 metros de altura. La idea de escapar saltando fue desechada.

La otra opción era esperar a que el sol se pusiera, de esta forma escaparía sin esfuerzo,  aunque desconocía si Dazai era una criatura nocturna. De ser así estaría en clara desventaja.

Su tercera idea se le antojó estúpida; atar todas las cortinas y bajar escalando.

Concluyó que la mejor opción era acuchillar a Dazai si se volvía a acercar.
No poseía mas que sus cuchillos y estaba seguro él intentaría tocarle de nuevo.

Al rededor de donde sea que estuviera solo había árboles. Significaba que estaba en el centro del bosque.
Un escalofrío recorrió su cuerpo al recordar el tétrico lugar.

El vampiro no era lo que le había seguido durante la noche y pensar en ello le agobiaba aún más pues significaba que, si quería salir vivo, debía enfrentarse como mínimo a dos criaturas poderosas.

ーChūuuyaaa ーgritó Dazai desde el otro lado de la puerta interrumpiendo sus pensamientos. El pelirrojo se puso alerta, era su oportunidad. ー ¿Quieres comer conmigo?

En cuanto la puerta se abrió Chūya arrojó uno de sus cuchillos.
Dio directo en dónde debería estar el corazón.
Osamu le miró con sorpresa, luego cayó.

ー¿Funcionó? ー se preguntó con asombro y en voz alta.

Se acercó al cadáver, no tenía ningún cambio, es decir, desde antes sabía que su corazón no palpitaba, no tendría sentido intentar buscar el pulso. Al ver que no hizo ningún movimiento salió de la habitación.
Estaba en un pasillo que tenía a los lados varias puertas, sin pensar corrió derecho hasta dar con unas escaleras.

Las bajó saltando y al finalizar terminó en un salón circular.
Unos cómodos y bien cuidados asientos estaban en el centro.
En las paredes había un estante con libros, algunas pinturas y el suelo estaba completamente alfombrado.
No había ventanas, solo tres puertas más.

No sabía dónde debía dirigiste, se reprendió mentalmente por no darse a la tarea de conocer antes el terreno. Su corazón latía desbocado, nunca se había sentido tan atrapado como en las últimas horas, sus manos temblaban y sus ojos miraban aleatoriamente las puertas, intentando tomar una decisión. Se obligó a si mismo a calmarse,  nada bueno saldría si no lo lograba.

ー¿Va a comer con nosotros?  ー preguntó alguien y Chūya se giro rápidamente para ver quién hablaba.

Por una de las puertas salió un chico pelinegro. Lo reconoció en seguida, era a quien había soñado.

ーSí, está muy emocionado e impaciente por sentarse con nosotros.

Esta vez Chūya miró con terror hacia las escaleras, Dazai bajaba calmadamente y sostenía su cuchillo en la mano derecha.

ーT.Tu...

ー Ten, se te resbaló. ー dijo Dazai mientras llegaba junto a él y le entregaba su cuchillo.ー Sígueme, vamos a comerー continuó caminando sin mostrar temor alguno de darle la espalda tras haberle devuelto el cuchillo. Entró por la misma puerta por la que había salido el otro chico y tras unos segundos asomó su rostro y guiñando un ojo añadióー Deberías analizar mejor la palabra "inmortal ".

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El comedor estaba sumido en silencio. Chūya miró con atención a que le rodeaba.